Rompemos la maldición

2.2K 137 7
                                    

Bill observaba a su hija quien le miraba un tanto confundida. Victoire no quería, no, ella se negaba en pensar que su padre había sido vencido por una puerta. Una simple puerta.

- No pienses eso, Vic- pidió su padre- no era una simple puerta

Su padre no necesitaba leer su mente para saber lo que pensaba. Para ella no había duda de que su padre era un hombre asombroso, se sentía un poco decepcionada de que hubiese sido vencido por una puerta, mágica o no.

- No era una simple puerta- habló Bill- era la puerta de una bóveda maldita, la primera... La primera vez que intentaba romper maldiciones... Y sólo tenía 15 años... No era asombroso, solo era un chico que aún no tenía TIMOS

Victoire asintió, comprendía, pero eso no significaba que le gustara. Bill se rindió en tratar de convencerla.

Lena me llevó de inmediato a la enfermería sin dudar. No había necesidad de preguntar lo que me había pasado. El hielo maldito se estaba expandiendo. Por supuesto, madame Pomfrey logró curarme por completo.

Aunque, claro, me retuvo un poco más de tiempo de lo que esperaba. Cuando finalmente me dio de alta, madame Pomfrey esperaba que ninguno de mis hermanos menores se metieran en tantos problemas como yo... Le juré que eran unos angelitos. Una lastima que los problemas siempre buscan la manera de estar con un Weasley.

Lena entró y se dirigió conmigo de inmediato. Su rostro delataba su preocupación por mi.

- ¿Te sientes mejor, Bill?- preguntó ella

- Sí, es gracias a ti, Lena- le dije sonriendo- puedo sentir mis dedos otra vez

- Lamento que resultaras lastimado- dijo ella agachando la mirada

- ¡¿Bromeas?! Nunca me he sentido más vivo- le dije emocionado- tenemos que regresar, usar Incendio y romper la maldición de una vez y por todas... Pero esta vez deberíamos traer más ayuda

- Tengo amigos a quienes le gustaría ayudar- dijo Lena sonriente

- Muy bien- Sonreí- ahora será tu turno de enseñarles Incendio, es hora de entrenar al equipo

Lo que pasaba después de eso, es que discutí con mi jefa de casa, la profesora McGonagall, ella no estaba nada feliz de saber que fui a tratar de romper la maldición.

Lena Donovan se reunió conmigo en el gran comedor. A pesar de que sus compañeros Slytherin le veían curiosos e incluso unos podían llegar a matarla con la mirada. Se acercó a la mesa. Se sentó frente a mi.

- ¿Estás bien, Bill?- preguntó preocupada- te noto un poco decaído

- Estoy bien, Lena- le respondí- no te preocupes por mi

- Eres mi amigo, Bill- me dijo mirándome con seriedad- por supuesto que siempre me voy a preocupar por ti, puedes contarme lo que te pasa

- Estaba en mis clases, pero no lo estaba concentrado como siempre y cuando salí, la profesora McGonagall estaba muy enojada conmigo- le comenté- ella descubrió que te había enseñado Incendio

El primer amor de Bill WeasleyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora