Prisión Fantasma

¡Sorpresa!

Bajamos hacia el área de entrenamiento en el cual habíamos conocido a Mika y la fábrica de jamón. "Fábrica".

Richard nos acompañó, pero cuando llegamos solo mantuvo unas cuantas oraciones con Mika, de las que me dejaron fuera y luego se fue nuevamente.

Lo seguí con la mirada hasta que desapareció en la oscura puerta de la entrada, y cuando volteé a ver nuevamente a Mika, ella me miraba fijamente.

Tras unos segundos, los cuales fueron incómodamente largos, ella se volteó y caminó hacia adentro, conmigo siguiéndola unos pasos detrás.

-Hay dos formas de hacer el entrenamiento. Cuando comencemos notarás la diferencia con la forma en la que Nathalia y Chris enseñan. Ellos deben acoplarse a muchas personas al mismo tiempo, en cambio, aquí solo estás tú, por lo cual podemos concentrarnos en tus habilidades directamente. Es básicamente un entrenamiento que funciona solo contigo, ya que eres el único con el poder de las sombras. -ella hablaba mientras seguía caminando sin siquiera verme. El lugar parecía seguir indefinidamente y al ser los únicos ahí nuestros pasos resonaban con un eco seco. Me preguntaba cuánto íbamos a seguir caminando, al igual que cómo sabía qué habilidades tenía. Seguro era culpa de Anna o Richard.- Ahora bien, como había dicho en un inicio, hay dos formas en las que puedo proceder ahora. La primera te ayudará a controlar tus poderes y manipularlos de manera más natural, lo cual hará que tus habilidades suben ordenadamente. El segundo, el cual es más acelerado, lo que hará es liberar el poder, lo cual te hará más fuerte en corto tiempo, pero también hará que sea más complicado controlarlo y requerirá más esfuerzo a la larga. ¿Cuál prefieres?

-El segundo. Si por alguna razón me encuentro con ellos quiero estar preparado.

Mika tenía su mirada fijada en mi. No tenía idea de lo que podía estar pensando, aunque tampoco me importaba mientras me enseñara lo que quería.

Giramos hacia la derecha y caminamos hacia una de las paredes.

-Si eso es lo que sientes que necesitas, te enseñaré de esa manera. -se detuvo y me miró.- Espero que hayas traído tus armas, porque las necesitarás. -mientras lo decía se iba apartando de mí, caminando hacia atrás. Me hice una idea de lo que intentaba, así que tomé las dos cuchillas que llevaba en mi cinturón y las enlacé con Shin, esperando a que ella me atacara.

Pero eso nunca pasó. Mika levantó la mano y una luz apareció por unos segundos, para luego extinguirse sin siquiera crear una brisa. Aún esperaba que fuera un ataque con efecto lento pero lo único que logré detectar fue el sonido de pasos que venía del lado donde estaba la pared. Cuando me volteé, con un poco de miedo de que Mika intentara tomarme desprevenido, dejé de escuchar los pasos y vi solo oscuridad pero justo cuando iba a voltearme nuevamente sentí un golpe en el pecho y salí disparado hacia atrás.

El haberme preparado con Shis y Ssen gracias a Mika hizo que el golpe fuera un empujón fuerte, pero incluso de esa manera sentí un ardor, lo cual significaba que el atacante no era una persona cualquiera.

Me levanté y volví a ver hacia de donde había sido golpeado. No ví a nadie aparte de Mika, la cual ahora se encontraba sentada en el suelo, observándome. En ese momento comprendí lo que estaba pasando y levanté mis cuchillas, haciendo que estas golpearan con una manopla. Empujé con ambas para apartar al atacante de mí, haciendo que este cayera a unos metros de distancia.

Por la oscuridad no podía verlo demasiado, pero podía ver que era un hombre alto y musculoso que estaba lleno de tatuajes. No llevaba camisa, por lo que podía ver que sus tatuajes cubrían casi todo su cuerpo.

-Le dije que si te lograba vencer lo iba a liberar, así que te conviene no perder, Kai. -gritó Mika desde la comunidad de su puesto.- El es un prisionero muy importante al cual estamos intentando sacar información.

-¿Y por qué ponen a mi cargo a alguien tan importante? -le grité.

-Es un incentivo para que tu entrenamiento sea más efectivo.

-¿Como se supone que esto es más efectivo?

-Porque lo capturamos luego de tu explosión, en el mismo lugar. Era compañero del enmascarado.