Capítulo único

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¡Feliz mes de Halloween!

Tenía este one shot guardado hace mucho tiempo y me basé completamente en esta historia para una palabra de la actividad del Fictober, que estoy realizando sobre VIXX. Los invito a que lo lean tambien, realmente me estoy divirtiendo mucho con el!

Comparto por si a alguien le da curiosidad, las canciones me inspiraron a escribir esto. Son buena ambientación(?).


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Rusalka: A Siren's Soliloquy


Nunca cruces el bosque de noche, clamaba su nerviosa abuela, con los ojos clavados en la ventana, observando las riberas del abismo vegetal que día a día parecía querer engullirse al pueblo. Las aves se refugiaban en las copas, aquellas domadas por espíritus y clamores inexplicables. La luna jugaba a esconderse al follaje y la respiración de la enorme bestia esmeralda era serenidad, con algo de soledad ya tatuada en sus vetas roble.

Un bosque vivo por completo, tanto como para querer ser incauto.

Lee HongBin se crio con carne de pobres gallineros, tubérculos pasmados de susto, agua prístina y adormecido entre fábulas y relatos incompletos.

Nunca hubo un final ellos.

Ni para sus preguntas, ni menos para las apresuradas respuestas de su madre en vida y abuela en sangre.

La mayor incógnita en esa existencia ermitaña y ausente evocaba al gigante dormido que le acechaba la nuca. Un bosque que de día era gorjeo de pájaros y de noche canto de ninfas imaginarias.

El pequeño pueblo se erizaba con timidez en el claro. Pidiendo permiso para beber el agua de las cascadas y cazar los jabalíes escurridizos alrededor.

Nunca cruces el bosque de noche.

Un día, ayudando a labrar la parcela del señor Roh, a orillas del bosque susurrante, lo escuchó.

Claro, suave, dulce.

Una tonada de amor.

Se enjugó el sudor y la tierra y aguzó los oídos.

Los pájaros no cantan así, pensó. Ni el ave más grácil podría emular esa melodía.

Ni el danzar de los juncos al viento, ni la fantasía febril del agotamiento.

Era una canción.

Más bien, un llamado.

¿Me quieres? Ven a buscarme.

Excelente, mijo, felicitó el viejo palmeando su hombro. Sobresaltado soltó la pala y sacudió la cabeza, alejando ese susurro dulce de sus pensamientos.

HongBin sonrió con nerviosismo y negó como dictaba la modestia.

Ahora sí que con este cerco los zorros no joderán, rio el viejo, sacando de su curtida bolsita de gamuza un puñado de monedas cobrizas, ¿no quieres quedarte a almorzar? La vieja hará sopa con la gallina que maté. HongBin asintió con entusiasmo.

Rusalka: A Siren's Soliloquy (LeoBin)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora