•|cuatro rondas|•

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—Y entonces... ¿Haces ejercicio?

Jungkook rodó los ojos y posó su mirada en la bonita chica que intentaba por todos los medios sacarle un tema de conversación, y enseguida la apartó. Él no era alguien grosero, pero vamos, Jungkook estaba demasiado entretenido leyendo ese libro que Yoongi le regaló ¿Esa chica no podía tener al menos un poco de decencia? Interrumpir a alguien mientras lee no está nada bien.

Jane, al no tener respuesta, bufó un poco desganada. Ella estaba sola en el parque y esperaba ansiosa por su novio, quien justamente tardaba demasiado en llegar. Simplemente buscaba conversación con el simpático chico para que su espera fuera menos agotadora.

—¿Y bien? —insistió.

El castaño cerró el libro con una fuerza exagerada y luego cayó en cuenta del error. Rápidamente volvió a abrir el libro para no perder la página y seguido, dirigió su mirada nuevamente a la molesta chica.

—Sí, todos los días hago ejercicio —respondió de manera ida—, con mi novio.

Jane abrió más de lo normal los ojos, sorprendida. El chico tenía novio. Y para ella no era un desperdicio de hombre, ya que bien, otro hombre lo aprovechaba.

—¿Van todos los días al gimnasio? —siguió con lo que para Jungkook era un interrogatorio.

—No, lo hacemos en casa.

—Oh, ya veo... —asintió inconscientemente sin quitarle la mirada.

»¿Tienen algún cuarto tipo gimnasio o simplemente lo hacen en cualquier lugar? —siguió.

—En cualquier lugar, sobre todo en la cama.

Jane abrió la boca para preguntar otra cosa pero la cerró enseguida cuando cayó en cuenta de la indirecta. ¿Qué estaba queriendo decir?

—¿Hablas de...

—Sí, hablo de sexo —dirigió su vista nuevamente al libro— ¿Para qué gimnasio si tengo un lindo y resistente novio? —fingió leer—. Siete rondas bien distribuidas en el día son como dos meses yendo al gym.

La chica asintió lentamente, sorprendida por el aguante que tenían, pues ella a lo máximo que llegaba eran a dos secciones diarias. ¿Debería intentar hacerlo por día siete veces también? Le hacía falta ejercicio, bien podría hablar con su novio e intentarlo.

—¿Qué posición me recomiendas? —preguntó descaradamente, tragándose la vergüenza.

—La de cerrar la boca e irte, gracias.

De acuerdo Jeon, estabas siendo grosero ¿Pero qué se hacía? Él quería leer de manera tranquila y que alguien lo interrumpiera lo sacaba de quicio, sumándole la insistencia.

—¿Así tratas a tu novio?

—Mi novio no me interrumpe cuando estoy leyendo, y si lo hace, no me molesta, es mi novio —respondió con simpleza, encogiéndose de hombros.

—Bien, pero por lo menos, ¿Podrías responderme?

—Ugh, que pesada —cerró el libro y suspiró—. Normalmente nosotros probamos cualquier posición, pero nuestras preferidas son sin duda cuando él me monta, o cuando hacemos flor de loto, o incluso con sus piernas sobre mis hombros. Vaya que es flexible —dijo ésto último suspirando.

»Aunque la mayoría de las veces —prosiguió—, lo hacemos más romántico ¿Sabes? Tipo que él se retuerce debajo mío mientras yo le hago el amor y lo lleno de besos —aclaró—. Sip, definitivamente esa es mi posición favorita.

Dirty Sex Party | Kookmin OSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora