FINALIZADO.
Breves relatos con un pequeño toque de realismo mágico, cada uno de ellos representa una etapa del autor en sus últimos años. Lo que mi alma dice recoge historias tristes, de amor, de auto reconocimiento y superación. Momentos propios d...
En medio de toda la polvareda que rodea a la no razón, te preguntas qué es el amor, como si de una cosa se tratase. Una cosa no es, porque es intangible, indoloro, más no insípido, sabor tiene, pero variado según el corazón de cada quien. No se toca, se percibe. Pero al rozar al ser amado, ¿cómo podríamos decir entonces que no se toca? Menuda paradoja. Te preguntas dónde se encuentra y dónde lo buscas. No, no se encuentra ni se busca, porque cuando se busca no se encuentra y cuando se lo encuentra no se lo busca. Otra contraproducente característica del amor. Entonces, me preguntas ¿qué es realmente el amor? Una cosa que se toca con las almas, una cosa que se siente con las auras y una cosa que se puede transmutar a lo real. ¿Se acaba? Como todas las cosas, entonces también se sostiene, y el que no sostiene se condena a penar la insatisfacción de rendirse ante su otra alma. Es dual, es valor, es cobardía, es una no cosa que es cosa también. Es tu determinación, tu mejor sonrisa para los dos. Eso es, para mí, el dolor.
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Creía
- No te vayas. - dijo Cuando nada más que mi sombra quedaba en su pecho. Ya había partido cuando imploró, pero creí escuchar a la distancia esas palabras que vengo repitiendo en mi corazón. Pero, ya me había marchado.
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Fue
Dónde será que quedaron todos los vestigios de lo que alguna vez fui, a diario me cuestiono la realidad sobre mis pies. Corren en estos tiempos, despacio mis manos. Espacios que quedaron sin dibujar. Magnífico resultaba oír sus notas, aterciopeladas con colores de todos los colores. Pero imaginé un final para su abismo y sin querer, lo plasme. Con furia y decepción, resulta que era el villano de cada historia. Tarde aprendí, todo lo que debí aprender. Siento como olas se apoderan de mis decisiones y por las malas, las transforman en malas. A lo lejos la vi partir, y con ella llevarse todos los colores. Bien cerca la vi llegar. Era la libertad. Desahuciado grité sin gritar y giré mi entumecido cuerpo hacia la cobardía, y a lo lejos, la vi partir... Si alguna vez me encuentra, en todos esos sueños rotos que quedaron para armar, que me busque sin buscar, que seguramente aquel sueño hoy quedó sin dueño, un sueño que siempre fue nuestro. Pero inefable fue imaginarlo, porque condenado estaba ya a difuminarse en recuerdos. Era mío. Era de nadie. Era yo. Era solo un sueño.
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Cuento de un invierno eterno
¿Por qué tardas tanto?
Recuerdo haberla visto. Verla llegar, verla acercarse. Con la misma inquietud que yo. Recuerdo que eran meses fríos. Tan fríos. Llevaba conmigo muchos dolores y muchos abrigos. Llevaba siempre un sueño roto. Un corazón roto. Mi alma destruida. Me enseñó nuevos caminos. Me enseñó sus manos. Me enseñó su música. Me enseñó colores. Me enseñó su sonrisa. Aún más importante, me devolvió la mía. Recuerdo que ya ni pensaba en el frío cuando iba directo a sus brazos. Sabía que todo se había acabado. No más dolor, no más desconfianza. No más lágrimas. ¿Qué era la lluvia sino un canto bajo mis pies?. Hacía tanto frío. Pero sus ojos tan cálidos. Un mulush. Como me había enseñado a identificar todos los colores de la vida. Decía que yo tenía un color especial a pesar de querer disfrazarne siempre de gris. Y así, sin más, me amó. Me tomó. Me abrazó. Me armó. Y luego, me soltó.