La ventana se abrió de forma repentina al ser golpeada por alguna fuerte ventisca que el verano atraía, cuando tenía esos agradables días donde el sofocante calor desaparecía y la lluvia permitía aliviar el pesado aire que las altas temperaturas dejaban. La cerradura no estaba bien colocada y una tras otra también se abrieron de par en par. El apestoso lugar no solo recibió un poco de oxígeno, las furiosas gota de lluvia se filtraban empapando todo a su paso, los muebles donde en algún momento se dejó caer para admirar la vista que la buena elección de residencia le proporcionaba de la ciudad de Seúl, la cómoda alfombra en la que se vio tentado un par de veces en dormir por su suave textura y el bonito tapiz de la pared que alguna vez fue azul rey muy vivo.
Ahora estaba opaco, sucio y aparte, manchado por el agua.
Y ahí está el gran escritor Choi YoungJae tirado en su sofá escuchando como la lluvia hacía un desastre en su departamento, pero siendo incapaz de levantarse a detenerlo. Todo su cuerpo le pesaba, como si estuviera aplastándose a sí mismo y a la vez se multiplicara para hacerlo de nuevo. Sus ojos estaban abiertos, pero no estaba viendo nada. Su respiración era pesada y tan solo esperaba que la lluvia inunde su apartamento y a él, porque la falta de oxígeno no iba a ser peor contra el vacío que sentía.
¿Cómo era posible que el hombre que en algún momento los medios lo definieron como la energía en vida propia, no fuera capaz de levantarse a cerrar sus ventanas?
Simple, el amor.
YoungJae no estaba pasando la típica fase de tristeza profunda y extrema por un sentimiento no correspondido, una relación recientemente terminada o haber rechazado a una persona que le juraba amor eterno sin él sentir algo parecido —no podía describirse como el que podía manejar la culpa, era tan mal mentiroso que aprendió a callar antes de meter la pata—. Por el contrario, desde que tiene memoria se ha enfocado tanto en su trabajo que dejó de lado el tema de las citas. No tenía tiempo para fijarse en nadie, también lo evitaba.
Las relaciones amorosas requerían la dedicación que él solo le regalaría a escribir el libro que lo llevó al estrellato: Starchildren, y su tan aplaudida concentración lo llevó al problema que lo tenía desde hace tres años tirado sobre el sofá; inmóvil y esperando desvanecerse entre los cojines.
Su editorial le pidió un libro de romance.
No era una orden, de hecho, fue una simple sugerencia para que sus lectores conocieran distintas facetas del escritor. YoungJae nunca había tenido una experiencia que pudiera ser adecuada para tomar como inspiración y guía para escribir todo un libro. Aunque sus protagonistas de Starchildren gozaran uno que otro lío, no era el punto principal de la trama y él solo buscaba añadirle un poco de emoción sin entrometerse demasiado. Una descripción acertada de todas su relaciones; fantasías ocultas muy dentro de su cabeza, resumidas y casi desbordando el terror que sentía al respecto. Ya de por sí era complicado conseguir que el escritor hablara sobre sus pensamientos respecto al amor.
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―blooming day.
Fanfikce❝ YoungJae es un famoso escritor que lleva más de tres años escondido en su departamento, apartado de los medios y hundiéndose en lo más profundo de su tristeza. No hay nada más trágico que un escritor sin inspiración y él es la prueba de ello. Su m...