Día 40 – 2:10 pm
Sara y Hawk se encontraban almorzando en el cuarto de provisiones, en silencio. Habían dedicado horas y horas a la vacuna hasta por fin poder terminarla, un buen almuerzo era lo que necesitaban para recuperar las energías. Todo estaba listo para el día de mañana, Byrne entregaría la cura a Miller y solo quedaría esperar.
-¿Está todo listo? – Preguntó Hawk, aún con la boca llena de comida
-Si si... ya está todo – Respondió Byrne, cortante
Tras otro bocado de ambos, Hawk volvió a preguntar - ¿Sobre el cadáver?
Sara terminó su comida y respondió – Podremos llevar a uno de los militares afuera
-Claro... - Robert seguía masticando, atragantándose de comida - ¿Quieres que me ocupe de la ficha de informe científico?
-No hay por qué hacerlo ahora...
-Tiene que ser un documento... solo digo que puedo ir avanzando con un escrito
-Claro... ¿por qué no? – Byrne se levantó de la mesa y empezó a caminar hacia la puerta
-Sara... - Mencionó Hawk - ¿Te encuentras bien?
-Sí... - Byrne miró al suelo para después dar la vuelta y observar a Robert cara a cara – Cuando acabe esto... quiero dejar de trabajar con el Estado
-Pero Sara... - Interrumpió Hawk – No puedes dejarnos así... el país...
-Con esto terminé...
-Sara... Has salvado vidas, eres una doctora brillante. No estaríamos aquí de no ser por ti... y vamos a seguir necesitándote
-Miller es del Estado...
-No tienes por qué trabajar con él – Replicó Hawk
-No creo que lo saquen de su puesto... menos después de esto, a quién agradecerán todo esto
-¡A ti! ¡Tú salvaste esta ciudad!
-Sí... pero de no ser por...
-No pienses en nadie más Sara – Interrumpió Hawk – Esto lo hiciste tú
Sara guardó silencio un momento, el consuelo de Robert hacía sentirla mejor
-Pronto acabará todo esto... solo unos días más y volverás a casa
-Iré a descansar un poco – Mencionó Sara
-Sí... te lo mereces. ¿Necesitas algo?
-Deshazte de toda la basura en el laboratorio... junta todo lo importante, pruebas, notas... - Sara se dio la vuelta y nuevamente se dirigió a la puerta
-¿Algo más? – Preguntó Hawk
-Una ducha... - Murmuró Byrne mientras se alejaba
Sara se dirigió al sexto piso, a una sala repleta de camillas donde atendían a los pacientes en la DCCS. Byrne caminó hacia una camilla limpia, donde había descansado los últimos días mientras preparaba la vacuna. Al recostarse, observó una camilla faltante en las filas... pronto recordó a Max y lo que Miller había hecho, mañana volvería a verlo y tenía que estar fuerte, intentar no hacer alguna estupidez.
Día 41 - 7:46 am
Byrne apenas despertó, fue en busca de Hawk para preparar todo lo que necesitara, mientras hacían esto Martin se presentó en el laboratorio y los tres se pusieron en marcha.
Martin y Hawk fueron por una camilla y la bajaron por las escaleras, trayéndoles recuerdos malos. Afuera, levantaron uno de los cadáveres por la calle y lo pusieron en la camilla. Mientras estos llevaban el cuerpo, Byrne se encontraba buscando la señal de radio militar hasta poder contactarse con uno de ellos; inmediatamente ordenó al soldado comunicarle a Miller y al ponerse en contacto con este, quedaron en encontrarse en unos minutos en el mismo punto de control que antes. La situación volvió a ser la misma... esperar mientras eran carcomidos por la preocupación de cualquier cosa que podría pasar, observando en silencio el punto de control a lo lejos. Tras los minutos de espera, la puerta tras la reja se abrió y se hizo presente Miller junto a dos hombres más, con los mismos trajes que antes y armados.
