Capítulo 1: Reflexiones en el 110

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Desde que me vine a vivir acá, el colectivo se volvió mi único transporte. Si ya se, podría caminar, pero soy muy perezosa. La ciudad es tan grande, que me genera ansiedad pensar que en un pedazo de concreto caben como mínimo veinte familias y eso multiplicado por la cantidad de edificios que tiene una cuadra. Eso si, hay que tener en cuenta a su vez los pisos que cada una posee. En mi edificio caben ocho familias. Nadie se conoce con la otra. Pero cuando vivís sola, llegas a conocer la rutina de todos. Una rutina se escucha cuando se abre o se cierra la puerta o cuando se enoja con la pareja y terminan gritando.  Que una persona esté bien o mal se puede oír, según las canciones que escuche, el volumen en que las ponga, si canta fuerte o desentona con pasión. Las paredes son de papel y el arquitecto es un forro (o una forra). Ejemplo claro, conciso y al pie: Cuando se va un garche, según la música que yo ponga post-coito, se podrá deducir si el encuentro fue optimo o una cagada. Casi siempre: una cagada. ¿en que estaba? ah si! es una cagada cuando las personas se sientan al lado de la ventanilla y ocupan el otro asiento con su bolso, o quienes contestan una llamada y lo gritan para que vos escuches, o las viejas que se sientan al lado y te hablan. odio hablar, tartamudeo siempre y digo solo la mitad de lo que pienso. Es como sí en mi pensamiento la oración sonara mucho mejor, hasta literaria te diría. pero después cuando sale de la boca, es como un balbuceo confuso, como cuando miras Inception ¿viste?. ¿en que estaba? ¡Ah si!, Que Inception me recuerda que no sé lo que sueño por las noches; eso es triste. dice mi abuela que las mejores creaciones: nacen con un sueño. Hace mucho que no sueño. Che, El colectivero se parece a Michael Caine. ¿Que estaba diciendo? ¡ah si! que cuando llego a un colectivo me gusta sentarme en un asiento doble y me invento un juego. Me digo a mi misma, la próxima persona que se elija sentarse al lado mio, va a ser mi mejor amigo o un amor, no se , depende. El colectivo se detiene en la parada. La gente sube y de reojo pienso quien será mi acompañante. Siempre ocurre que cuando el colectivo esta vacío, la gente elige los asientos individuales y del lado de la ventana. Si esas cosas ocurren y nadie toma el asiento a mi lado, perfecciono el juego nuevamente. "si la próxima persona que se suba es una mujer, voy a promocionar tal materia, o va a pasar tal cosa" casi siempre termino re-cursando la materia o cuando el juego empieza a cumplir su objetivo, tengo que bajarme en mi parada. O A veces solo me gusta mirar la expresión de quienes viajan. Su tristeza, felicidad, si tienen un resumen de un examen en la mano, adivinar sobre que materia es. Si es estudiante, pensar en que facultad se va a bajar. Inventarles historias, de donde vienen,  o si su viaje es en busca de aventuras, no se. O sino,  Cuando los auriculares dejan escapar alguna melodía, me gusta pensar que canción estarán escuchando.

No se, pensar me hace sentirme menos sola. Creo. 

¿Para que sirve una vida?Where stories live. Discover now