Única parte

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Dejándose caer pesadamente a su lado en el sofá que ocupaba la mitad del camerin de Renato, Gabriel lo miró antes de suspirar dramáticamente.
"¿Qué pasa, Conde?" murmuró el chico sin dejar de escribir en su celular.
No le respondió, dejó que sus ojos vagaran por todo el cuerpo de su compañero de elenco, escaneado la larga figura de este que se encontraba prácticamente tirado sobre el sillón. Parecía absorto en el apartado que manipulaba ágilmente, moviendo los dedos sobre la pantalla táctil. No le estaba devolviendo la mirada y eso molestó a Gabriel.
"Tengo un problema" tanteó, esperando obtener así la atención deseada.
Renato solo asintió, aún sin mirarlo.
Ahora si le daba curiosidad saber que tanto hacía con su teléfono, intentó arrebatárselo pero el menor se movió más rápido, estirando el brazo lejos. Esta vez sus ojos si se posaron en Gabriel, lo miró expectante.
"Bueno, no se si es tanto un problema, pero si es algo que no sé cómo resolver" se encogió de hombros, ahora siendo él quien desvía sus ojos lejos de Renato.
"Poca información, necesito más" ahora sí tenía toda la atención de Tato, el celular había quedado olvidado en la mesa ratonera que tenían en frente.
"Me avisaron de un casting" carraspeó nervioso.
Estaba mintiendo, de una forma descarada e infantil, pero se encontraba al borde de todo, necesitaba entender algunas cosas, y la única persona que podía ayudarlo era a quien tenía a centímetros de distancia.
"¡Genial! Tenés que ir, seguro te dan el papel" le apretó el hombro de manera amigable, sonriéndole, siendo todo hoyuelos y ojos brillantes.
Gabriel siguió con la mentira solo por eso, era tan débil alrededor de Renato.
"Es un personaje parecido a Blas" murmuró esperando ver la reacción del otro. Este solo asintió, dándole pie para que siga hablando "Y la cosa es que quieren que me bese en el casting con quien seria mi pareja" esta vez la cara de Tato cambio un poco, algo casi imperceptible pero que Gabi vio al tenerlo tan cerca y al estar observándolo fijamente.
"Bueno, creo que ya sabes cómo es, no creo que suponga un problema" se movió, intentando alcanzar su celular. Estaba a punto de perder su atención, otra vez.
"Me da miedo" susurró jugando con un hilo suelto en sus pantalones.
"¿Miedo?" se rió, olvidando el aparato móvil. "¿De que? No es muy diferente, todas las bocas son iguales, pensé que te había quedado claro después de todo" no hizo falta que especificará ese "todo", él sabía de lo que hablaba. Junior y Blas se habían besado tantas veces, que en ese punto decir que temía por algo así, casi parecía una broma.
"Ya se, pero pasó un tiempo y no conozco a el otro actor" el hilo seguía enrollándose alrededor de su dedo.
"Podés conocerlo" recalcó algo bastante obvio.
"Seguro, pero eso no va a pasar antes del casting, necesito estar listo para ese momento" se estaba quedando sin excusas. Era patético.
"¿Y qué querés hacer? ¿Buscarlo en Instagram? ¿Ir a tomar un café con él?" bromeó moviéndose en su lugar para poder mirarlo mejor.
Era el momento.
Entonces armado de valor, tomó aire antes de soltar las siguientes palabras:
"Vos podrías ayudarme" cortó el hilo que se había envuelto en el dedo.
Ahora Renato parecía totalmente interesado, se movió más cerca, girando su cuerpo hasta quedar enfrentado a Gabriel, subió las piernas al sofá y las cruzó.
"¿Y como podría ayudarle al Conde Gallicchio?" su voz estaba llena de diversión.
"Practicando" lo dijo lo más seguro que pudo "Ya nos besamos muchas veces, no sería nada nuevo, pero me ayudaría a recordar cómo se sentía besar a otro chico" su argumento sonaba totalmente válido.
"¿No será que extrañas mis besos?" Gabriel se tensó, el menor había descubierto todo y ahora iba a quedar como un boludo delante del pendejo, pero este se rió, claramente bromeando.
"Si, me descubriste Tatito, extraño muchísimo besarte" fingió un pequeño puchero con sus labios.
"Ay, pobrecito, solo por eso voy a ayudarte" junto sus manos, como si estuviera a punto de hacer algo que suponía mucho esfuerzo "¿Por dónde empezamos? ¿Te dieron un guión? Así leemos más o menos cómo es tu personaje" aplaudió contento.
Gabriel se sintió horrible, no podía creer que la mentira le estaba saliendo, en su mente Renato se daba cuenta de todo incluso antes de que le dijera algo. Se estaba quedando sin excusas, obviamente no tenía un guión, eso no podía inventarlo.
"Creo que me lo van a dar a la tarde, improvisemos algo" se giró, quedando frente a frente con Tato. Este le sonrió acercándose un poco más.
