Capítulo único.

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"La inocencia se asoma desde la malvada oscuridad.

『No huyas.』

Déjame susurrarte mientras te persigo, ¿de acuerdo?"

...

Después de un largo día lleno de trabajo, caminas por calle de noche, la única luz que te permitía no tropezarte o chocar con alguna persona, era el alumbrado público que recorría todo el camino que debías atravesar.

Bostezando por quinta ocasión, cierras tus ojos para descansarlos por unos segundos, al abrirlos, el camino que seguías no era el mismo, todo tú alrededor había cambiado por completo, los edificios, las personas, las calles, las farolas, fue cambiado por un denso bosque que no parecía tener un fin. Asustada y confundida, observas todo el paisaje; quisiste reconocer el lugar, pero fue inútil. Sin saber qué hacer, decides continuar el paso desconociendo por completo el próximo destino que te depararía.

Siguiendo el único camino disponible de aquel bosque, logras visualizar a lo lejos una mansión. Al principio, parecía ser un lugar deshabitado, pero estando más cerca, notaste que "aquella mansión" resultó ser un castillo, en el patio de enfrente era adornado con un jardín de rosas rojas y blancas. Ese rosal prestó mucho tu atención, tanto fue así, que no recordabas bien tú propósito principal de estar en ese lugar; encontrar alguna manera de regresar a casa o por lo menos en la zona en la que estabas antes.

Dejando de lado el entorno que te rodeaba, te acercas a la puerta principal de madera. Impresionada por el gran tamaño de aquellas puertas, piensas la manera de abrirlas – no eras una joven muy fuerte para empujarlas, posiblemente, no lograrías ningún cambio si intentas moverlas –; sin tener alguna idea buena, alzas tú mano para tocar la puerta.

Esperando una respuesta, te arrepientes de cierta manera el querer entrar en aquel castillo, desconocías todo de ese lugar, y no era muy seguro entrar en lugares no conocidos. Terminando aquel pensamiento, las dos puertas se abrieron con lentitud.

Tus pasos no fueron muy certeros, el interior del castillo era muy oscuro, causándote desconfianza sólo el pensar en entrar. Tragando saliva, con "valentía", aceleras el paso para enfrentarte a lo incierto; esa valentía se desvaneció al cerrarse las puertas tras de ti de un azote. Diste un pequeño brinco mientras mirabas detrás de ti por instinto: ¿quién cerró la puerta?, pensaste.

— Bienvenida, señorita. — La voz de un hombre resonó en la sala principal. — Me alegra que esté aquí está noche. — Los pasos de esa persona sonaban más cerca de tú persona.

— ¡...! — Querías gritar sin ninguna razón aparente; tú cuerpo no se movía en absoluto.

Si no buscas palabras mundanas, entonces, ¿al menos aceptarás la calidez que viene de mis manos temblorosas?Aquel hombre acerca sus manos lo suficientemente cerca para tocar tus brazos. — ¿Me aceptará?

La persona con la que te has encontrado hablaba con mucha tranquilidad – aunque podía notarse un toque de severidad y autoridad si se escuchaba con atención –, su apariencia era extraña, su gran formalidad y una capa – parecida a la de un vampiro – te hacía dudar un poco de la "estabilidad mental" de ese hombre. Su cabello rubio, sus ojos color celeste adornados con anteojos ovalados "hipnotizó" tú mente.

— Oh, tal parece que has llegado. — Una voz diferente fue escuchada por tú espalda. Como si fuera un cañón, nuestros destinos se superponen; mi voz llamante te persigue.

A diferencia de la otra persona, su voz parecía ser "engreída" y totalmente autoritaria – escucharlo tras de ti hizo temblar todo tú cuerpo –, dando media vuelta, notaste que esa persona usaba una vestimenta similar al rubio, la única diferencia era el color de la capa; la del rubio era de color rojo, la de él era un azul oscuro. Lo que sí era similar en esos dos hombres, era el uso de anteojos – de distinto modelo –, y su cabello bien arreglado.

『Fantasma del antifaz.』[Brothers Conflict & Diabolik Lovers - Song-shot]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora