Capítulo 15 °^°

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Tsuna había estado siguiendo al asesino los últimos días, pero debido a que este estaba tan metido en sus pensamientos en ningún momento se percató de la presencia del pequeño a su alrededor. Y este error por parte del Hitman causaría un gran e increíble desastre.

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Nono una vez más había llamado al Hitman, esta vez para preguntar si el pequeño ya estaba enterado de la situación. El sicario no se atrevía a responder, sabía que debía hacerlo, pero aún no había podido... no sabía cómo decirle al pequeño que se debía ir, y que él no podría estar a su lado, la tristeza y la impotencia lo atosigaba cada instante.

Tsuna que se mantenía escuchando aún más cerca de lo que cualquiera imaginaría, sintió una gran necesidad de golpear a aquel que causaba ese rostro en el sicario.

-Solo dame un poco más de tiempo, juro que le dire a Tsuna... Tranquilo Nono, se que deberá irse...- en ese momento un fuerte estruendo se hizo escuchar, llamando la atención del Hitman, el cual al darse vuelta pudo observar como un pequeño estaba detrás de él, con una mirada sombría y con esas únicas y bellas llamas de la última voluntad brillando como si fuera la primera vez que lo hacían.

El pequeño no quería creer que lo que escuchaba era cierto... es decir, el Hitman lo salvo de todo el sufrimiento por el que pasaba, le dio una familia, un hogar... y ahora... ¿Lo quieren separar de él?... no podía dejar que eso sucediera.

Nono por su parte solo escucho algo romperse y luego nada más, un silencio sepulcral invadìa todo... no tenía la más mínima idea de lo que estaba pasando, pero a juzgar por la situación no era nada bueno.

-Tsu... Tsuna, espera... lo que escuchaste...- intento de explicar el azabache, pero el pequeño ni siquiera lo miraba a los ojos.

-No lo permitire... NADIE TE PUEDE ALEJAR DE MÍ... NADIE- tanto nono como el Hitman se asombraron al escuchar lo dicho por el pequeño, ninguno de los dos se habían esperado tal reacción por parte del castaño.

-Tsuna, se que no quieres irte, pero son órdenes de Nono... el quiere que... vivas en la mansión de varia por un tiempo, y que tengas nuevos amigos y profesores...- dijo el sicario intentando de sonreir, fallando muy claramente en el intento.

-NO ME IMPORTA SI LO DICE EL ABUELITO O QUIEN SEA... TU ERES MIO Y YO SOY TUYO, NO NOS PUEDEN SEPARAR... no lo permitiré- el pequeño calmó su voz y se acercó calmadamente hasta el Hitman el cual se encontraba arrodillado a su altura, para con sus pequeños bracitos dar un posesivo abrazo junto con una dulce sonrisa.

-Reborn... ¿me dejas hablar con el abuelito?...- dijo Tsuna tiernamente con una dulce voz y una radiante sonrisa.

El azabache solo le entrego el teléfono, ya no sabía que pasaba... él tampoco quería que el pequeño se alejara de su lado, pero si era Nono quien lo ordenaba no se podía negar... obvio que él también estaba enojado y triste por la decisión. A parte de eso, en verdad nunca se espero que el pequeño actuara de esa manera, si no supiera que el pequeño es omega... luego de escuchar la voz de mando que usó creería que era un pequeño alpha, aunque era imposible... es decir, era un omega después de todo.

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Cuando volvió en sí, el pequeño ya había terminado de hablar con el noveno y tenía una sonrisa en su rostro, el sicario solo podía pensar en lo estúpido que era por dejarse influenciar por sentimientos y emociones ahora, después de tantos años sin sentir nada... pero no podía explicar el porqué el pequeño causaba que todo su mundo se pusiera de cabeza, estaba consciente de que lo apreciaba, y que de alguna forma el pequeño se las había arreglado para volverse alguien importante para él, pero... ¿en que momento se volvio tan indispensable para su vida?... la verdad no podría asegurar cuándo sucedió.

Cuando le estaba por pedir el teléfono a Tsuna para poder hablar con el jefe de la Vongola el pequeño con una sonrisa un tanto extraña colgó el teléfono y lo agarró de la mano para llevarlo lejos del teléfono. Reborn en verdad entendía poco y nada, solo que ese niño era un tanto raro, pero aún así lo apreciaba... aunque no lo dijera.

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Nono por su parte se encontraba aún en shock... es decir, su adorable y tierno nieto... había sonado como un Xanxus enojado, y aún así creía que tal vez eso era poco para describir la manera en la que el pequeño había sonado.

-... Por favor dime que ese no era Tsuna enojado...- Un rubio había aparecido de la nada, y a pesar de ser un fantasma se le podía ver un tanto más pálido debido a la expresión de horror que tenía.

-... tal vez, se enojó por la decisión que tome sin preguntarle...- mencionó el anciano un tanto sorprendido aún por lo sucedido.

-... menos mal que estoy muerto, solo un concejo por que eres algo así como un pariente... toma un vuelo a Narnia, de está no te salvas...- luego de eso, el fantasma rubio simplemente desapareció, dejando al pobre anciano un tanto traumado.

-... Tal vez no sea tan buena idea dejarlo con los Varia... quién sabe lo que le podría enseñar Xanxus...- un suspiro se pudo escuchar en la oficina repleta de papeleo del Noveno.

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-... ¿por qué no solo me dices que es lo que te dijo Nono?...- dijo un azabache y cansado de ir a buscar dulces para el pequeño que no quería decir nada... se sentía estafado.

- Tal vez si me consigues unos chocolates te lo diga...- mencionó el pequeño castaño con una tierna sonrisa en el rostro.

- Ya fueron suficientes dulces... ahora vamos, dime que es lo que te dijo- el azabache ya estaba enojado, bueno... tal vez no enojado, pero la paciencia no era una de sus virtudes.

-no se... tal vez no quiero decirte, ¿que pasaría si no lo hago?- una pequeña sonrisa fue lo que rompió lo que quedaba de paciencia en el Hitman.

El silencio era realmente incomodo y la tenebrosa sonrisa que el sicario tenía en su rostro no ayudaba, si no lo mataba aún era por que lo apreciaba... sino ya lo estaría torturando por intentar de jugar con el.

Por su parte el pequeño empezó a repensar las maneras de escapar sin perder un brazo o una pierna... o tal vez la cabeza por la insolencia cometida... tal vez no había sido buena idea molestar al asesino a sueldo.

Uno, dos... tres pasos se escucharon antes de que el niño saliera corriendo por su vida, y detrás de este un azabache el cual se notaba bastante molesto... y un tanto divertido, pero eso era normal cuando alguien iba a sufrir... es decir como no divertirse con los gritos de agonía ajenos.

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Bueno eso fue todo por ahora, ya se que me tomo mi tiempo pero sinceramente prefiero no escribir a hacerlo mal y deprimida... Espero que les haya gustado y mil gracias por los comentarios, lecturas y votos.

Bye~   >w<

Nadii1827

En manos de mi sádico Hitman - R27 OmegaverseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora