¿Por Qué Te Amo Tanto? ||Siswaki||

Siendo Cupido Para Ricitos

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Wakiya había despertado debido a los rayos del Sol, se levanto de su cama y fue a abrir la cortina para mirar el hermoso cielo azul.
Suspiro, aún no se podía creer que estaba a punto de besar a Silas. Ni si quiera sabía si de verdad iba a corresponder aquella acción.

Miro hacia su armario cuando escucho un golpe en la puerta de este, se acerco y abrió la puerta, pero no vio nada. Más que ropa, pero de ahí en fuera, nada extraño.

–¿¡Tú qué haces aquí!?–gritó al ver la cabellera rubia de su amigo.

–Vine a ser intento de cupido–sonrió un poco mientras salía de donde se ocultaba.

–Nadie va a seguir tus absurdos planes–lo miró con molestia y trató de sacarlo de su cuarto, pero el rubio opuso resistencia.

–Por favor–rogó Audaz mientras juntaba sus manos–Te juro que si todo sale bien te dejaré en paz–

–Esta bien–

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Ahora estaba más que claro que no volvería a hacerle caso a Rantaro, pero tenía que cumplir con lo que el rubio le pidiera. Lo único que quería era ya vivir en paz, sin los planes raros y tontos de su amigo.
Ya no tenía ganas de salir de su casa, pues, si lo hacia debía ser acompañado por el rubio; quien estaría cargando un cartel que diría: "Propiedad de Silas". Y lo que le daba más pena, era que si en el camino se llegaba a encontrar con el peli-verde se terminaría convirtiendo en un tomate viviente.

–¡No pienso salir si llevas eso!–le refutó con molestia.

–Entonces mis planes jamás acabarán–sonrió de manera burlona.

Y así salió a la calle, lo bueno que no se había topado con el peli-verde. Eso lo ponía un poco más tranquilo, por lo que no tenía algo de lo que preocuparse; aún así estaba algo alerta para cuando viera a Silas cerca, tomaría el cartelón de Rantaro y lo mandaría a volar.

–¿De verdad es necesario eso?–preguntó Wakiya apuntado al cartelón del contrario.

–No, sólo era para molestar–rió un poco, se acerco al bote de basura y dejo ahí el cartel–El verdadero plan esta a punto de empezar–

Wakiya estampó una mano en su frente, si pudiera ahorcar a Rantaro, lo haría, pero tampoco sería tan malo como para asfixiarlo.
Audaz se acerco al rubio e intento arreglarlo un poco mientras el contrario lo miraba algo extrañado.

–¿Qué se supone que haces?–preguntó tratando de apartar las manos de Rantaro de su ropa.

–Sólo te estoy arreglando un poco–

–Pues dejame informarte que parece otra cosa–

–Si no me decías creeme que no me hubiera dado cuenta–le respondió con algo de sarcasmo.

–Si recuerdas lo que te dije, ¿Verdad?–escuchó la voz de Silas atrás suyo.

–Yo ya me iba–sonrió un poco mientras dejaba escapar una pequeña risita–¡Nos vemos después, ricitos!–

Antes de iniciar la conversación el peli-verde se aseguro que Valt y Rantaro no estuvieran espiándolos desde un arbusto o detrás de un árbol. Cuando estuvo completamente seguro de que estaban solos miró al rubio, quien estaba algo sonrojado.

–¿Están saliendo?–no iría con rodeos, quería saber si ya le habían ganado a la persona que ama, quería saber si ya había perdido la oportunidad de estar a lado de él.

–No–negó con la cabeza aún sonrojado.

–...Tu sonrojo me dice otra cosa...–

No sabía que decirle, le resultaba algo difícil poder explicarle lo que sentía.
Miró hacia el suelo, estaba apenado. Quería hallar la manera de poderle decir que ese sonrojo no lo había causado Rantaro, sino él.
Suspiro un poco, estaba dispuesto a tirar todo por la borda sólo para poder hablar bien con el peli-verde.

–R-rantaro y yo no estamos saliendo–levantó la mirada y dirigió su vista a los ojos del contrario–Tú eres el causante de todo esto, desde mis sonrojos hasta el hecho de que me de pena encontrarme contigo–

–¿Estas diciendo que sientes algo por mi?–preguntó con una sonrisa en el rostro.

–N-no lo quise decir de esa manera–

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Puede que salir corriendo no fue la mejor opción, pero sentía que si estaba un segundo más ahí, su corazón se saldría de su pecho.
Aún negaba el hecho de que sintiera algo por Silas, tal vez si le correspondía todo podía salir mal. Nunca se había enamorado, mucho menos de un chico y por eso no sabía lo que se sentía experimentar aquella emoción.
Una vez Shu le había dicho que el amor te podía hacer volar pero que entre más alto estés, más duro sería la caída. Por eso le asustaba un poco el hecho de enamorarse del peli-verde, pero lo que más le asustaba era como reaccionaría su padre. Lo más probable es que su reacción no sería para nada agradable.

Quería pedirle un consejo a Daigo y a Hoji pero le era imposible en ese momento, ya que era demasiado tarde.
Se sentó en una silla mirando a la nada, pensando si fue correcto decirle lo que sentía. Negó con la cabeza, aunque quisiera poder corresponderle había algo, más bien alguien que se interponía. Su padre.

–¿Qué es lo que debo hacer?–susurró algo frustrado–¿Estaría bien corresponderle?–

★═══¿Por qué te amo tanto?═══★

Esto ya se esta poniendo bueno xd.
No pos, no tengo algo que decir así que nos vemos después xd.
Se me cuidan, eh >:v!
Bye :3