Starlight

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Luke recibió con una sonrisa el empujón de Michael y enterró la llave en la cerradura. Ashton respondió con una carcajada al empujón de Calum y Luke pudo sentir detrás suya los empujones que se estaban propinando. La puerta de entrada se abrió con un chasquido a la primera vuelta de llave y los cuatro fruncieron el ceño, dejando de pelearse y quedándose repentinamente en silencio. Michael había jurado varias veces haber cerrado la puerta con las dos cerraduras, y los juramentos de Michael solían ser verdad, al menos si los decía con la suficiente seriedad en el rostro. Luke adelantó un paso abriendo la puerta hasta que dio con fuerza contra la pared y Ashton pulsó el interruptor de la luz con su largo dedo índice. La sala de estar estaba completamente igual a como la habían dejado aquella mañana. El sofá revuelto, restos del desayuno en la mesa y unos cuantos pares de zapatos puestos en línea recta encima de la alfombra como soldados. La ventana estaba cerrada y las cortinas entreabiertas, como las había dejado Michael antes de salir de casa. Aquello era extraño.

- ¡Esto es trabajo para Mike-ro-wave!- Gritó Michael, y Calum tuvo la repentina necesidad de ponerle una mano delante de la boca. Y así lo hizo.

Michael se quejó durante un rato y después lamió la palma de la mano de Calum, con una expresión burlona. Calum frunció el ceño y apartó la mano, limpiándola en la espalda de la camisa de cuadros de Michael, exactamente dentro de la O de Idiot.

- Que asco, tío.

Luke hizo un gesto llevándose un dedo a los labios y soplando suavemente a través de ellos, y Ashton señaló en silencio al pasillo, entre las sombras, donde se veía la punta de un zapato negro. Michael y Calum enmudecieron y Luke adelantó un paso. Quien quiera que fuese, tenía una llave del piso. La figura dio un respingo y unos cuantos rizos rubios se movieron y salieron a la luz. Los cuatro chicos suspiraron al unísono y Luke se llevó una mano al pecho teatralmente. Ashton soltó una risita de colegiala tonta y Michael se rascó una ceja. Calum se quedó impasible, recostado en la puerta, con la mirada fija en la figura.

-Mare.- Dijo al fin Luke, acortando la distancia entre su hermana y él en cuatro largas zancadas.

América salió de las sombras del pasillo con una expresión asustada y mojada de arriba a abajo. El lugar que había estado ocupando estaba mojado con un charco de agua y sus rizos estaban apelmazados y chorreando, al igual que su ropa. Seguro que había estado bajo la lluvia sin paraguas. Luke abrió los brazos y ella dejó que él le abrazara.

Unos cuantos segundos más tarde, América se separó de él y esbozó una sonrisa de “lo siento”.

- Mm, lo siento.- Dijo, con los ojos brillantes. Calum no pudo decidir si era porque estaba a punto de llorar, o porque la situación le parecía graciosa. De todas formas, ella si que parecía al borde de las lágrimas, y Calum apostaría que se echaría a llorar en menos de cinco minutos.

Luke arqueó una ceja, Ashton alzó ambas y Michael se rascó la otra ceja.

- ¿Por qué lo sientes?- Preguntó Ashton pasándole un brazo por los hombros. Recuerdos de los cinco de pequeños rodando por un jardín verde y lleno de flores asaltaron la mente de Ashton con ese gesto y reprimió una sonrisa.

Mare sonrió y tiró de su mejilla hacia abajo.

- Por asustaros, supongo.- Mare miró al suelo y soltó una casi inaudible risita, que todos escucharon.

Michael hizo un mohín con los labios y se cruzó de brazos.

- Yo no me asusto por nada, Hemmings.- Dijo con expresión molesta, aunque en sus ojos había un brillo divertido que decía que era una broma, pero ninguno de los presentes tenía que mirarle los ojos para saber que bromeaba.

Luke colgó su abrigo en el perchero, atravesó con dos zancadas el salón y se tiró en el sofá, haciendo que los dos cojines de color marfil manchados con distintas sustancias rebotaran y cayeran al suelo.

- ¿Qué haces aquí, Mare?- Preguntó, agachándose para coger los dos cojines.

La expresión de América cambió completamente hasta conseguir una mezcla de terror y tristeza y Calum se apuntó un punto mentalmente. Una respuesta por parte de América y un torrente de lágrimas asegurado. Tenía que haber apostado con alguien, se regañó mentalmente. