Enero

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Pasado las fiestas volvió a sus tierras. En cuanto piso su casa dio a conocer a su familia que volvería al cuarto que arrendaba en Valparaíso.

Su madre se puso un poco triste, pero entendió que quería estar en su lugar, no hizo mayores dramas.

Era pleno verano en el puerto, los habitantes porteños vestían shorts y poleras de manga corta. Como era bien sabido en la ciudad, los turistas bajaban anclas en esa época del año para admirar el enigmático lugar donde se decía que casas de colores rimbombantes se amontonaban en las quebradas una sobre otra, descendiendo del cerro hasta su desembocadura y con los picos de las iglesias góticas gobernando el cielo y vigilando el mar, plateado por la luna en su noche más estrellada.

Un caos bohemio lleno de secretos e historias, que roba el sueño a sus habitantes mas románticos.

Ya con sus bolsos nuevamente en la ciudad porteña, Elijah y ella comenzaron por armar un estudio.

Al principio la chica no entendía como fluía la magia a través de ella, solo imitaba lo que su amigo le enseñaba hasta que comprendió y sentio cada vez con mas fuerza como algo dentro de su cuerpo se liberaba.

Su habitación sería el estudio, aprendió el hechizo; ya que al ser un mago blanco no hilaba conjuros, de la doble habitación.

-Concéntrate Ali, visualiza lo que quieres que este cuarto haga por ti.-había dicho Elijah.

Con las manos señala los muebles

Y las cosas intentaran ocultar

Hecha seguro a la puerta

Para que las cosas solas se puedan dar

Los muebles repentinamente cobraron vida, la cama desapareció bajo tierra surgiendo un enorme mesa en forma de "L". Del techo aparecieron miles de colgantes de colores y sonidos armónicos, mientras que la ventana con alfeizar se cubrió de múltiples colores creando un vitral.

Todos los muebles presentes tenían carácter y estilo antiguo, una mesa, libros que le obsequio Elijah y una planta enredadera también dada por él. Muchos recipientes de diferentes formar y con tapas de colores y diseños variados.

La única cosa que no había desaparecido era su atril, con el mismo cuadro del hombre a medio pintar.

Ella miro el cuadro y luego a su amigo, ocurriéndosele una idea.

El sol entraba fuerte por la ventana y mediante su luz jugaba con la iluminación del cuarto. El mago negro ahora parecía mas relajado, sus conversaciones no daban la impresión de ser previamente elaboradas y muchas veces ni siquiera se molestaba en iniciar una conversación.

Medito un momento contemplando su rostro mientras él estaba desprevenido inspeccionando el lugar, en sus ojos vislumbro una calidez no percibida antes y que ahora surgía como un ligero brillo invisible, irradiando y cubriendo su cuerpo.

Ya que al fin logro crear por primera vez su espacio para realizar hechicería con su ayuda, tomo a Elijah de las manos y lo sentó en uno de los taburetes frente a ella.

Estuvieron tranquilamente toda la tarde conversando de forma amena, Alison lo pinto de forma dedicada y trabajada. Al final del día quedo satisfecha con los resultados.

Elijah muy alegre le dio un abrazo, al momento de guardar sus utensilios paso a llevar su mano con unos utensilios dispuesto en la mesa de trabajo y se hizo un pequeño corte.

Ella iba a ir al baño para echarse desinfectante, pero él delicadamente tomo su mano.

Saco el collar de diamante que tenia bajo su pecho, lo llevo hasta su dedo y este brillo, curando su pequeña herida.

Rin: El precio de la eternidadWhere stories live. Discover now