"Amo improvisar" se mordió el labio inferior, poniendo una cara pensativa. Hasta se tocó el mentón, fingiendo estar sumamente concentrado. El mayor no pudo evitar la risita que se le escapó.
"Hagamos algo tranqui, por ejemplo Blas conoce a Junior en un boliche y se besan" arqueó una ceja, esperando la aprobación de su idea.
"Me gusta, pero podríamos ser más jugados e ir por una escena donde Junior provoca a Blas, me hubiera encantado que nos dieran algo así cuando estábamos filmando" suspiró fingiendo tristeza.
"Vamos con esa" Gabriel aceptaría cualquier cosa de Renato, inclusive si le decía que fueran e hicieran algo ilegal, él lo haría y eso era algo tan vergonzoso de admitir así que se lo tragó e intentó volver a ser Blas.
El menor se acercó un poco más, estirando su cuerpo cerca del suyo, invadiendo su espacio personal con su aroma y todo lo que era. Se mordió el labio para luego pasarse la lengua por el mismo lugar. A Gabriel se le aceleró el corazón, incapaz de decir algo solo observó e intentó escuchar el palabrerío que Renato estaba inventando. Realmente no lo hizo, estaba tratando de no tirarsele encima antes de tiempo.
Colocó sus manos en los muslos del otro, acariciándolo suavemente, Tato le acarició el cuello con sus largos dedos, bajando lentamente hasta el primer botón de la camisa que traía puesta en ese momento. Se lo desprendió y luego estaba sobre Gabriel, con su nariz rozandole el cuello.
"Siempre me dio curiosidad saber qué perfume usas" susurró mientras ahora sus dos manos trabajan en los botones de la camisa "No se parece a ninguno que yo conozca, huele tan distinto en vos" ahora sus dedos le acariciaban el pecho, movimientos lentos, de arriba abajo.
Cuando iba a responder, sintió unos labios sobre la piel de su cuello. No pudo evitar el gemido que se le escapó. Movió un poco la cabeza, dejando más expuesto esa zona.
Los besos de detuvieron, Gabriel abrió los ojos, siendo consciente recién en ese momento, que los había cerrado.
Frente a él, Renato lo miraba, muy de cerca. Estaba sonrojado y su respiración agitada. Las manos en su pecho se alejaron, moviéndose a su cara, lo sostuvo hasta que sus frentes y sus narices estaban unidas.
"¿Querés besarme?" lo provocó, sonriendo de lado.
Gabriel asintió, sintiendo como de a poco su resistencia flaqueaba.
"No te escuché"
"Si, quiero besarte" su voz se escuchaba ronca.
Un segundo después sintió sus labios chocar y lo siguiente que supo es que estaba recostado en el sofá, con Renato entre sus piernas abiertas. Gabriel acomodó sus manos en la espalda baja del menor, acercándolo más, necesitando rozar el cuerpo ajeno, se sentía como si ninguna cercanía fuera suficiente, quería consumir todo lo que era este chico.
Le mordió el labio inferior, haciéndolo gemir. Renato se separó unos centímetros para poder mirarlo, estaba agitado, con las pupilas dilatadas, Gabriel pensó que era lo más lindo que había visto. Quería besarlo más, mucho más.
"¿Crees que vas a poder hacerlo?" le susurró.
"¿Hmm?" realmente su cerebro no estaba trabajando en esos momentos, su sangre estaba fluyendo a el sur, más específicamente en la erección que presionaba dentro de su ropa interior.
El menor se rió, rozando una vez sus narices.
"¿Si vas a ser capaz de besar a otro?" le lamió provocativamente el labio inferior.
Era muy difícil pensar en algo coherente para decir, estaba demasiado ido, su cabeza no se encontraba en condiciones de luchar con el otro, quería dejarse llevar y nada más. Necesitaba que volviera a besarlo, que dejará de hablar y preguntar cosas.
"Todavía no estoy muy convencido de eso, capaz tengamos que seguir practicando" se las ingenió para decir, observándolo desde abajo de sus pestañas. Jamás pensó que iba a actuar de esa forma, prácticamente entregándose al otro. Ya había perdido la poca cordura que le quedaba.
"Mierda" gruñó Renato, bajando una de sus manos por el pecho descubierto de Gabriel, la otra la tenía a un costado de su cabeza, sosteniendo el peso de su cuerpo para no aplastarlo "Sos tan lindo" le besó las mejillas, el mentón, bajando lentamente por su cuello; Gabriel gimió, cerrando los ojos.
La mano que acariciaba su pecho bajó lentamente hasta terminar en el borde de su pantalón donde lo acarició suavemente.
"¿Vos crees que debemos seguir practicando?" sus dedos jugaban con el botón del pantalón.
"Creo que es sumamente necesario seguir haciéndolo" asintió, fingiendo seriedad en medio de la bruma de la excitación y el deseo que lo estaba asfixiando.
