Capítulo Único

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Siempre ha existido una extraña tensión sexual entre Jungkook y Hoseok. Era un desconocido sentimiento que J-Hope no podía explicar; su corazón se aceleraba por él; ver al maknae lo alegraba; y provocaba un revoltijo en su estomago. Era un sentimiento que comenzó a sentir cuando conoció al pequeño chico. El lindo adolescente, que lo volvió loco desde el momento en el que lo vió.

Jung luchó mucho con ese sentimiento, ya que esa atracción lo hacia sentir culpable porque consideraba que Jungkook era solo un niño.
Con el tiempo y gracias a los miles de acercamientos con doble sentido por parte de ambos, logró aceptar la innegable atracción sexual que sentía por él.

A Hoseok le excitaba ver su cuerpo; le gustaba escuchar su voz cuando estaba agitado; adoraba ver la sensual forma en la que bailaba; y amaba con locura sus piernas, esas hermosa piernas que lo enloquecian. Hoseok lo quería, lo deseaba, lo anhelaba de manera desesperada; quería perderse en ese hermoso y formado cuerpo que consideraba perfecto.

Ambos comenzaron a tener constantes acercamientos, que en un principio eran simples abrazos y leves caricias; y terminaron como toques algo subidos de tono por parte de Jungkook, que se había vuelto increíblemente cariñoso muy derepente; solía acariciar su cabello mientras le susurraba palabras al oido; cuando se sentaban juntos, acariciaba levemente sus muslos; lo incitaba a abrazarlo por la espalda rodeando con sus brazos su estrecha cintura; también se sentaba sobre su regazo moviéndose sobre él, fingiendo no saber lo que le provocaba. Pero esos eran solo simples roces que no pasaban a más, roces que Hoseok interpretaba como simple cariño por parte del pequeño.

Pero ninguna de esas acciones se comparó con el incidente que días después ocurrió. El desastroso momento en el que Hoseok interrumpió en la habitación del maknae sin previó aviso; encontrándose con Jungkook, saliendo de su baño con una simple toalla que rodeaba su cintura.

Jungkook al notar la presencia de su hyung se avergonzó por la situación en la que estaba y Hoseok solo le devolvió una agradable sonrisa, enternecido por su sonrojo.

—Lamento no haber tocado, Kook— dijó Hoseok cerrando la puerta detrás de él.

—No se preocupe hyung— le susurró en respuesta, se sentía bastante tímido de repente y a Hoseok le gustó ver eso —¿Paso algo?— le preguntó, sentándose en su cama con un claro nerviosismo.

—No, ¿por qué lo preguntas?

—Porque vino a mi habitación. Es raro, usted nunca viene a verme— e innegablemente el maknae tenía razón. Jamas iba a su habitación, a no ser que necesitase algo o ocurriera una urgencia. Pero ahora, no sabía el por qué de su visita, simplemente sintió la extraña necesidad de verlo.

—La verdad es que queria saber si necesitabas algo— mintió —Díme cualquier cosa y lo haré—  el maknae lo miró extrañado por tal proposición,
pero igual aceptó.

—Quiero que seque mi cabello— Hoseok lo miró sorprendido por un momento e intentó  buscar sarcasmo en sus palabras, pero no había nada parecido.

Sin responderle, se sentó atras de él en la cama y con otra toalla comenzó a secar su cabello, procurando no dejar ninguna gota de agua.
Se sentía extrañamente cohibido por tenerlo tan cerca; el ver su palida piel, brillante por el agua y escuchar los leves suspiros que escapaban de sus labios, provocó que comenzara a sentir calor por todo su cuerpo.

—Ya terminé pequeño...— le susurró al oido. Jungkook se estremeció al sentir su respiración tan cerca y dejó escapar un involuntario jadeo.

Al oírlo, Hoseok se atrevió a acercar con timidez su rostro al cuello del menor, aspirando el aroma a vainilla de su piel. Segundos después oyó nuevamente esa suave voz hablarle entre pequeños suspiros.

Detrás del Sexo - HopekookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora