In the fall

Capítulo 31: "Dame un beso"

Olivia

- ¿Estás celosa? – su pregunta me obliga a echarme para atrás.

Me siento menos mareada que antes – los gritos y el llano me han despejado –, pero aún sigo viendo las cosas moverse lentamente a mi alrededor, y mi cerebro no ha dejado de sentirse como un revoltillo de huevos dentro de mi cabeza; balanceándose de un lado a otro.

Intento responderle lo más rápido que puedo para que no piense cosas que no son, ¿o sí lo son?

-Por supuesto que no – le doy la espalda, mirando hacia el televisor y controlando las ganas que tengo de vomitar.

Hay un aviso en la pantalla que dice: "¿Sigues ahí?" La rabia que siento en mi interior incrementa. Es obvio que ya no están ahí, ni lo estuvieron desde que empezó la puta película, estoy segura. ¿No se supone que estudiaban?  Claramente era una excusa, y terminaron haciendo lo que tal vez pudimos haber hecho él y yo cuando me ayudó a estudiar aquella noche. Pensar en ello aumenta mi ira, ¿cómo se atreve?

Cómo me hubiera gustado que esa noche la excitación me la hubiese calmado él en vez de mis dedos...

La sola idea me eriza todo el cuerpo, y mis ojos se vuelven hacia él.

Se ha puesto la camisa blanca encima, pero me gustaba más sin ella. ¿Por qué no se la quita de nuevo? Quiero verlo otra vez... No tuve tiempo de analizar su cuerpo semidesnudo, incluso cuando me acorraló con sus brazos y me pegó a él, a su piel caliente..., porque estaba demasiado enfocada en la maldita chica rubia que estaba con él. ¿Lo tocó? Es evidente que sí, y que él la tocó a ella. Por Dios, si estaban follando en mi puto sofá.

Y si me hubiera quedado, ¿habría sido yo en vez de ella? Luego de echarla a patadas, claro. Maldita sea, debí quedarme. Cómo añoro estar en sus brazos...

¿Por qué tenía ella que venir? ¿Por qué Isaac nunca me habló de ella? ¿Desde cuándo Isaac se enrolla con tías?  Mi mente es un desorden de ideas, y mi corazón de sentimientos. No sé ni lo que estoy pensando, todo es demasiado confuso para mí. Quiero golpearlo y echarlo por tener la osadía de traer a una cualquiera a mi casa sin mi permiso, sabiendo que detesto gente desconocida aquí. Pero, por otro lado, quiero lanzarme sobre él y dejar que me haga lo que quiera. Es un efecto secundario del alcohol que ahora recorre cada vena de mi cuerpo. Cuando bebo, suelo excitarme por cualquier cosa. Y teniendo a Isaac enfrente de mí no ayuda para nada a calmar las ganas que le tengo. ¿A qué sabrán sus labios?

-Entonces, ¿qué ha sido todo eso? – escuchar su voz me espabila, sacándome de mis pervertidos pensamientos.

Me enfoco en lo que me ha preguntado.

¿Qué me ha dicho?

- ¿Qué?

Me causa gracia que se impaciente y se pase las manos por el cabello.

Umm, quisiera sentir su cabello haciéndome cosquillas en los muslos.

-Olivia te ha puesto como una cabra – su elección de palabras me hace sonreír, pero él me ignora. ¿Por qué está enojado? – Llegas a casa borracha, echas a mi amiga luego de ponerte agresiva con ella, y ahora me reclamas por lo que estábamos haciendo.

La furia me abrasa de nuevo de solo pensar en ello.

- ¡Estabas follando con ella! – mi grito lo obliga a hacer una mueca de desagrado.

Siento arcadas cuando la imagen de Harriet en sostén y gimiendo como una puta encima de Isaac vuelve a mi mente.

-No nos estábamos acostando, Olivia – suspira con desgana.