𝕮𝖍𝖆𝖕𝖙𝖊𝖗 𝕹°6

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La puerta se hendió contra la pared luego de haber sido abierta a unos exagerados 180°

A eso se le sumaban otras miles de razones por las cuales joestar debía comenzar a trabajar en la regulación de su fuerza.

Sí, Brando no había movido un solo pelo ante tal escándalo.

Hecho que hizo al mancebo querer festejar y plañir al mismo tiempo..

[...]

Finalmente;

-V-voy entrar...-

No recibió respuesta alguna.

Tampoco se inmutó.

Y es que nunca recibir nada a cambio, ya comenzaba a ser una penosa costumbre.

Dio parecía descansar plácidamente, su alborotado cabello y holgado pijama le recortaba años.

Detalles como esos, le provocaban a Jonathan todo tipo de Infrecuencias en el corazón cada vez que los recordara, por el resto de su vida.

El peliazul avanzaba instintivamente hacia el lecho de su hermano.

Todo su ser vibraba por dentro.

Y es que casi sin darse cuenta, su andar lo tenía a escasos centímetros.

Quién diría que Dio Brando podía ser tan apuesto y excelso a tan poca distancia.

-Buenos días.-
Exclamó Joestar sonoramente suponiendo que quien aparentaba dormir despertaría.

No hubo respuesta.

-Oye, Levantate-
Rezongo con firmeza, aunque una muy tibia.

Pero ambos eran testarudos y mal perdedores, ninguno consideraría una tregua, incluso si esto implicase tener que permanecer en aquella postura durante todo el día.

-Dio-

Nada.

-voy en serio-

Silencio

-nunca te gustó por las malas... No me obligues...-

Pero sin embargo, hablarle a una pared podría ser incluso hasta más dinámico.

Brando era un excelente actor.

Y joestar, un pobre crédulo.

Ya para ese entonces, este último arremangaba los puños de su camisa en simultáneo al andar que rompería pronto la poca distancia que quedaba entre ambos cuerpos.

tremulento, jonathan hundió sus manos bajo las sábanas en búsqueda de las ajenas.

Bingo.

Realmente eran cálidas a comparación de las propias.

suaves.

Tal vez también eran perfectas.

Las sostuvo con firmeza.

Y comenzó una cuenta regresiva dentro de su mente, en la cual el número cero lo obligaría a jalar de ambas extremidades.

5

Tal vez debería meditarlo de nuevo.

4

Ya es muy tarde.

3

Tragó grueso.

2

"Voy a morir"

1

Lo siento.

Fue exactamente en el momento cero qué, Joestar oteó cómo la mirada de su hermano ahora estaba enterrada en la suya, abierta de par en par y con un tono conminatorio.

-Estas muerto.-

Se oyó a penas.

Aunque lo sintió hasta en lo más profundo de sus entrañas.

Uno de los pies del rubio se estampó en el abdomen del menor con el propósito de despedirlo hacia atrás y dejándolo instantáneamente sin aire.

Pero algo falló.

Brando había olvidado por completo la fuerza descomunal del peliazul.

También había olvidado que este aún sostenía ambas de sus manos.

Obligado y sometido a la cinética del cuerpo ajeno, Dio fue arrancado del lecho, para segundos próximos caer sobre una superficie mucho más suave de lo que prorrogaba, siendo que esperaba caer sobre la alfombra.

Sus ojos se mantuvieron cerrados con fuerza hasta el momento en el que oyó un quejido debajo suyo.

Mierda.

un Jonathan jadeante había amortiguado su caída.

Sus manos seguían aprisionadas.

Y no pudo evitar sonrojarse a pleno.

-Su-sueltame!-
Exasperó.

-Dio...-

-Qu-Que me sueltes...-

-Mirame-

-No fastidies...-

-Sólo hazlo-

-tsk-

-Dio-

-Ya!-

Y lo hizo.

Levantó su rostro y en segundos, encerró a su hermano bajo la intimidante visión que sus caramelizadas iris desasían.

El Cabello y rostro del mayor eran un alboroto.

A pesar de ello, el peliazul sólo podía sentir la misma paz y regocijo que llegaba a él cada vez que se quedaba dormido en el césped.

El agarre cedió.

Algo en Joestar también.

Tal vez aquello habia sido demasiado.

Tres desafortunados segundos más tarde, Dio recobró el equilibrio suficiente cómo para ponerse de pie y huir del cuarto.

Jonathan prefirió continuar tendido en el suelo.

-Cielos...-
Murmuró.

[...]

Continuará

𝐇𝐨𝐥𝐝 𝐌𝐞 •[𝐉𝐨𝐧𝐚𝐃𝐢𝐨]•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora