Fastidiando aliados

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Autor: Helindir

Mientras comían, recuperando energía, Severus notó en Diamhair el colgante de pequeños eslabones de metal plateado, soportando un amuleto del mismo metal

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Mientras comían, recuperando energía, Severus notó en Diamhair el colgante de pequeños eslabones de metal plateado, soportando un amuleto del mismo metal.

Era algo similar a tres óvalos unidos por sus extremos y rodeados por un círculo.

Lo había visto antes, pero desconocía su significado.

La elfa se percató de cómo el mago oscuro no quitaba la vista de su reliquia.

- Try ket ra- Dijo ella, sosteniéndolo.

- Triqueta para nosotros- Le aclaró Albus- Significa "de tres esquinas". Es un símbolo de su raza. Los tres óvalos iguales, representan igualdad, eternidad e indivisibilidad. Representan a la mujer en sus estados puros: virgen, madre y anciana. También a las tres fuerzas y partes del mundo, el mar, el cielo y la tierra. El círculo continuo, sin un principio ni final determinado, se relaciona con un flujo perenne, el circuito cósmico que todo ser vivo realiza y su paso por los tres reinos. Simboliza la vida, la muerte y el renacimiento, la trinidad, la unidad e interacción entre cuerpo, mente y espíritu. Brinda protección, curación y elevación espiritual.

- Demasiado para un simple símbolo- Dijo Severus.

- Es una representación de las ciencias de su pueblo...

- ¿Y que significa su nombre? Si es una elfa, su nombre debe significar algo en su cultura...

- Diamhair es el nombre que se le da a las cosas o lugares con cualidades mágicas, especialmente difíciles de captar, ocultas, o potencialmente amenazantes.

- Que poco tranquilizante...

- Si finis abs nutrire ac si possidere vis, via ad studium- Dictaminó la elfa, poniéndose de pie y cruzando los brazos, impaciente.

- Pide que dejemos de hablar y que si tenemos energías, que nos transportemos al colegio- Dijo Albus.

- Claro que no...- Gruñó Snape- No voy a obedecer las órdenes de una elfa malhumorada que no habla mi idioma.

Diamhair lo miró con sus ojos pálidos, bastante enojada y gruñendo levemente.

- Diam, calma- Intentó apaciguarla el anciano, parándose junto a ella- Él es así, desde siempre y con todos, no es nada personal.

- Non tum gravis. Non accipere sua sordidus cum absque humanitas (No me interesa. No soporto las basuras con poca educación)- Dijo ella en voz alta, gesticulando como si el pocionista fuera una escoria.

- No se lo que dices, elfa- Severus se puso de pie, acercándose amenazadoramente a Diamhair- Se que puedes hablar en nuestro idioma, así que deja de actuar como si fueses especial por tener un lenguaje raro.

- Basta- Los detuvo Dumbledore- Basta los dos.

- Albus ¿Cur ud aduitare? Zamia pretium ops hic unum maestitia magus(Albus ¿Para que lo salvé? Gasté valiosa energía en un débil mago)- Protestó la elfa.

- Sera omnino lo qui quae quod spectare, autem pariter is fortis ac leal. Creare en meus. Cur favor (Será todo lo que ves, pero también es fuerte y leal. Cree en mí. Por favor)- Le dijo el anciano a la mujer, intentando calmarla

Diamhair bufó, resignada, girando los ojos, dando a entender que le daba lo mismo.

- Debemos ir, Severus- Le dijo Albus, mirando compasivamente los ojos del mortífago descubierto- Comprendo que no estés muy de acuerdo en obedecerla, pero tiene razón. Entre antes lleguemos al colegio, mejor.

- Bien... Bien...

Sin esperar más, ambos magos se concentraron y re aparecieron en los límites de Hogwarts, mientras que al lado de ellos, la elfa aparecía segundos después. Era conocido el hecho que los elfos de ese nivel tenían dificultades a la hora de transportarse grandes distancias en tan poco tiempo. Era una especie especializada en resistencia, sobre todo en largos viajes, donde la aptitud física parecía más importante que la mágica. Aunque la apariencia completamente delgada de sus cuerpos hacia pensar que era algo contradictorio. Al analizar el concepto de resistencia, cualquiera se imaginaria a elfos ligeramente robustos, no similares a livianas ramas. Pero era esa ligera característica la que jugaba a favor. Uno de la talla de Diamhair, su poco peso y piernas largas, potenciaban su rapidez y minimizaba el gasto de energía.

La criatura de aspecto humano y orejas en punta observó todo velozmente, analizando el lugar y buscando posibles peligros.

Albus hizo una seña a Severus, para que este quedara quieto, y ambos miraron como la elfa venteaba el aire, mientras unas raíces delgadas salían del suelo, junto a su pie, subían y se enroscaban en una de sus manos, clavándose en su blanca piel.

Tras unos segundos en silencio, las ramas la soltaron y volvieron a la tierra.

- Non fagus periculum, null cur terra null cur aer- Dijo Diamhair.

- Dice que no hay peligros cerca- Tradujo Dumbledore.

Snape avanzó, ignorando el hecho de que la elfa había analizado todo por su seguridad, y de una manera por demás extraña.

- Diam, te pediré algo...- Le dijo Albus, mientras caminaba detrás de Severus y junto a ella- Quisiera que te quedes en Hogwarts...

- Non hoc humus ater atra atrum... (No me gusta esta tierra oscura...)- Murmuró ella.

- Genial...- Siseó el mago oscuro por lo bajo.

- El colegio esta en peligro y necesito de seres fuertes que protejan el lugar- Explicó el director- Voldemort atacará en cualquier momento y no quiero tener más bajas... Contigo cerca se que tendremos una enorme ventaja. Por favor....

- ¿Para que quieres que la elfa se quede?- Gruñó Severus, mirándola de reojo- Es tan peligrosa como Voldemort. No es segura... Ya bastantes problemas tenemos con el señor oscuro, como para también tener que luego, estar defendiéndonos de este fenómeno...

En menos de un segundo y sin previo aviso, Snape fue empujado con ímpetu contra un árbol y sujetado con fuerza por lianas, mientras que Diamhair hundía la punta de una daga élfica en su cuello, haciendo brotar un leve hilo de sangre de la piel del pocionista. Ella permanecía prácticamente sobre el, gruñendo como dragón y clavando sus ojos grises en los de él, con odio y poca paciencia.

- Alere ac aegrus magus (Cuida a tu débil mago)- Gruñó ella, clavando la daga un poco mas- Scio quae quod annihilare ac nullus posse afcere aliquis. Hoc lassus... (Sabes que puedo destruirlo y nadie podría hacer algo al respecto. Me esta fastidiando...)

- Baja eso, por favor- Rogó Dumbledore- Él es así de renuente y malhumorado, déjalo libre. Lo necesito vivo. De nada me sirve un ex mortífago muerto.

- ¿¡Mortífago!?- Gritó Diam, cerrando más el agarre de las lianas en Snape al punto de que este sintiera dolor.

En ese momento, Albus recordó el odio particular de los elfos con esa clase de mago oscuro y cayó en cuenta que había metido las cuatro patas, barba y varita. Ahora no sabía que podría pasar. Quizás fuese la última vez que viera a Severus con vida.

Ádhmharaighe | SSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora