Era de noche. Caminaba por las calles y lo único que se escuchaba era el viento. Era re obvió que no había nadie aparte de mí, era el único pelotudo que está a altas horas de la noche. Igual no pasaba ningún auto, por lo que caminaba libremente en la calle.
Saqué mi celular de mi bolsillo. Me adentre un rato en la pantalla mientras seguía caminando. Cuando despegué la mirada del celular, ya no estaba pisando la calle y no había casas, estaba en un bosque. Guardé el celular en mi bolsillo.
Había una luz escasa, apenas la podía ver. Me acerqué hasta aquella luz. Pude observar que esa luz provenía de una casa de chapa. Esa casa parecía abandonada. Miré con atención y había otras casas que lucían igual, abandonas.
Me asuste al escuchar una respiración aparte de la mía. No había nadie pero podía escucharla, también sentía que alguien me miraba.
Miré el techo de la casa de chapa. Había una persona en posición de indio, era un chica. Ella llevaba un buzo negro enorme, la capucha de este cubría su cara. Daba alto miedo no poder mirar sus ojos.
—Che, casi me cagó todo —puse mi mano sobre mi pecho. —pensé que nadie vivia aca, parece un pueblo fantasma.
Ella bajo la mirada, creo que me estaba viendo. De su boca no salían palabras, solo respiraba lo que me empezaba a dar miedo. Sentía escalofríos o que se yo. Seguía esperando a que diga algo. Estaba seguro de que, si me quedaba más de la cuenta, me iban a terminar choreando.
—Bueno, chau.
Empecé a avanzar, no sabía dónde exactamente estaba yendo.
—Este es un barrio peligroso, deberías volver por donde viniste.
—¿Peligroso? ¿en cualquier momento vienen el kevin y el brayan a apuñalarme?
—¿Crees que te digo mentiras? —preguntó en un tono re tranquilo pero serio. —tenés que irte ahora.
—Tranquila, parece algo exagerado como definís a tu barrio.
—No estoy exagerando, Rodrigo —me quede helado, ¿cómo latas sabía mi nombre?
—¿Cómo sabes mi nombre? —estaba cagado hasta las patas.
—No tienes tiempo para preguntas absurdas, tenés que irte —re turbina.
Ella bajo del techo, no entendí porque, pero esperé a que termine de bajar. Ella me agarró del brazo y me guió hasta un lugar que conocía poco, la plaza. Me soltó y observé la plaza, cuando devolví la mirada, ella no estaba. Qué raro, era bastante extraña y tenía aires a misterio.
[...]
Le conté a fran todo lo que había pasado aquella noche. También le describí como era la chica misteriosa. El me miró incrédulo cuando terminé de contar todo, con lujos de detalle. Supongo que no tan difícil de comprender, que se yo.
—Nah, ¿Posta?
—Sí boludo. Eso barrio nunca lo había visto, tampoco recuerdo que lo hayan mencionado.
Me di cuenta que tampoco sabía el nombre de ese barrio, cual estaba en medio de un bosque.
—Alta curiosidad.
—Yo no quiero volver, Fran.
—¡Tenemos que ir!
—¿Estás demente? casi me cago todo cuando estuve ahí.
—Dale, Rodrigo. No seas cagón.
—Ya fue, vamos mañana.
[...]
Después de casi una hora de buscar esa plaza vieja, la encontramos. Le aclare que teníamos que adentrarnos en el bosque. En las manos de Fran había una cámara, se le hizo una buena idea grabar lo que llegue a suceder. Nos acercamos al bosque, pero algo nos llamó la atención. Un cartel, un cartel re viejo de color blanca cual decía "prohibido entrar". No recuerdo ese cartel, seguramente porque era de noche y aparte estaba en el celular.
Llegamos al pueblo fantasma, era de día, pero eso no quitaba lo tétrico.
—Re silencioso. creo que nadie vive aca y estabas re al pedo.
— Aca vive alguien, al menos una chica, ¿te acordas que te conté de ella?
—¿Seguro que no fue parte de tu imaginación por el miedo?
—No soy tan cagón —me crucé de brazos.
—Te dije que era peligroso estar en pueblo —ambos nos asustamos, tanto que a fran se le había caído la cámara.
—¿Ella es la chica misteriosa?
—Te dije que no tenías que volver y menos con más —señalo a fran.
El agarró la cámara que había caído en unas hojas secas.
—Alta voz de mafiosa.
—Nadie debería saber de nosotros.
—Fran, anda a boludear un ratito. Habló yo con la chabona ¿entendes?
—Dale.
Vi como desaparecía entre los árboles.
—Te lo llevarás y no nunca van a volver.
—Voy a subir al techo de tu casa, así habíamos mejor —esperé un signo de aprobación hasta que ella asintió.
Posta casi me hago bosta al intentar subir el techo, pero logré subir.
—¿Cómo haces para saber dónde mirar? tenes alta capucha tapando tus ojos, al igual que tu flequillo que cubre la mayoría de tu cara.
—Te siento.
—¿Porque este lugar es peligroso? —pregunte mirando el "pueblo" como ella le llamó. —¿viven mas personas aca?
—Este lugar está prohibido. No deberías saber que existe. Este lugar no tiene las leyes que seguro conoces. Es peligroso para alguien como vos, se nota que no sos de este lugar. Si hay más personas y no son nada agradables.
—Suena re exagerado.
Ella me ignoro. Movió la cabeza para los lados.
—¿Dónde está tu amigo? el que venía con vos.
—Se fue por aca cerca.
—Si no lo encuentras ahora, estará muerto.