Bien, piensa.
Tal vez solo fueron los nervios combinados con idiotismo y mezclado con todo lo demás, aparte no es tan malo como parece. Solo fué un sueño. Pero el hecho de que fuera un sueño me inquieta, es decir aun no es mi hermanastro pero..¿es esto lo que deseo?
¡Que haces! Nate es el típico player, no puedes caer en su juego.
Eso es algo en lo que coincido con mi conciencia, es el típico player, pero...la manera en que me miró, su voz.
¡Eso es solo muy buena actuación! No significa nada.
Esta bien...no caeré en su juego. No lo haré pero eso no significa que no va a ser difícil estar bajo el mismo techo ni mucho menos en la misma escuela.
Dejando eso atrás bajo a la cocina por algo de comer ¿no mencioné que como todo el tiempo?
Tomo la bolsa de Ruffles y enciendo la tele...nada interesante ¡Hora de peliculas! (También soy fanatica del cine)
Escojo una pelicula romántica y me pongo cómoda.
-Perfecto...frituras y televisión- Nate llega corriendo y se sienta al lado mio pasando su brazo tras mis hombros.
-¡Hey hey hey! Distancia- Aparto su brazo casi con brusquedad y lo miro hartada.
-¿Qué tiene de malo HERMANITA?- Por la forma en la que enfatiza la palabra pongo los ojos en blanco.
-Idiota- Lo miro fulminandolo.
-Me lo han dicho antes- Su sonrisa idiota me asfixia.
-Se nota-
-¿Y tu noviecito? Me sorprende que no esté contigo- Se gira hacia mi esperando mi ataque.
-El entienede lo que es "espacio vital" cosa que tu no- Y sonrío con sarcasmo. Bien Danielle. Diez puntos para ti.
Consigo que me devuelva la sonrisa sarcasticamente y miramos la pelicula con al menos diez centímetros de distancia.
Aunque consegui un poco de espacio Nate acabó con mi bolsa de Ruffles y su mirada clavada en mi en cada escena de un beso. Perfecto. Justo lo que necesitaba. Más tentación. Y de la nada...ahi viene, una escena de sexo. Que momento más incómodo con mi futuro hermanastro, con el que tuve un sueño erótico por cierto, juntos en un sofá.
-Vaya, esto va perfecto con el ambiente- Lo miro molesta.
-Ya basta- Pero aun así no deja de mirarme. Clavo la mirada en el suelo y después en mis manos nerviosas. Siento su mano en mi oreja.
-¡Fué suficiente!- Le grito y apago la tele. -Nate ya basta- Me paro tomando distancia.
-¡Que hice!-
-Tu sabes perfectamente lo que estas haciendo- Lo miro con los ojos fruncidos y empieza a reír.
-Que...dimelo...que hago que te molesta tanto- Sus palabras lentas alteran mis nervios y activan mis sentidos. Se acerca de nuevo...igual que antes, pero la oscuridad de el espacio se aparta ante su paso. Se deshace el oxígeno de mis pulmones concentrandose en sus ojos. Enfocando cada parte de sus labios.
Me roza el brazo alterando y fragilizando mi piel.
Respira Danielle, no caigas, no caigas...no
Y entonces sus labios se acercan a mi, con la mirada clavada en mis labios.
Le suelto una cachetada, tan fuerte que resuena en la habitación, y lo hago casi por instinto.
-¡Auch!- Ese si fue un final.
-Te dije que era suficiente- Pero su expresión es indescifrable...¿está enojado? O solamente juega conmigo.
-No te haré daño-Se ríe. Me pongo firme.
-Mas vale-
-Lo único que consigues con todo esto es tentarme ¿sabes?- Se acerca de nuevo con esa mirada divertida. Veinte puntos para Nate.
-Pues no dejaré que te diviertas conmigo- Lo miro intentando convencerme de ser fuerte, pero esa luz de triunfo en sus ojos me hace sentir como una idiota.
-Esto no es solo para mi mi amor, es algo a cambio de algo. Y yo puedo darte lo que quieres, si estas dispuesta claro- Dios mío...
-Me das asco. No habrá nada entre nosotros, ni ahora ni nunca...así que sigue soñando - Subo las escaleras corriendo sin mirar atrás y cierro la puerta del cuarto. Si que esto va a ser difícil.
Antes de recostarme en la cama noto un sobre negro en el escritorio.
Que demonios...
Lo tomo, no tiene ningún remitente o destinatario Así que lo abro tal y como está.
Es él.
No, no, no, no puede ser.
Entro a la casa, a mi habitación. Quiere acabar conmigo. Debe estar aquí ahora.
Miro atrás, a los lados. Se que esta aquí, lo siento en mi piel. Y quiere hacerme daño.