Al parecer la respuesta fue la correcta porque Renato se inclinó hacia él, besándolo de nuevo, esta vez con mayor intensidad, robándole el aire con cada nuevo roce de lenguas y mordiscos suaves que le daba. Gabriel intentó seguirle el ritmo pero la mano que ahora se metía dentro de su ropa interior y le acariciaba el miembro, solo hizo que su corazón se acelerará hasta el punto de sentirlo casi saliendo de su pecho. Lo acarició lentamente, torturandolo con cada segundo que pasaba, quería más, así que movió las caderas, suplicando de manera silenciosa.
El otro se rió bajito, alejándose de sus labios para volver a besarlo por todas partes, bajando poco a poco hasta que su cara quedó frente a la erección que había sacado fuera y ahora estaba allí, ante sus ojos. Renato se relamió los labios de manera obscena, observándolo justo ahí, Gabriel se sintió al borde solo con eso. Realmente estaba perdido.
No estuvo preparado para la lengua que lamió su miembro de arriba abajo, jadeó sorprendido, moviendo la caderas, buscando más de esa suave humedad. Fue recompensando con otra lamida, y otra, y una más que lo llevó a un estado donde solo podía gemir y disfrutar. Nunca se le había ocurrido terminar así, él solo extrañaba besar a Renato y también pasar más tiempo a su lado, y poder tocarlo sin necesidad de una excusa, extrañaba mucho todo el vínculo que habían formado con los meses. De repente todo eso se había acabado y Gabriel estaba desesperado por recuperar lo que eran.
Sus pensamientos fueron interrumpidos cuando una humedad calidad le envolvió el pene, los labios alrededor de este se sentían mucho mejor que la lengua, empujó las caderas, buscando ir más profundo dentro de esa boca que llevaba tanto tiempo torturandolo. Fue recompensando con un succión, luego con movimientos suaves que fueron aumentando segundo a segundo hasta que era él quien se movía mientras Renato solo lo aceptaba en su boca, gimiendo con los ojos cerrados, al parecer Gabriel no era el único que estaba disfrutando del momento. Tomando coraje, quizás propio de la excitación, agarró un puñado de cabello del menor, tirando de este lo suficiente para captar su atención.
"Tócate" le gruñó sin dejar de empujarse hacia su boca. Gimiendo, el otro le tomó la palabra, lo sintió moverse un poco, sin alejarse de él ni de su miembro.
El ambiente alrededor estaba pesado, solo se escuchaba la respiración irregular de Gabriel y el sonido húmedo de su pene entrando y saliendo de la boca del otro. Miró en dirección a Renato, aún con la mano en su cabello, lo vio tocarse y gemir, lo que sólo logró ponerlo al borde, está vez le bastó un movimiento más, y se vino, derramándose dentro de esa boca codiciosa que lo provocaba y que tanto le gustaba.
Todavía agitado, disfrutando del post orgasmo que le recorría el cuerpo, sintió a Renato moverse lejos de su miembro, luego lo acomodó dentro de su ropa interior y le besó suavemente el estómago. Gabriel abrió los ojos, mirándolo. Estaba sonriendo, relamiéndose los labios. Sin dudas un día lo iba a matar y él morirá feliz.
"Creo que estuvo bien la improvisación ¿No?" se mordió el labio inferior, no lucía incómodo, pero si algo tenso.
El mayor se sentó en el sofá, acercándose a él y besándolo con fuerza, probandose en los labios del otro, haciendo que sintiera la excitación nacer nuevamente.
"Gracias" le susurró cerca.
"Soy muy débil con vos" sonaba a algo que se estaba diciendo a él mismo y no a Gabriel.
"También me haces sentir así" le sonrió "Al punto de hacer que mienta" confesó, no podía seguir alargando más la farsa.
"¿Que mientas?" ahora se lo veía confundido.
"No había ningún casting, solo quería volver a besarte. Fueron semanas difíciles" lo miró asimilar todo, primero se puso serio y luego una sonrisa le iluminó el rostro, marcándole esos hoyuelos que tanto le gustaba ver en él.
"Sos un chanta" le golpeó levemente el hombro "Me lo podrías haber dicho y buscábamos una solución" le acomodó el cuello de la camisa, lo cual no servía de mucho, aún seguía con los botones desprendidos.
"¿Si? ¿Y cuál solución se te ocurre?" lo tomó por la cintura, acercándolo más, hasta que lo tuvo sentando en su regazo.
"Hmm" volvió a lucir pensativo "Son muchas, podría mostrarte algunas" le besó la mejilla.
"Me parece una buena idea" antes de que se alejará, lo besó otra vez, fundiéndose en sus labios.
Pensó en todo lo que todavía debían resolver, tantas cosas por hablar y entender, pero había tiempo, ahora quería disfrutar de esa boca que tanto había llegado a querer y añorar. Ya tendrían tiempo para acomodarse.

Mentira piadosa || Quallicchio ||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora