only one

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Petricor (del griego antiguo πέτρα pétra 'piedra' e ἰχώρ icór 'icor') es un nombre dado al olor que se produce al caer la lluvia en los suelos secos, equivalente al popular «tierra mojada» o simplemente «olor a lluvia». Se define como «el distintivo aroma que acompaña a la primera lluvia tras un largo período de sequía».

- Solo vete. Por favor, Hoseokie, solo vete. No empeores las cosas. –

¿Qué cosas podrían empeorar? ¿Que me hechen de mi propia casa no es suficiente? ¿Que la lluvia no baste para haberme derribado ya? ¿Que lo más patético sea que fue una traición a largo plazo?

Jodido. Mi corazón y mi vida, en el momento en que me enamoré, se jodieron. Dolorosamente ignorando aquella verdad.

- Vete tú. El departamento es mío. El huésped intermitente eres tú, y mi primo. Largo de aquí. – mi voz ahogada, aún por el murmullo lejano de la lluvia laborando con crear ríos en las calles, cascadas de los techos, ambientes nuevos. Limpios.

- Hey Hoseok, vamos. Estás hecho una sopa. Vale, tal vez sea tu departamento pero apenas y pasas seis horas aquí, y solo para dormir. –

- Mi vida no es para pasármela encerrado en un puto departamento. Entiéndelo tú. Me costó conseguirlo, y la vista es asombrosa, la renta considerable a pesar de la localización. No lo voy a dejar por tus deslices. – entre a la estancia, y al cuarto que ocupaba como mi oficina, ignorando la presión burlona y dolorosa en alguna parte de mi pecho al ver a mi pariente de sangre tratar de cubrir la desnudez que ya no le parecía tan cómoda.

Dejé mis cosas en el sofá pequeño de dos plazas y salí de nuevo cerrando con llave ese único lugar que siempre conserve como mío. Totalmente mío.

- Cuando regrese, y ten por seguro que lo haré. No quiero verte aquí, ni a tus cosas. Deja la llave en la mesa de café, y las copias que tengas. Llévate lo que por derecho y lógica es tuyo. – señale la estancia completa, dos habitaciones (una exclusiva mía), la cocina y comedor, y la pequeña pero acogedora sala de estar – Y tú, a ti... a ti preferiría no verte, pero la familia es un lazo que no se rompe, se ignora y olvida, pero nunca se va. – camine a la puerta de entrada, con las llaves incrustandose en la palma de mi mano, sin sangrar solo generando un dolor que pueda ocultar el demás.

- Está lloviendo, como quie-–

- No lo sé, eres mayorcita, y tienes ayuda. Resuelvelo sola Haesun. – mi molestia irradiaba a borbotones de mi piel. En este estado, poco me reconocía a mi mismo – si no te vas, te aseguro que una demanda por invasión a propiedad y privacidad harán querer que lo hagas. Una hora, Haesun. Te doy una hora. – azote la puerta después de haber salido. Un sonido vacilante y patético en comparación al fuerte latido de mi corazón que se destrozaba a cada paso en que me alejaba.

No pedí explicaciones, no las necesitaba, no ahora. No recurrí a los golpes, estaba lo suficientemente lastimado para sentirme débil e incapaz. No lloré, no ahí con ellos a mitad de una sesión de caricias y un amor antiguamente mío. No pensé en enfermarme cuando me quedé de pie fuera de una cafetería a varias cuadras lejos de mi "hogar". No sentí el frío de la brisa helar el agua chorreante de mi cabello y ropa. Solo no sentí más.

- Supongo que fue un mal día, hyung. – una voz se abrió paso entre el golpeteo constante e incesante de la lluvia contra toda superficie cerca. Sentí esas manos arrastrarme hasta dejarme ligeramente resguardado de las húmedas municiones del cielo, secar con cuidado mi cabello con una toalla pequeña, como para un bebé. Y exprimir con las manos mi camisa, dejando un charco aún más grande debajo de mi. Esperando sea suficiente para ahogarme en el – la casa invita, un chocolate, no dulce no amargo. Cómo le gusta. – mi boca no articulaba, mi cabeza no razonaba, pero mis piernas reaccionaban a los suaves empujes y jalones de quien estaba en turno de trabajo a esta hora – ahora vengo, espere un segundo aquí. – se fue, dejando una corriente de aire ligera, pero tan fuerte como para obligarme a frotar mis brazos con la empapada ropa de por medio. Regresándome por un instante al presente.

petricor « j.jk + j.hs »Donde viven las historias. Descúbrelo ahora