Plano musical

PARTE 1

Atrapado entre la melodía mas hermosa de este mundo, mis gritos son el canto perfecto para las notas que son tocadas desde el inicio de los tiempos, cualquiera que pudiera escuchar esta canción viviría el momento mas maravilloso del plano musical, solo para morir unos segundos después de haberla escuchado por completo.

Dicen que el arte mas hermoso, es aquel que es creado por medio de un instrumento musical, hermosas notas escritas para hacernos vivir con mas intensidad alguna emoción que nos envuelve en un conjunto de sensaciones placenteras o depresivas.

Amé la música desde el primer instante que escuche una pieza de Amadeus Mozart en la vieja radio de mi madre, con la clara inocencia de un niño de cuatro años de edad,le pregunté sobre el sonido que emitía el aparato que tenia a su lado. Mi madre con una gran sonrisa en su rostro, me explicó lo que era la música, que lo escuchaba era una canción tocada con piano por Mozart, me dijo quien fue él, e incluso me aclaró lo que era una radio.

Desde aquel momento, este bello arte fue mi vida, mi familia no tenia dificultades económicas, por lo que pudieron conseguirme un piano, tan solo unas semanas después de que había expresado mi interés por aprender música, además de que mi padre veía como una gran oportunidad que a mi corta edad me interesara por este arte.

Recuerdo que la primera vez que tuve el piano frente a mi, tuve una sensación que solo podría describirla con exactitud si volviera a vivir ese momento, me senté frente a él, toque teclas sin sentido alguno por unos minutos, no sonaban nada parecido a lo que había escuchado en la radio, pero eso no me desanimo, al contrario, eso solo hizo despertar un sentimiento de competencia conmigo mismo.

Después de salir del colegio, cuando llegaba a casa, lo único en lo que pensaba era en practicar más y más, a veces podía pasar horas tocando, hasta estar agotado y con dolor en mis dedos, mis padres no lo decían en ese momento, pero no les parecía un comportamiento normal para un niño de mi edad, sin embargo, esa sensación quedaba olvidada cuando imaginaban el futuro que podía tener si seguía practicando de esta manera. Luego de una semana de haber comenzado a practicar, mis notas sonaban con algo de armonía, fue así que mi padre decidió contratar a un instructor particular para que viniera y mi enseñara todo lo necesario para poder tocar el piano correctamente.

Pasaron las semanas, meses y algunos años desde que había comenzado con mi vida de músico, a mis diez años de edad podía interpretar canciones realmente complejas, además había comenzado a escribir mis propias melodías, mis padres estaban orgullosos de mí, era un prodigio en palabras suyas, me presumían con sus amistades y hacían todo lo posible para que demostrará mis habilidades en la ciudad, sin embargo, a mi no me atraía la idea de tocar para otras personas, a veces, ni si quiera para mis padres, la música era algo mio, lo que expresaba con mis dedos era para mi, cuando tocaba sentía que conectaba con algo, que en ese entonces creía que era mi alma, no tenía idea de que era algo totalmente distinto a lo que yo pensaba.

Al crecer un poco más, me di cuenta que esta vida no solo podía tratarse de música, mi adolescencia llegó y con ello los problemas que vienen a esa edad, comencé a vivir nuevas emociones, la mayoría de estas eran de tristeza y agobio, lo cual empezó a reflejarse en mi música, un poco más delo habitual. Al escuchar lo que interpretaba, mis padres se preocuparon, expresaron que la música que tocaba desde niño,siempre les pareció un poco triste, pero que últimamente era mucho más deprimente; maldita biología humana, aquella que solo me hizo ignorarlos.

A partir de este punto, fui descubriendo poco a poco, que había algo que me diferenciaba de otros músicos virtuosos que hayan existido, mas haya de tener una habilitada nata, no me consideraba mejor músico que mis ejemplos a seguir como Mozart, Beethoven, Tartini, Bach, etcétera. Mi música producía en las personas pensamientos que si no lograban reprimir,éstos los llevarían a cabo sin remordimiento alguno.