Todo Se Desmorona.

23. Quien fue...

Quedo pasmada ante esta noticia, eso no puede ser cierto. Martina o mejor dicho Sofía no puede ser mi hermana.

-Que tratas de fingir, como vas a ser mi hermana. Es la cosa más absurda que he escuchado en mi vida.

-Y como soy genial y pienso en todo, sabía que ibas a negarte a creerme. Aquí está mi partida de nacimiento verdadera. –me extiende una hoja color blanca. Con miedo cojo el pedazo de papel y leo, efectivamente está el nombre de mi padre y el nombre de Sofía con el apellido Hamilton. Quedo viendo fijamente el pedazo de papel aun sin poder creerlo. Arrugo la hoja entre mis

Manos y lo arrojo a un lado desconocido de la habitación. Camino frustrada de un lado a otro, Sofía permanece en silencio aunque suene idiota se lo agradezco.

Ahora entiendo porque mi madre reacciono de esa manera cuando le mostré la fotografía de Sofía, tan a la defensiva tan nerviosa. Jamás hubiera imaginado algo así, mi padre con hijos de por fuera del matrimonio con mi madre.

-¿Cómo puede ser esto cierto, explícamelo? –pregunto ya a punto de llorar pero me retengo no le daré el gusto de verme débil. 

-Ohh cariño, con mucho gusto. –me da miedo en el tono que ella me habla es tan relajada, no dudaría que esta en una de sus muchas personalidades.

-Escucha nuestro padre tuvo un amorío con mi madre hace veintitrés años –ya estaba casado con mi madre ¡la engañaba! –Producto de eso nací, soy cuatro años mayor que tú, cuando yo nací mi madre pensó que él se iba a venir a vivir con nosotras. Porque ella dice que ese señor siempre deseo tener una hija y con tu madre nunca pudieron tener una; pero se equivocó él siempre prefirió a tu madre –dice ya exaltada me mantengo quieta tratando de procesar toda esta información. –Todo continuo normal me visitaba casi todos los días, me compraba muchos juguetes hasta que tu llegaste a su vida, nos abandonó por completo apenas y venía una vez al mes. Por tu culpa  me abandono...

-Sofía, te equivocas yo no tengo la culpa él era libre de elegir con ir quedarse. –y fue la gota que derramó el vaso.

-Eres una idiota arrimada, prefirió a alguien que no era de su sangre ¡yo si lo soy! Tú tuviste todo lo que yo no tuve ¡amor! ¡amor! Sky –siento un poco de pena por ella porque en una parte muy al fondo de mi la entiendo. – Mi madre me desprecia tanto por ser según ella un error en su vida y todo es tu maldita culpa por ¡existir! Y por eso cuando ya tuve mayoría de edad empecé a averiguar todo de ti ¡todo! fingí ser otra persona para conocerte, no creas que te he estado en tu vida hace un año cuando nos conocimos en la clase de Biología, siempre he estado cerca Sky, siguiéndote viendo como me robaste mi felicidad.

-Desde cuando me estas siguiendo. –interrogo asombrada al saber eso. Me seguía a todos lados, y yo jamás me di cuenta. Un problema de ser distraída y andar en mi mundo.

-Hace tres años.

Me atoro con mi propia saliva. Sintiendo como un mareo.

-Y he tenido muchas personas a mi lado que ni te imaginas una de ellas Zac, te suena ese nombre. –se burla en mi cara como siempre; pero esto ha terminado.

Me acerco a ella tomándola del cabello y zarandeando su cabeza hacia todos lado. A colmado mi paciencia. Grita arañando parte de mi cara y brazos.

-Suéltame. –chilla. Pero no la escucho solo sigo dándole puñetazos y arañazos.

Dos brazos fuertes me apartan de ella, pataleo pero es imposible soltarme. Volteo a ver quién es ¿Harry? Al parecer todos estos hermanos de mierda están metidos en esto.