El cansancio estaba muy cerca de vencer a Lu Han, quien había terminado hecho un mar de lágrimas después de contarle toda la verdad a Se Hun.
Ya no estaban en la cocina. Se habían movido hacia la sala, donde el más alto sostenía a Lu Han entre sus brazos y esperaba a que se quedara dormido para llevarlo a su habitación antes de poder volver a su propia casa.
No le molestaba ni en lo más mínimo que el contrario estuviera aferrándose a su camisa, como un niño pequeño, como si con desesperación buscara algo de consuelo en un mundo demasiado frío; tampoco le importaba tener rastros de lágrimas en su ropa, sólo deseaba hacer sentir mejor al más bajo.
—Se Hun...
—¿Sí?
—¿Puedo pedir que te quedes conmigo esta noche? —Murmuró, escondiendo su sonrojado rostro contra el pecho de Se Hun.
—Puedo quedarme a tu lado esta noche y todo el tiempo que me necesites —respondió con voz suave, dejando un beso cargado de cariño sobre la cabeza de Lu Han—. Será mejor que vayas a dormir ya, se nota que estás agotado.
—Pero no te vayas, por favor.
—Tranquilo, no me iré a ninguna parte —sonrió de lado—. Ya te lo dije. Mañana, cuando abras los ojos, yo seguiré aquí.
No tuvo dificultad alguna para cargar a Lu Han y llevarlo hasta su dormitorio. Lo acostó en la cama cuidadosamente y él, sin estar muy seguro de qué hacer después, terminó preguntando por un par de sábanas.
—¿Crees necesitar tus propias sábanas o algo así? —Preguntó Lu Han con cierta confusión.
—Sí... Bueno, es que pensaba dormir en el suelo para no quitarte tu espacio —explicó—. Por eso necesito un par de sábanas y una almohada.
—Se Hun, no —a pesar de lo cansado que se sentía, el más bajo se incorporó en la cama y miró al otro chico—. Cuando te pedí que te quedaras, me refería a que durmieras conmigo. Jamás podría enviarte al suelo o al sofá —se movió un poco antes de volverse a acostar—. Ven. Ambos cabemos en mi cama, así que olvídate de usar otras sábanas.
—¿No te molesta compartir tu cama conmigo?
—Para nada —contestó con una débil, pero sincera sonrisa.
El castaño más alto sonrió también, se acostó junto a Lu Han y se acercó a dejar un beso en su frente.
—Eres la persona más fantástica que he conocido —le susurró.
—Qué curioso... Tú también eres la persona más fantástica que he conocido.
—Estás exagerando.
—¿Y tú no? —Soltó junto a una risa suave.
Se Hun volvió a acortar la distancia entre sus rostros, ahora buscando los labios ajenos para capturarlos en un beso tierno.
—Vamos a descansar ya, ¿de acuerdo? —Sugirió al apartarse.
—Se Hun...
—Dime.
—Cuando sea el momento de contarle la verdad a Xu Bao... ¿Crees que él pueda terminar odiándome...? —Se mordió el labio inferior, obviamente lo asustaba mucho ese pensamiento.
—Tranquilo, Lu Han —acarició su mejilla—. Todo saldrá bien. Ahora vamos a dormir, ¿sí?
—De acuerdo.
—Buenas noches.
—Gracias por todo, Se Hun —bostezó—. Buenas noches.
Se Hun no intentó quedarse dormido hasta que estuvo seguro de que Lu Han ya estaba descansando.
A la mañana siguiente, Xu Bao se encontraba de muy buen humor. No podía ser de otra manera tras enterarse de que Se Hun había pasado la noche en el apartamento y ahora tenían la oportunidad de desayunar juntos.
—Xu Bao, yo también estoy feliz, pero por favor no hagas mucho ruido —le pidió Se Hun—. Tu papá todavía está durmiendo.
—¿Eh? ¿Por qué? —Preguntó mientras volteaba hacia donde estaba la habitación de su padre, le parecía de lo más extraño que aún no se hubiera levantado de la cama—. A papá no le gusta despertar tarde.
—Debe estar muy cansado —le explicó con simpleza al niño—. No creo que sea una buena idea que vaya a trabajar hoy.
—¿Mi papá está enfermo? —Xu Bao se veía preocupado de un momento a otro.
—No, descuida, él está bien —intentó tranquilizarlo—. Es sólo que hoy necesita dormir más —se acercó al menor y le ofreció su mano—. Ven, vamos a desayunar algo.
Un par de horas más tarde, Lu Han finalmente despertó y, al ver la hora, por poco suelta un grito que habría podido molestar a todo el edificio. Se levantó tan rápido como pudo y fue corriendo hacia la sala.
—¡Se Hun!
—Buenos días, Lu Han —le sonrió.
—Buenos dí- ¡Ah! ¿Por qué no me despertaste? —No se escuchaba molesto, pero en verdad quería saber qué había pasado.
—Necesitabas dormir, no puedes negarlo.
Xu Bao se acercó a su padre y se abrazó a una de sus piernas. Lu Han se agachó para cargar al pequeño, quien poco después le contaba cómo se había preocupado por él debido a que no se levantó a la hora de siempre.
—Oh, mi niño lindo —Lu Han besó la mejilla del pelinegro un par de veces—. Gracias por preocuparte por mí, pero estoy bien. Es como Se Hun te dijo, me sentía muy cansado, no me podía levantar de la cama porque sólo podía pensar en seguir durmiendo un ratito más.
—Hun hizo el desayuno —le comentó después.
—¿Ah, sí?
—¡Sí! ¡Y está delicioso! —Exclamó—. Te guardamos un poco.
—Muchas gracias.
Bajó a Xu Bao y volteó a ver a Se Hun, dedicándole una sonrisa. No obstante, en esa ocasión, decidió hacer algo más... Era como si haberle sonreído de esa manera no le hubiera parecido suficiente, así que se acercó al más alto y dejó un beso corto sobre sus labios antes de ir al comedor.
Continuará.
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Llegué a los 100 seguidores y no sé qué decir. No puedo creer que haya llegado a esa cantidad, en verdad estoy muy agradecida con todas las personas que leen mis fanfics.
Sé que hay otros perfiles con muchos más seguidores, pero de todos modos siento mucha emoción.
Ahora sí, haré un giveaway para celebrar sí o sí. ¡Esperen más información muy pronto!
Hasta luego.
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De nosotros [HUNHAN]
FanfictionLu Han es criticado todos los días, pero a él no le importa nada más que el bienestar de su pequeño y querido hijo Xu Bao. ¿Qué pasará cuando Oh Se Hun aparezca en su vida? ⚠ PROHIBIDO COPIAR O ADAPTAR ESTA HISTORIA.