¿Sabes qué? Que estoy cansada de estar siempre soportando tus gilipolleces de crío, de darte la razón en muchas cosas aunque no la tengas, de estar haciéndote favores para que luego los pagues con enfados repentinos y sin motivo, de estar pidiéndote perdón por cosas que no tengo culpa que pasen y todo esto exclusivamente porque te quiero tanto que no quiero que estemos mal, pero una cosa es querer estar bien y hacer lo posible para ello y otra cosa es ya no saber que hacer porque estés buscando siempre excusas para enfadarte, así que hasta aquí ha llegado esto, ya estoy harta. Que te den, porque ¿sabes qué? Que tú y yo estábamos destinados a estar mal y enfadarnos, lo hemos hecho siempre y hay cosas que nunca van a cambiar. Las personas maduras razonan, las que no lo hacen son niños. Y tú no lo haces; por lo que implica que eres uno de ellos y por esto no me rebajo a tu puto nivel. Adiós.