Las semanas fueron pasando y Scales se iba fortaleciendo poco a poco, varias veces Sintel tuvo que detener un intento de vuelo por parte de el, pero el seguía intentando hasta que consiguió que ella dejara las ventanas cerradas con un tablón otra vez.
La jornada de Sintel comenzaba muy en la mañana, el sol apenas salía cuando ella ya estaba empezando a cortar carne con un filoso cuchillo carnicero. Pronto se empezó a ganar la confianza de la gente cercana, especialmente de algunos vagabundos a quienes a escondidas les pasaba trozos de carne recién cortados, sin embargo días después se daría cuenta de que siempre y solo cuando estaba ella trabajando alguien con una capucha negra la observaba, le daba muy mala espina y sabía que en cualquier momento algo pasaría.
Preparada para lo peor Sintel se armó con su daga, la cuál había sido estrictamente prohibida por el carnicero, y decidió esconderla dentro de una de sus botas nadie se daría cuenta de que ella la tenía en ese sitio, siempre antes de salir de casa miraba a los lados para saber si nadie la seguía, hacia eso especialmente en las noches. La paranoia de ella fue creciendo, llegando incluso a sentirse insegura en su pequeño trabajo, el carnicero se dio cuenta bastante rápido de el comportamiento de Sintel. Se acerco a ella y le pidió un momento para hablar a solas, ella aceptó y siguió al carnicero hasta un cuarto cerró la puerta y empezó a hablar.
-Algo te pasa muchacha te estoy viendo así desde hace unos días eso no es normal en ti. Dijo el carnicero con la voz mas seria que pudo
-¿Qué? ¿De qué habla? Yo estoy totalmente bien. Replico Sintel sintiendo que le temblaba la voz
-Te pones nerviosa en el trabajo sin ninguna razón, siempre ves para los lados como si estuvieses buscando algo y te has salvado de cortarte los dedos por un milagro varias veces, así que te preguntare... ¿Que demonios te esta pasando?. Dijo el con una voz mas fuerte.
-Simplemente yo... eh... ¡Yo estoy esperando a un familiar!. Se apresuro a contestar
-¿A si? Entonces ¿que significa la daga que tienes en esa bota?. Dijo el carnicero apuntando a la bota izquierda de Sintel
Derrotada, no tuvo mas opción que decirle al carnicero lo que estaba pasando punto por punto, eso si, asegurándose de que no se le escapara ni una palabra acerca de Scales. Tan pronto terminó de explicar todo notó que el carnicero estaba pálido, este inmediatamente se levantó y abrió la puerta de un golpe y se encaminó hacia las tiendas cercanas. Ella se quedó sin palabras, su mente estaba a punto de volverse un mar tormentoso de pensamientos -¿Quien es el hombre de la capucha?, ¿Por que Gigante estaba pálido?, ¿Por que se fue con los otros carniceros?- Intentó respirar profundo para calmarse, salió del pequeño cuarto en donde estaban hablando para encontrarse con las personas a las que estaba atendiendo afuera, estaban molestas por espera, sin embargo Sintel aún nerviosa, se apresuró y atendió a cada una hasta que no hubo nadie mas.
Después se dirigió al cuarto donde guardaban toda la carne y sacó una pata de res que estaba colgada en un gancho y antes de salir oyó que alguien abría la puerta el miedo la inundó, ella había cerrado la puerta, solo Gigante y ella la podían abrir soltó la pata de res, sacó su daga y se acostó en el piso. Lo vio moviéndose, era solamente uno, nada de que preocuparse, simplemente lo podría golpear con uno de los cuerpos de res que estaban colgando del techo, pero escucho algo que de verdad la hizo sentir perdida, el sonido de una espada desenvainándose, eso hacia que aquel extraño hombre se volviera mas peligroso. Sintel recogió la pata de empezó a caminar dando pasos silenciosos y la lanzó lejos de ella usándola como señuelo, tal como esperaba el hombre se dirigió hacia la fuente del sonido ella se escondió, rogando que aquel hombre no la hubiese visto y se preparo para pelear. El hombre llegó hasta donde había provenido el sonido miró hacia los lados y cuando volteó Sintel le dio un puñetazo también le dio una patada en el estomago quitándole el aire y haciéndolo caer al suelo, el se recuperó rápido puso una mano en el suelo y antes de que ella pudiese reaccionar dio un tajo con su espada que la hirió en el hombro derecho, ella soltó un grito de dolor, pero si la quería matar le daría batalla, soltó la daga y con todo el dolor que tenía tomó la pata de res que estaba a pocos centímetros de ella y la lanzó, el bloqueo el ataque con su espada dándole un tajo pero esta quedo clavada en el hueso de la pata, Sintel aprovechó la oportunidad tomó la daga de nuevo y le propinó dos cortes en el pecho, el asesino gritó y lleno de rabia logró liberar la espada y se dispuso a atacarla pero ella lo logró esquivar, corrió y cuando el hombre menos se lo esperaba ella lanzo su daga clavandosela en el hombro derecho, del dolor el soltó la espada, sin pensárselo mucho Sintel freno e hizo un barrido hasta la espada la pateó jaló la pierna del hombre haciéndole perder el equilibrio, este cayó de boca y terminó clavándose mas adentro la daga y soltó un jadeo de dolor intentó levantarse pero Sintel le pisó la cabeza. La salvación llegó cuando ella escuchó un golpe en la puerta, sabia que era Gigante, pero no podía alegrarse demasiado ella estaba sangrando, tenía todo el brazo cubierto en sangre y no tenía nada con que detener la hemorragia, el hombre intentó levantarse de nuevo, esta vez recibiendo una patada en la cabeza que lo dejaría inconsciente, Gigante derribo la puerta y empezó a gritar el nombre de Sintel, ella también empezó a gritar su nombre y pronto la encontró.
-¡Dios santo, no creí que esta bestia te encontraría tan rápido!. Gritó el carnicero con preocupación en su voz
-Pues lo hizo, no he terminado hecha trozos solo por un milagro. Dijo ella mientras su voz se desvanecía.
-Déjame ver esa herida, tienes el brazo bañado en sangre. Dijo el acercándose al brazo de Sintel
-Debe ser grave, ademas esta recién hecha... sácame de aquí. Dijo ella viendo que su voz era un murmullo
Eso haré... Y también me llevaré a este tipo, tiene cuentas pendientes con algunos de nosotros aquí. Gruño el carnicero
Gigante se montó al asesino en el hombro y junto con Sintel salieron de la gran habitación habían varias personas afuera entre las cuales estaba el boticario, analizo con detención la herida de Sintel y la trató de la manera mas gentil que pudo. Ella estaba exhausta, sabia que algo pasaría y el destino la atrapo por sorpresa, la muerte había pasado sus macabros ojos por encima de ella y decidió que ese no era su día... y ella se sentía aliviada por eso.
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Sintel
FantasyUna historia donde los dragones, los magos y la aventura se juntan de nuevo. Sintel es una muchacha solitaria que tiene una sola cosa en mente salvar a su amado dragón, no le importaría si tuviese que subir la cumbre mas alta y bajar. Por que hay un...