22-09-2018
<<Eres brillante pero tu respuesta no me satisface>> es esa frase, no puede desaparecer. Lo dijo hace tiempo y no espero que la recuerde en lo absoluto, en realidad no recuerda muchas de las cosas que dice, especialmente las más hirientes.
Es como si esa frase resumiera el cómo me he sentido todos estos años y, de alguna manera, las cosas que he intentado suprimir. ¿cómo ignorarlo eficazmente? No hay absolutos en esta vida.
Y se reproduce, cada vez más alto y es como una agonía. Ocho palabras y todo lo dañino sale a flote, como un acelerador. No puedo dormir, esos ecos me persiguen y creo que no se alejarán nunca. Me dan un respiro y desaparecen sutilmente, pero en cuanto hay una fuerza se impulsan y surgen de nuevo, como las margaritas muertas en el invierno. ¿Que hago? Nada puedo hacer más que quejarme y empiezo a pensar que es lo único que sé hacer.
Nunca he sabido lidiar con los problemas, probablemente no este hecha para el mundo moderno, eh?. Viene a mis sueños tanto miedo de ese día que me revuelvo en la cama hasta despertar, o despertar llorando. Nunca me sentí así de asustada jamás y no puedo hablar de ello, tampoco huir.
Dolió tanto y a pesar de todo, jamás se lo dije a nadie. No sé por qué no lo hice. Todo hubiera terminado ahí y las cosas hubieran sido mucho más simples pero... quizá solo estaba asustada, a lo mejor quería hacerlo yo, demostrar que podía lidiar con mi cosas... no, no es eso, verdad? Sentía vergüenza de mi misma por no poder mover ni un músculo, ni abrir la boca para decir nada. Confesar, eso debí hacer... pero nadie iba a ayudarme, eso pensaba, eso pienso aún ahora cuando ha pasado tiempo. Soy aún la niña cobarde de la que te burlabas.
Y regresas en mis sueños y en mi presente y me atormentas. ¿Que quieres disculparte? Yo ya te disculpé, siempre lo hice pero eso no significa que te lo vaya a decir, que quiera regresar a hablar contigo. ¿Que gano? Déjame, vete. Ya no quiero eso, no puedes introducir tu nariz en donde no te llaman. ¿Quién te crees que eres?
Tu me dijiste eso hace mucho, lo recuerdo, ahora lo recuerdo. << Eres tan inteligente, pero nadie entiende una palabra de lo que dices>> Si, eso me dijiste y yo te creí. ¿Por qué te creí? Quizá tienes razón. Y ahora vienes, como si nunca nos hubiéramos gritado y maldecido, como si jamás me dijeras lo que no quería escuchar. Y pudo ser mentira, porque sabías exactamente qué decir para lastimarme. ¿Cómo saberlo? No lo sé.
Y luego él me dice esas 8 palabras, te trae de vuelta. Después de que llevo meses sintiéndome rara por eso, llegas tu, esta vez de verdad y me lastimas. ¿Qué es esto? Parece una broma, toda la vida es para mi una broma, a veces de mal gusto.
Y acunabas mis manos, todo estaba bien. Y ahora no puedo permitir que nadie me toque, porque me recuerda a ti y tu manos que mentían a pesar de parecer tan cálidas, tan amables. Jamás me viste llorar incluso cuando era tu culpa.
Lo sabías ¿verdad? La persona a la que no puedo complacer. Lo decías todo el tiempo y así me mantenías en un estado parecido al cansancio. Cada vez que no puedo hacerlo decir "lo hiciste bien" recuerdo tu odiosa sonrisa. ¿Por qué?
Todos decimos que disfrutamos de hacer felices a otros. No es verdad. No hay nada que disfrutemos más, que causar dolor a otros. Es esa nuestra verdadera naturaleza en los sentimientos y, cada vez que alguien que no amamos sufre, nosotros reímos. Si hacemos sufrir a la gente amamos nos sentiremos mal, por un pequeño instante, y después comenzaremos a sonreír porque es así como sabemos que somos tomados en cuenta, que no les somos indiferentes. Cualquiera puede fingir sonreír.
Tu alguna vez me apreciaste y por eso después pudiste odiarme y herirme. Traté de hacerlo igual. No sé cómo. Nunca me enseñaste a hacer eso. Nunca quise aprenderlo. ¿Quién querría ser como tu?
Me golpeaste, lo recuerdo ahora. Y no pude hacerlo de vuelta, nunca he podido hacerlo ni siquiera en mis sueños. Quizá en realidad no te odio pero sí quiero hacerte daño. Tu nunca me salvaste, yo sola lo hice y me dejaste creer que no fue así. ¿Por qué? No me salvaste, me hundiste más y pensé que nunca volverías. Me equivoco tantas veces.
No soy inteligente, solo soy la chica que se esfuerza demasiado. No soy brillante ni bonita, tampoco "coqueta" (así es como dice mi madre y decía mi abuela), mucho menos simpática o social. Soy en realidad muy solitaria, retraída y algo tímida. Tu siempre lo supiste y nadie puede cambiar eso, ni siquiera yo.
Veía todo lo malo en mi y tu lo decías en voz alta. Él lo dice en voz alta también y aquél se parece tanto a tí que no puedo mirarlo a los ojos.
Todos queremos ser amados, todos queremos herir a alguien y ser heridos. Queremos ver llorar y llorar por alguien, espiar y ser espiados. Tu lo sabes tan bien, que ya no deseas todo eso. Lo sabes tan bien, que te apareces porque nadie disfruta de la angustia más que tu.
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Contando Ovejas
RandomPadezco de insomnio. Cuando pierdo la cuenta de mis ovejas mis pensamientos salen a flote. Creo que hacer algo un poco diferente nunca esta mal y, a diferencia de lo que habia escrito antes, este será un apartado para partes eliminadas e historias a...