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Pov. Jungkook. ◢

Luego de la conversación con Park las cosas se pusieron ligeramente tensas, sobre todo en la cena.
Pensar en lo que me había contado no me dejaba interactuar con naturalidad; ¿Cómo podía permitir que mi madre saliera con alguien como su padre?

Las risas de los dos adultos me sacaron de mis pensamientos haciendo que me concentrara en la conversación.

─ Aún recuerdo cuando Jimin llevó a su última novia a casa, todos la adorábamos. ─ Mierda, ¿Qué puedo decir? Oh me cae de mal en peor.

─ Papá. ─ La incomodidad del peli rosa fue notable desde mi punto de vista.

─ Está bien, hijo. Es lamentable que hayas terminado con Dahyun. ¿Y tú Jungkook, has tenido pareja?

La pregunta no me molesto, lo que sí lo hizo fue que aquel hombre mencionara detalles indeseables. ¿Por qué querríamos saber de las noviecitas de Jimin?

Ah.
Bien, qué más da.

─ Sí, una vez en el pasado. Xu Minghao, ese era su nombre. ─ Respondí seco, sintiendo la mirada de desaprobación que me lanzó Park, pero menos no podría importarme.

¿Por qué debía callarme si él se jactaba de la experiencia que poseía su hijo?

De tan solo pensarlo me daban náuseas, sin embargo no me quedaba de otra que empujar mi lengua en contra del interior de mi mejilla derecha, sin poder espetar nada.

─ Un. . .  ¿Chico? ─ Y por si fuera poco tenía que aguantar que mis gustos fueran criticados por posibles homófobos.

─ Sí, ¿Algún problema?

─ Jungkook. . .

─ ¿Qué, mamá? No le falte el respeto en ningún momento, simplemente le pregunte si le molestaba la información que acaba de recibir, aunque por su tono puedo diferir que sí. No hay problema, sé que en muchos lugares hay gente que siente asco por los homosexuales pero no voy a mentir si tengo que responderle.

─ ¡Para Oh esto es nuevo!

─ ¿Qué cosa? ¿El que dos chicos se gusten? Por favor, ¿Cuál es el problema? Se supone que el amor no discrimina razas, géneros ni nacionalidades.

─ ¿Tú... Lo sabías? ¿Lo aceptas? ─ Bufé ante aquella pregunta poco sutil que mi madre recibió bajo la atenta mirada de un atónito Jimin.

─ Sí, no es que lo acepte pero no me queda de otra.

Reí con sarcasmo concentrándome nuevamente en comer, esto no me iba a arruinar la tarde.

─ ¿Y no has pensado en llevarlo a un psicólogo? Posiblemente sea una fase de rebeldía, porque no es normal.

─ ¡Papá!

─ No te desgastes, Park. No, señor, no voy a ir a ningún psicólogo porque no tengo problemas que tratar, no sé exactamente cuál sea su concepto de "normal" pero tenemos diferentes puntos de vista. Con permiso, terminé, el postre voy a comerlo en mi alcoba para que sigan con su charla familiar.

No esperé ninguna respuesta, ni siquiera necesitaba una disculpa hipócrita, no iba a aceptarla.
Tomé los platos y me dirigí a la cocina, estaba molesto, a pesar de no querer aceptarlo en el fondo lo sabía. Y diablos, la sonajera que emití tras dejar caer los cubiertos en la mesada fue fuerte.

Abrí el refrigerador con desgano, era lógico que mi madre no aceptaría algo tan mal visto frente a otras personas, siempre se retraía al tocar tal tema, incomodándose la mayor parte del tiempo.
Saqué el pequeño recipiente con fresas y crema, dándome media vuelta tras cerrar la puerta y con una cuchara me encamine hacia la habitación que me pertenecía; probando el dulce sabor que disminuyó mínimamente la agría sensación en la boca de mi estómago.

─ Eso fue valiente de tu parte. ─ Sorpresa.

Inmediatamente me topé con el rostro de mi hyung al alzar la cabeza. Inevitablemente mis labios se separaron y mis mejillas se tornaron calientes.

─ ¿Qué haces aquí?

─ Simplemente pensé; "Wow, me gustaría tener esos cojones para enfrentar a la sociedad", y lógicamente no iba a quedarme sentado oyendo como te trataban mal.

─ Idiota. ─ Murmuré tras ver su estúpida y atractiva sonrisa de soslayo.

Los pasos que dio Jimin disminuyeron nuestra distancia, en un principio no retrocedí, no obstante cuando el de hebras rosadas quedó a centímetros de mí y oí el suave golpe de la puerta cerrándose a mis espaldas gracias a la mano izquierda de mi hermanastro, el cual apoyo su palma sobre la superficie; dejé que mis pies se movieran en retroceso provocando que mi espalda chocará contra la madera.

─ Me gusta esa faceta tuya, Jeon. ─ Y con una simple frase estaba a sus pies, con una simple curva en sus labios me sentía desfallecer.

No era justo.

Tampoco lo era el que / posiblemente / sabiendo aquello Park atacara mi espacio personal, invadiéndolo como si desde un inicio hubiese sabido que le pertenecía.
Dejé caer el pocillo agradeciendo que era de plástico, pero me dolió desperdiciar comida deliciosa, mas sin embargo; valió totalmente la pena en cuanto la lengua de Jimin acarició la comisura izquierda de mis labios.

Mis manos se aferraron a su pecho creando un agarre sólido en su polera con mis dedos; antes de que me diera cuenta ya lo había atraído hacia mí.
Antes de que pudiera procesar la información ya estaba a su merced, y claro, él a la mía.

Los besos de Jimin eran los mejores. Sus labios encajaban a la perfección sobre los míos, nuestras respiraciones mezclándose eran prueba de que aquello era real. La veracidad del tacto me enloquecía, y a la mierda si no era correcto, quería apostar por éste imbécil una vez más.

Que se pudriera Oh y todos los que estuvieran en contra, no me iba a contener nunca más bajo estas cuatro paredes.

¿My. . . Brother? ┇ JiKook. ✿ KookMin. ┇ +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora