Capítulo 42. La x de la ecuación.

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Amor.
Siempre hablando de amor.
¿Será que libros es mejor?
¿Será que sabe más dulce.. cuando no es real?
Era una noche un poco fría.
Otra noche más, vuelvo a despertarme..
¿Por qué?
Porque parece pronto y se me hace tan tarde.
Me levanto de la cama y bajo a tomar un respiro, miro a la ventana y todo se veía tan calmado que parecía una foto de recuerdo.
Se veía la penumbra en el cielo iluminado de estrellas con nubes grises, las casas, los autos, y pequeñas gotas de lluvia que a penas comenzaba.
Como si el tiempo hubiera parado.
Sola y con la nariz fría, tome asiento en la sala, me tapo con una cobija color púrpura, pues la temperatura baja un poco más.
Tanto que me helaba hasta el corazón.
Recordaba.
Habían pasado ya 5 meses de la forma tan abrupta en que me rompieron el corazón.
Y se cumplió 1 año de comenzar a hablar con él, de tratarlo y de que me enamoré.
1 año.
Y seguía en mi cabeza.
Ya no como diario, cuando llegaba del colegio y él preguntaba ¿Qué tal tu día?
Ya no como cuando hablaba de sus proyectos y de su plan de vida.
Ya no como cuando esperaba cada mes una oportunidad para verle, para sonreírle, para quererle, para mimarle y llenarlo de tantas bellas palabras que no solo salían de mi boca, sino de mi corazón.
Ha pasado el tiempo.
Palabra clave para mi.
Duele sentir su ausencia.
Pero duele más tratar de hablarle y solo ver que todo se desvaneció desde la confianza hasta nuestra amistad.
Que nada es igual.
Que la atención que él me daba, se esfumó.
Que mis palabras ya no importan para el.
Y que no piensa en lo absoluto en mi.
Que yo me pregunto todos los días sin falta como estará y que estará haciendo, si le va bien y si todo marcha como debería de.
Si es exitoso, si ha comido bien, si ha dormido lo suficiente, si ya acabo ese juego de video que tanto le gustaba, si piensa en mi y si se pregunta cómo me va.
Se siente su ausencia.
Y pasan los días y yo le recuerdo cada que veo una escena de amor, una flor, un ave, el cielo o el sol.
Y su recuerdo me mantiene viva.
Recordar quién era el, quién era yo, quién éramos.
Me sabe tan dulce.
Es tan extraño ver el cambio tan brusco que hemos sufrido los dos.
Y saber que leo mensajes viejos, escucho su voz en nuestros audios y me doy cuenta de que..
Estoy enamorada de su recuerdo.
Estoy enamorada de aquel, que me enviaba videos mientras trabajaba con sus compañeros.
Que me escuchaba y ponía atención a cada palabra que mis labios pronunciaran.
Le extraño a él.
Al de antes.
Al chico tan tierno, único y humilde.
Aquel.. que ya no es.
Y no soy yo.
Y no somos nosotros.
Y es triste.
Todo lo que vino tarde o temprano se va.
Las personas cambian y los recuerdos se perderán.
En un mar sin fondo..
Al fin y al cabo, nado sin un rumbo.
Pero.. yo no quería que aquellos recuerdos se perdieran.
No quería soltar a quien ya me soltó.
No quiero mirar un futuro en donde no es él y no soy yo.
Vivía con la esperanza de que lo pensará y me volviera a buscar.
No tanto con intensión de disculparse, eso ya lo hizo y me dejó muda.
Sino.. con ganas de hacer las cosas bien, de arriesgarse por mi y si no funciona hacer que funcione.
Tal como lo hacía con las bobinas y los alambres hasta hacer un proyecto que funcionará como estaba supuesto a.
Una palabra.
Había una palabra que no recordaba y que tenía en mente.
Que descabellado suena eso.
Me meto a su chat para buscar la palabra.
Y de pronto, me encuentro llorando.
Abrazando a una almohada en lo frío y oscuro de la sala de estar.
Con los pies enredados en la cobija y los recuerdos enredados en el corazón. 
Con la mente en el pasado.
Lloraba.
Porque extrañaba a aquel chico.
Extrañaba llevarnos tan bien y la confianza creada.
Las imágenes.
Y las llamadas en la madrugada.
¿Cuánto daño me haría sin saberlo?
¿Cuánto daño me hago sabiéndolo?
¿Cuánto tiempo necesito para que dejen de doler aquellos recuerdos?
¿Aquellas sonrisas?
¿Y pedazos de amor que volaban en mi habitación, cuando horas antes de salir me arreglaba con entusiasmo frente al espejo?
Soñando con un noviazgo.
Soñando con alcanzarlo.
Soñando..
Que bonito todo lo que vivimos.
Que hermoso amor tan leal le regale.
Que triste que jamás sucedió nada.
Que triste que para el, me pierdo en una enorme maraña.
De pendientes y de las cosas que tiene qué hacer, su futuro, metas personales y sus sueños.
Que triste ser solo "alguien" más.
Alguien tan x.
Tan x, sin una y.
Que me despeja de su vida.
Como cualquier ecuación matemática.
Soy la x a quien no quiso elevar al cuadrado.
A quien no quiso factorizar.
Una x.
Simple, sencilla y desordenada x.
Que triste la forma en que cambiamos.
Y en qué dejamos de hablar.
Que triste saber que me fueron arrancados los sentimientos de raíz.
Y que triste, recordarlo y deprimirme un poco más.
Pensar en ti.
En cómo te convertiste en inspiración.
Y de pronto nada.
Y pensar que había superado esa ruptura..
Que gran retroceso.
Pero después de todo lo hermoso que vivimos JAMÁS me atrevería a llamarte error.
Porque fui una x, tu fuiste mi y.
X + Y= <3
Siento que me dueles todavía aquí, adentro.
X + Y= 0
Igual a nada.
Como lo que sientes y te preocupas por mi.
Nada.
Tiempo ayúdame a superarlo ya.
A sanar.
Quiero estar sola.
Y sentir su ausencia.
Y que no duela.
Que piense en mi.
Y sea a él a quien le duela mi ausencia.
Que sea a él a quien le preocupe como estoy.
Que me marque con la excusa más tonta solo para oír mi voz..
En otra vida quizá se quede conmigo.
Que triste que no sea en esta. 
La X de tu Y.
La X de tu vida.
La X en la vida de todos.
X qué se despeja y factoriza sola.
Y que después, van a extrañar.
Pero cuando pase, será tarde.
Quién sabe X se vuelve fuerte y no necesita ni a Y ni a Z.
Ni a todo el abecedario.
A nadie.

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