Conociéndonos II

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Erick

─¿De mi vida? ─me miro confundida.

─Bueno, yo te estoy contando de la mía y así me conocerás mejor. Me gustaría conocerte mejor...

¿Pero qué carajos hago?

─Está bien ─sonrió un poco─. ¿Por dónde empezar?... Vivo en casa de mis padres, me encantaría vivir sola, pero ya sabes. Ser hija de un gran empresario no ayuda mucho ─ambos soltamos unas risas─. Cuando iba a empezar la universidad, mi madre falleció... ─ella aún sonreía, pero tenía la mirada perdida.

─L-Lo siento mucho, no debí-

─No te preocupes, no importa.

Mierda, no debí preguntarle...

─Estaba enferma, demasiado... Su muerte nos dolió mucho. Después de eso seguí estudiando, el sueño de mi madre siempre fue que tuviera una carrera, así nadie podría matar mis sueños ─sonrió un poco, pero su sonrisa desapareció rápidamente─. Sin embargo, llegar hasta aquí no fue fácil. No tienes idea de cuanta gente quiso que fracasara, que fallara. Jamás he tenido una relación muy buena con mi padre, desde que yo era pequeña él jamás mostró afecto así mí. Siempre pensé que era por su trabajo, pero me di cuenta que aunque un padre esté muy ocupado, siempre tendrá tiempo para sus hijos. Mi madre era lo único que tenía de valor en mi vida, pero ya no más... ─vi como sus ojos se empezaban a cristalizar, hasta que por fin salieron lágrimas.

Tan rápido como callo la primera lágrima, corrí hacía ella y la abracé. Ella seguía sentada, pero me abrazó por el cuello mientras lloraba, yo estaba agachado a su altura. Alia arrugaba mi camisa con sus manos... Parecía que de cierto modo a le afectaba que su padre fuera tan indiferente. Supongo que no solo eso, se sentía sola, su madre había fallecido demasiado pronto, debe ser muy duro para alguien sentirse solo.

─De algún modo, me acostumbré a estar sola. Me siento mejor cuando estoy sola. ─No respondí─. ¿Por qué crees que no creo en el amor? El primer hombre en mi vida, me rompió el corazón... ¿Cómo puedo creer en algo que no existe para mí?

Detrás de esa chica siempre radiante y gentil, hay una chica deprimida y rota. Pasaron unos minutos y Alia se calmó, pero sé que aún se sentía mal. Yo no sabía que hacer más que acariciar su espalda y abrazarla. Al ver que ninguno de los dos hablaba ella decidió hacerlo.

─Erick, ya estoy bien, puedes soltar-

─No te soltaré, no soltaré a la señorita Alia hasta que esté más tranquila. ─respondí serio.

─T-Te digo que estoy bien... ─vi su rostro de reojo y puede notar un leve sonrojo en sus mejillas.

─Me niego...

─¿No se supone que eres tímido?

Carajo.

─A-Ah... Lo siento.

Estaba a punto de separarme de ella, pero me detuvo.

─No... ─me abrazó un poco más fuerte─. Espera un poco más...

¿Las mujeres siempre son así? ¿Cambiando de opinión constantemente? Aunque tengo que admitir que también quería quedarme un rato más.

Después de estar así unos minutos más nos separamos y volvimos a nuestras posiciones anteriores.

─Lamento que hayas presenciado ese momento... ─dijo la castaña un poco avergonzada.

─N-No, lamento haberme pasado de la raya y haberla a-abrazado. 

Dios, mis mejillas rojas otra vez, ¿Cuántas veces van ya?

Alia

Pero qué lindo se ve sonrojado, bueno desde que lo vi me pareció lindo... ¿P-Pero que digo? Solo será mi asistente, debo poner los pies en la tierra... ¡Agh! Pero lo único que he hecho en todo este tiempo es coquetearle. Lo bueno que es algo lento y aun no lo entiende.

─No pasa nada. Por última pregunta... ─dije y el me miro sorprendido─. ¿En serio quieres trabajar aquí?

─¡P-Por supuesto! ─exclamó mientras se levantaba de su asiento.

─Bien... ─dije levantándome de mi asiento y acercándome a él─. Tienes el trabajo ─le miré sonriendo y extendí mi mano para felicitarlo.

─¿E-En serio? ─asentí y seguí sonriendo, miró mi mano y una gran sonrisa se dibujo en su rostro, ignoró mi mano y me alzó─. ¡Muchas gracias, Señorita Alia! ─Me abrazaba mientras daba vueltas.

No sabía qué hacer, en verdad me ponía feliz su reacción, pero no sé mucho sobre ser afectuosa. Por instinto lo abracé del cuello y comencé a reír con él. Luego de unos segundos me bajo y nos miramos sonriendo, sin embargo al volver a la realidad y sentir lo cerca que estábamos, nos sonrojamos. Cambie de tema drástica mente para separarme de Erick.

─A-Ah... ¿Te parece si empiezas mañana? ─le miré sonriendo, pero mis mejillas aún estaban rojas.

─P-Por supuesto. Entonces, la- te veo mañana ─él no sabía cómo despedirse de mí por lo que puse mi mano otra vez y Erick la estrecho un poco para luego salir de mi oficina.

Cuando salió, me sentí tan aliviada... Caí de rodillas al suelo y puse una mano en mi pecho y la otra en el piso, pude sentir como mi corazón y mi respiración estaba aceleradas. Jamás me había puesto así por nadie...

¿Qué me está pasando?

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Enamorado de mi JefaWhere stories live. Discover now