-Te acompañaré – Mencionó Martin, sin dejar de observar a los tres sujetos a lo lejos
-Lo último que quiero es que mate a alguien más... Iré sola – Respondió Byrne
-No es una pregunta... - Martin tomó la camilla con el cadáver y empezó a avanzar
Sara vio a Hawk antes de irse, este sintió la cabeza y añadió: "Buena suerte"
Sara y Martin se iban acercando a las rejas del punto de control y antes de que llegaran, Sara exclamó "Dejen sus armas" . Miller, sin alguna oposición, ordenó a sus hombres dejarlas en el suelo y así fue. Martin y Sara se acercaron tímidamente hasta quedar a un par de metros de los sujetos tras las rejas. La escena era la misma... a excepción de aquella camilla donde el cuerpo de Max estaba, no se encontraba en el lugar
-Doctora – Saludó Miller
Sara se encontraba en silencio, seria y enfadada. Cuando el agente James notó esto, abrió la puerta de la reja y se acercó junto con sus hombres. Sus dos acompañantes se pusieron alrededor de Martin, quien sostenía la camilla con fuerza; mientras que Miller se acercó a Sara, "frente a frente"
-Doctora Byrne... le debo una disculpa y una explicación – Mencionó Miller
Sara no decía ni una sola palabra, era suficiente con la mirada que le dirigía a Miller a través de su ventanilla de plástico del casco.
-El paciente que me trajo aquel día se encontraba con una infección de herida... no podría haber sobrevivido...
-Claro que sí podía – interrumpió Sara
-Llevarlo a un hospital sería peligroso... aún no sabíamos la efectividad de su vacuna
-¿Hablas de que sirve?
-Claro que sirve doctora... analizaron las pruebas, pero no queríamos arriesgarnos a meter a la zona segura a su amigo, tampoco tener un enfermo en nuestras puertas
Byrne frunció el ceño y preguntó – Si es cierto... ¿para qué otra muestra?
-Verá doctora – Empezó a explicar Miller – Las pruebas de la sustancia que usted sintetizó resultaron contrarrestar el virus; sin embargo, lo hace con el uso de otro virus... patógenos muertos mucho más fuertes que estos... según me informaron es peligroso
-¿Qué quieres decir? – Preguntó Sara
-Mientras sigamos haciendo pruebas con sistemas inertes seguirá siendo inseguro tener un resultado...
Mientras Miller explicaba la situación a Sara, uno de sus hombres expuso una jeringa que traía con él, tomó el brazo del cadáver de la camilla y extrajo su sangre; mientras Martin observaba al hombre, el otro lo sujetó del cuello desprevenidamente y lo retuvo. Al percatarse de esto, Sara intento impedir lo que hacían; pero Miller retuvo a Sara, rodeó el cuello de la mujer con el brazo y con el otro rodeó su abdomen. Al tenerla junto a él empezó a hablarle al oído: "Trae a tu amigo sano en cinco días... si él se encuentra sin alguna señal de estar enfermo, todos podrán irse de aquí". Sara observaba cómo Martin forcejeaba con los dos sujetos, intentando evitar que le inyectaran la sangre del cadáver; sin embargo, no pudo contra ellos. Cuando los dos hombres de Miller terminaron, El agente liberó a Sara, quien cayó al suelo y ahora se encontraba respirando con fuerza... Miller había colmado su paciencia una vez más. De igual manera, tiraron a Martin al suelo y los dos hombres junto a Miller se retiraron de ahí, entrando por la puerta de la reja. Los acompañantes del agente James cruzaron la otra puerta tras los barrotes y, antes de que Miller haga lo mismo, volteó y por último mencionó "Usa la cura para tu amigo... será mejor que lo encierres por precaución". Miller desapareció tras la puerta, los militares en las torres volvieron a ponerse en guardia, y Martin con Sara se encontraban en el suelo, sorprendidos nuevamente por el plan de Miller.
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BLOODEAD I
Ficção CientíficaEl Ojo - Reportaje. Ciudad de Sommer 5:48 pm. "[...] se estima cerca de cien víctimas en la zona, entre civiles y militares. Las autoridades han dado toque de queda hasta nuevo aviso. Mientras tanto, los responsables del incidente han puesto en cuar...