15.

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Veintiuno de julio.

—¿Por qué?—preguntó, de pronto, Harry.

—¿Por qué, qué?—respondió Zayn colocando velas por todo el departamento ahora en una suave oscuridad, tenían un problema con la luz debido a la tormenta en su edificio, pero ellos estaban preparados.

—Me elegiste, recuerdo que una chica te coqueteaba en la fiesta, y estabas con Gigi.—mencionó el rizado jugueteando con las mangas de su suéter, sobre el sofá con las piernas colgando sobre el respaldo y su cuerpo apoyado en el asiento.—Y recuerdo gustarle a Louis, tú sabías eso y aún así...

—¿Me metí contigo? Sí, Harry, sabía y sé perfectamente que le gustas a Louis, pero también me gustas, joder, ya no me gustas, me enamoré de ti, quien te tiene soy yo, no Louis, así que es mejor que cierres la boca antes de que la ira me haga hacer cosas que no quiero.—escupió con enojo, sabiendo lo que sucedía, él sabía los sentimientos de su amigo, pero cayó por Harry.

—Sólo tengo dudas, Zayn.—siguió, en otros instantes se habría callado, pero no quiere temer a Zayn.—¿Por qué a mí?

El mayor suspiró tocándose las sienes, acercándose finalmente al sofá donde Harry estaba sentándose a su lado. Respiró hondo acariciando los rizos del menor con este cerrando los ojos como reacción.

—Cuando te vi, me gustaste demasiado, tanto que las demás chicas y chicos desaparecieron.—suspiró bajando su mano hasta la mejilla de su niño, sintiéndose un animal por haberlo golpeado antes.—Cuando te vi, todo desapareció a mi alrededor, tenías una sonrisa hermosa, el cabello desordenado y tus muecas al no poderlo tener como deseabas, tus pronunciados bailes y el toque delicado en cualquier movimiento. Porque a pesar de cualquier otra persona, eras hermoso físicamente, pero también tu corazón es hermoso.

Harry ya estaba sentado, repentinamente muy cerca de Zayn, ambas miradas se conectaron por varios segundos mientras uno analizaba la respuesta del otro, estaban jodidos.

Harry colocó las dos manos sobre el rostro de Zayn, acercándose para plantar un pequeño beso, uno muy lento y corto, separándose para lograr ver el rostro del moreno, que al mirarle, sonrió, colocando una mano en la mejilla del menor para acercarse y finalmente tomar sus labios en un merecido beso, acariciando la piel que alcanzaba a acariciar, besando lo que alcanzaba a besar, sintiendo lo que alcanzaba a sentir.

—¿Me amas todavía?—el moreno mantenía el agarre fuerte en Harry, no deseaba dejarlo ir.

—Sí, Zayn.—susurró subiendo a las piernas del moreno, atacando sus labios con una necesidad casi insaciable.

Las velas por del departamento iluminaban perfectamente la silueta del menor entre la oscuridad, su respiración agitada y pequeños gemidos eran lo que hacía que todo lo demás desapareciera, los movimientos de Zayn tan delicados, tan especiales, tan dulces, convencían a cualquiera del amor infinito que sentía por Harry, ambos enredados entre sábanas que habían improvisado en el suelo de la sala, disfrutando del placer que concedía el otro, sin embargo, ambos sentían su pecho vibrar de emoción. Harry ya no tenía miedo de Zayn.

CASTIGOS - ZARRY STALIK (EN EDICIÓN).Donde viven las historias. Descúbrelo ahora