Me estiro como de costumbre, hago las sabanas a un lado, tallo mis ojos con ambas manos y me decido a levantarme. Tomo mi celular y leo la hora "6:00 A.M". Cuento con una hora para ir a mi trabajo. Voy al cuarto de baño a darme una ducha rápida.
Terminando, salgo con una toalla enredada en la cintura y con otra al rededor de mi cuello, voy a mi closet y tomo un pantalón negro, una camisa blanca ajustada y unos zapatos negros de vestir. Tomo un par de accesorios, junto con una pequeña mochila, donde echo mi celular, mi cartera, una chaqueta de cuero negra y mi cargador de celular.
Tomo de la mesa de noche mis audífonos y de mi cama mi celular, acomodo las sabanas de mi cama y me dirijo a mi cocina para desayunar algo rápido.
Caliento un poco de sopa restante de ayer y caliento un poco de café.
Una vez terminado mi desayuno, dejo los trastes en el lava loza y salgo de mi hogar tomando las llaves de la entrada y de mi auto, que se encuentran colgadas al lado de la puerta.
Entrando al elevador, toco el botón de "-1". El sonido de mi celular reina el elevador. Saque el pequeño artefacto sonante de mi bolsillo derecho de mi pantalón, observo la pantalla, es un mensaje de Mark por WhatsApp.
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El elevador sonó indicándome que llegué al sótano, volví a guardar mi celular en mi bolsillo derecho y caminé a paso largo a mi auto. Un Audi negro se encontraba reluciente frente a mi, con la llaves le quitó el seguro para poder entrar.
Una vez dentro, dejo la mochila en el asiento del copiloto y enciendo el motor, arrancando hacia la salida del garaje y dirigiéndome a mi destino.
☕︎
Después de estacionar mi coche, tomo mi mochila y bajo de este, dejando la alarma puesta.
Entro por la parte trasera del club, encontrándome con varios de mis compañeros, meseros y baristas.
"Okey, es hora de presentarme. Soy Kim YuGyeom, soy barista en un club de 24 hrs, vivo en Seúl, tengo 22 años. Ya tengo vario tiempo trabajando como barista, aproximadamente 6 meses."
- ¡hey! YuGyeom-ha! - Me llamo Kiho, mi compañero de cocina del club.
- ¿Que pasa? - le contestó mientras dejó mi mochila en mi casillero y guardó mi cartera junto con mi celular en los bolsillos de mi pantalón.
- Esta noche hay una reservación para una despedida de soltera - suelto una risa con sonrisa ladeada - y pidieron el paquete especial.. - mi risa se volvió más fuerte.
- Demonios... - dejé acercándome a él mientras amarraba un mandil a mi cintura.
Ambos soltamos una risa y cada uno se acercó a su lugar. Este club se caracteriza por ser el uno de los más famosos y donde solo atendían puros hombres.
