Verano y Otoño

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Pareja: UsUk, AlfredxArthur etc.

Disclaimer: A veces me canso de darle los créditos a Himaruya-Sama, por eso hoy no se los daré (¿?)

Summari: Residir en Otoño tiene sus ventajas, el buen clima, los bellos panoramas de colores cálidos y por supuesto, la indiscutible tranquilidad de la gente. Arthur cree que su hogar es perfecto, hasta que conoce a cierto chico de la ciudad vecina, Verano.

Advertencia: Las estaciones XDDD No sé, cosas raras como siempre~

Notas de inicio:

No sé de donde viene esta idea, tal vez de mi amor por el otoño, o qué sé yo... la verdad es que al inicio fue una idea muy vaga pero como se me hizo muy linda pues ya está, decidí desarrollarla un poco y esto fue lo que me salió XDD No me juzguen, mis ideas suelen ser así de extrañas~

Sin más que decir ¡Qué disfruten!

One, Two, Three ¡Go!

~*~ Verano y Otoño ~*~

En el mundo había cuatro grandes estaciones, Primavera, con sus flores coloridas; Verano, con sus juegos, sol y ligeras lluvias; Otoño, con vientos cálidos y las crujientes hojas caídas de los árboles; Invierno, con el frío y la nieve blanca.

Y así mismo también había cuatro bellas ciudades que representaban cada estación durante todo el año, cada ciudad contenía lo que cada estación traía consigo, el clima, la flora y la fauna, etc. Todas muy juntas divididas solamente por un límite que la gente no cruzaba solo por comodidad.

Arthur residía en Otoño, una pequeña ciudad de casas rusticas y acogedoras, llena de árboles de tonalidades cálidas y hojas que se desprendían con el aire fresco, pese a tener a Verano en la ciudad vecina la vida en Otoño era muy tranquila.

Él, como muchos de los habitantes que residían ahí, disfrutaba de pasar el tiempo leyendo un buen libro y tomando un té de un sabor suave y un aroma delicioso.

En su hogar, que estaba muy pegado a Verano hacía más calor que en el lado pegado a invierno, porque sí, Invierno también estaba relativamente cerca al Otoño.

Esa tarde, mientras juntaba las hojas secas de su jardín, encontró un objeto muy curioso, se trataba de una cosa redonda y colorida, lo movió un poco con el rastrillo de las hojas y la cosa rodó libremente unos centímetros más allá, Arthur no sabía qué hacer, quizás empujarlo hasta que saliera de su jardín.

¿Arrastrarlo y esconderlo bajo el montón de hojas secas?

No estaba seguro de lo que significaba pero tampoco parecía un objeto peligroso, solo curioso, le recordaba un poco a los colores de la feria local.

—No va a morderte ¿Sabes?— Arthur dio un bote y un respingo, miró como loco en todas direcciones hasta que ubicó el lugar del que había salido la voz, era un chico que estaba aparentemente colgado de la barda de su casa, solo se veían sus brazos y por supuesto su cabeza.

Lo primero que le llamó la atención fue el color de los ojos, eran tan azules, ni el cielo mismo tenía ese color tan brillante y lleno de vida, al menos no el cielo de Otoño.

Lo segundo fue su color de piel, Arthur era pálido como todos los habitantes de ahí, no tan pálido como un hombre de Invierno pero estaba cerca, el chico nuevo que se asomaba a su jardín tenía una piel con un tono mucho más oscuro que cualquiera que él hubiese visto, se preguntó a qué se debía ese detalle.

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⏰ Last updated: Sep 22, 2018 ⏰

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