el secreto del cerezo

-Un nuevo destino-

Mama: Emily!

Escucho la voz de mi madre repetir mi nombre muchas veces.

Mamá :Baja a comer! 

Emily: ya voy! 

Me levanto de mi cama sin muchas ganas de empezar el día. Bajo desarreglada a la cocina,  tomó un yogurt y subo las escaleras para ir de nuevo a mi cuarto.

Mamá:  Emily! 

Volteo  en la mitad de la escalera.

Mamá:  (gira sus ojos hacia mueble donde estaba la correa de puffin , queriendo decirme que saque a pasear al perro)

Entendí esa referencia,  asentí con la cabeza y subí a mi habitación la cual estába llena de cajas por la mudanza.

Me dirigí al armario y saqué una chaqueta negra con un pantalón del mismo color que hacia un conjunto. Luego fuí al baño a arreglar el desastre de mi pelo.

Bajo las escaleras cojo la correa y salgo con puffin.

Emily:  adiós má (grito antes de salir) 

Es mi primera vez caminando por las calles de Japón. Decidí ir al parque cerca de mi casa.

Al entrar en el algo me llamó la atención,  era un enorme cerezo,  sus pétalos caían dejando el césped cubierto de su hermoso color rosado. Me senté bajo de este y puffin acostado al lado. 

Las ramas del cerezo se movieron bruscamente,  puffin  se levantó rápidamente con el sonido,  yo traté de calmarlo pero este no me hizo caso,  empezó a dar vueltas alrededor del árbol. El ladraba y ladraba.  El se detuvo y me miro como si deberíamos irnos.

Yo sin saber que era lo que pasaba ví al árbol y quise saber que era lo que le aterraba a puffin.

Al ver el árbol me di cuenta que este tenía algo blanco transparente en el,  y se habría más y más,  traté de tocarlo pero mi dedo desapareció, parecía una especie de portal. Este creció aún más poniéndose del tamaño de mi cuerpo,  algo me decía que debía entrar en el,y así hice,  entre y puffin hizo lo mismo como " Perro protector".

Entré  ,me voltee y el portal había desaparecido. Estaba en un lugar blanco,  todo era blanco,  a cualquier lugar que querías ver solo se veía ese color.  Caminé junto a puffin pero no había señales de nada,  ni un ruido,  nada de voces. 

Para mi habían pasado minutos,  me comencé a desesperar,  corrí, pero nada,  era imposible no se podía salir. 

Dándome por vencida, en el suelo arrodillada,  lloré,  quería estar de nuevo con mi madre,  en mi casa. 

Mi perro trataba de consolarme.

Emily no te preocupes.

Una voz dulce invadió el lugar.

Emily:  quien eres? 

Algo a lo lejos iba apareciendo,  era una especie de persona que a la vez parecía un cerezo.

Emily:  E-eres el cerezo que hace poco me recostaba? 

Cerezo:  así es.

Emily:  que es este lugar? 

Cerezo:  este es mi hogar,  esta es mi forma humana,  es la manera en la cual puedo hablarte,  no muchos pueden hacerlo.

Emily:  por que mi perro reaccionó de esa manera afuera?

Cerezo:  por que,  el sabía que estaba en peligro... (Mantuvo un silencio)

Emily:  estas en peligro?  (Me sorprendí) 

Cerezo:  hay personas malas como buenas en este mundo.  Las personas del parque no me cuidan,  un día talaron una pareja sus nombres en mi tronco. Eso dolió...  Y han hecho muchas cosas peores,  aunque veas estas frondosas hojas en el interior estoy sufriendo,  puede que me quede poco tiempo.

Emily:  hay algo que pueda hacer?! 

Cerezo:  cuídame,  has que la gente de este planeta entienda que los árboles son los que nos dan vida,  aire,  no hay por que dañarlos.

Emily:  haré todo por ayudarte (digo confiada,  sonriendo) 

Emily:  pero para eso debo salir de aquí (digo riéndome apenada)

Cerezo:  a-ahh es cierto,  lo lamento. Me alegro que pudiste entrar aquí y que me ayudes.  Gracias por todo

Emily:  haré lo posible,  como dije antes.

En la Sala blanca volvió a abrirse el portal,  salí y me despedí.

Emily:  adiós cerezo!  Anímate (le sonreí) 

Cerezo:  (le devolví la sonrisa) 

Todos los domingos,  volvía al parque con puffin y veía el Estado del cerezo,  lo regaba y le ponía cosas para el árbol estuviera mejor,  también entraba en el portal muchas veces para hablar con mi "nueva amiga".

Como me encanta Japón!