La Cena

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Acababa de salir de la ducha e iba en sujetador y tanga por la habitación ya que Ana aún estaba en el hospital con Aitana. Estaba escuchando música en concreto el Albarracin, el mítico Albarracin. Estaba tan emocionada cantandola a grito pelao mientras me maquillaba que no me di cuenta de que había llegado.

- Ostias, perdón Mimi, perdón. -- dijo volviendo a cerrar.

Ni que no me hubiese escuchado cantar cuando ha entrado. Y ni que tampoco me hubiese visto así ya, me ha visto incluso hasta con menos ropa. Cuando terminé ahí la vi tumbada en el sofá de la habitación viendo la tele o más bien mirándose la mano.

- ¿Que te ha dicho el médico que tienes?

- Los 3 dedos que dijiste rotos y por suerte no me han tenido que operar, supongo que la patosidad nunca se pierde. -- Dijo intentando hacer una sonrisa un poco pequeña.

- ¿Cuánto tiempo? -- dije señalando su mano.

- 3 semanas con la escayola y si todo va bien me quitan la escayola y ya solo el vendaje.

- ¿Vas a bajar a cenar?

- Sí, si quieres ves bajandote tú y ya voy ahora luego yo cuando me cambie de ropa y me peine un poco.

- Da igual te espero si aún me tengo que vestir. No voy a bajar en albornoz. -- dije obvia.

Estuve 10 minutos sentada en el sillón mientras esperaba que ella acabase.

- No puedo, puta. -- dijo gritando un poco.

Me levanté del sillón corriendo para ver si le había pasado algo.

- ¿Que pasa?

- Es que no puedo atarme los zapatos.

Me agaché para atarle los zapatos, esos zapatos que todo el mundo decían que eran míos, si la verdad es que son muy de mi estilo, pero resultaron que eran suyos. Ojalá hubiesen sido míos y a quien miraba así fuese yo.

A los 10 minutos salimos de la habitación las dos a la vez, pero cada una con su móvil, era un silencia incómodo, no era de esos en los que no nos importaba estar así porque significaba mucho, se notaba que no sabíamos que decir ninguna de las dos.

Entramos al comedor en silencio cada una con el móvil en la mano sin hacer nada verdaderamente, simplemente para disimular un poco la incomodidad de ir juntas.

- Marichochis -- Ana y yo levantamos la cabeza- móviles fuera ¡Ya! -- Dijo Noemí quitandonos los móviles.

- Joder Noe que estaba hablando con mi madre.

- Lo que tu digas Mimi, pero a mi no me tomáis el pelo ninguna de las dos. Así que mover esos culitos, cogeros la cena y sentaros aquí.

Fuimos a por la cena, pero Ana si no era torpe en algún momento yo creo que se muere porque madre mía esta torpez no tiene remedio o que.

- Madre mía, lo siento, lo siento Mimi, lo siento mucho -- me había tirado toda la coca cola encima.

- Muchas gracias Ana. Me alegra saber que hay cosas que no cambian ni se van nunca. -- dije con un doble sentido.

Tras ese comentario ella se limitó a agachar la cabeza e irse para otro lado, para volver a coger la bebida. Estaba saliendo por la puerta cuando Ricky me paró.

- Eh, ¿a donde crees que vas?

- Pues a cambiarme. -- dije resultando obvia.

- Te acompaño.

- No Ricky, enserio voy yo. Tú quédate aquí cenando con ellos.

- Voy a ir contigo porque te conozco lo suficiente como para saber que necesitas desahogarte y tirar toda la mierda que tienes dentro. -- Que bien me conocía el tío.

Vuelves (TERMINADA) // WarmiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora