O N C E

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― ¿Qué haces aquí?

Después de haberme dado una de las mejores duchas que había podido disfrutar en años, caí en un profundo sueño que, un poco más y podía pasar desapercibido como si estuviera en estado vegetativo o en un maldito coma. Pensé que no iba a poder dormir luego de la paradójica charla que tuve con Xavier y con Demyan, pero, gracias al agua caliente y al jabón de uva, pasó todo lo contrario, creo que si una manada de elefantes pasara corriendo frente a mi hace segundos, cuando aún estaba dormida, los habría pasado por alto.

Pero hubo algo que mi sueño no pudo pasar por alto y Morfeo me soltó de sus brazos enseguida me di cuenta.

Floyd estaba sentado justo a mi lado, en el extremo izquierdo de la King size. Estaba, aparentemente, acabado de duchar ya que su pelo se le veía aún más oscuro debajo de la gorra negra que tiene puesta con la visera hacia atrás. Tiene una frente demasiado bonita y sus pobladas cejas ligeramente arqueadas se le ven pueden ver con más claridad. Tiene un conjunto Adidas negro con blanco y tenía la vista fija a un punto al horizonte que aún no descubro de qué trata hasta que le hablé con mi voz ronca, provocando que dejara de ver a ese punto y me observara a mi fijamente.

Su mirada me causa intimidación y me hacía sentir pusilánime, y eso era principalmente porque apuesto que luzco como una papa acabada de ser cosechada, debo tener la cara hinchada, el pelo alborotado y siento que un hilo de saliva seca me rodea la mejilla que tengo marcada de sabanas. Dios, debo dar asco, él allí parece un maldito príncipe, el de Cenicienta lo envidiaría. ¿Es posible ser así de atractivo? ¿Por qué nunca me había fijado antes en su indudable e inmensurable belleza física? Supongo que siempre estuve ensimismada en mis propios asuntos y como siempre tuve la errónea idea de que era novio de Indiana, la zorra que me hacía la vida imposible, nunca me fijé en él por estar rodeado de gente ingrata para mi...por lo menos no como lo hago ahora.

― ¿Te molesta que esté aquí? ―preguntó aun sin apartarme la mirada. Me tapé la mitad de la cara con las sabanas para que no tuviera que presenciar esta horrible imagen de mí. Negué con la cabeza, no me importaba que estuviera aquí, pero si me importaba saber la razón de su visita― No quería dejarte sola, no después del montón de cosas que te ha estado diciendo Xavier...quiero decir, él no es una mala persona ni nada por el estilo, es solo que me preocupa que te haga una guarrada y termine hiriéndote sin querer, yo sabes... ―respondió como si me hubiera leído la mente― Hay una energía que me está impulsando a protegerte, Meyou...no sé por qué ―sentí una corriente recorrerme todo el brazo cuando me tomó la mano. ¿Qué quiere decir esto? ¿Xavier está en lo cierto y de verdad yo soy la chica que él...? ¿Tendrá razón? ¿Tendrá razón Demyan y Floyd me <<encanta>>? Parezco una persona totalmente diferente, en serio, Meyou la Indiferente ha sido reemplazada por Meyou la Confundida.

Antes de escaparme de mi tormentosa y borrascosa vida, yo era algo así como un cadáver que podía caminar, hablar y respirar, como si no tuviera alma, ni sentimientos, ni emociones. No me gustaba nadie, ningún chico ni ninguna chica, solo quería estar sola, aislada, desapartada, retirada del mundo que me rodeaba... hacer lo que se me diera la gana pero sin compañía, o sea, sin tener a un maldito novio al lado mío, no me atraía nadie del colegio, ni siquiera esos que tenían fama de playboys, ni siquiera esos que supuestamente tocaban en una banda de música indie, ni siquiera esos que jugaban al baloncesto o al futbol, ni siquiera me gustaba uno de esos famosillos que estaban de moda y les empapaban las bragas a las adolescentes hormonales.

Yo solo quería largarme lejos y ser libre, salir con un chico y enamorarme no era mi principal preocupación, mi dilema principal abarcaba mi mente por completo y hacia que mi vista y mi corazón no se fijasen en alguien, solamente quería alejarme de mi padre y sus intentos de ser alguien ejemplar, alejarme de mi hermana y su comportamiento retrasado, alejarme de Tam y sus mil y un novios que le partían el corazón, ser libre y feliz, enterrar los recuerdos de mi pasado, maldecirle la vida a mi madre, borrar el rastro de todo mi ser en donde vivía, nunca más encontrarme con mi tío Chris y finalmente, morirme. Porque sí, esa era la única manera -que hace poco solamente conocía- para por fin estar en paz.

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⏰ Última actualización: Sep 22, 2018 ⏰

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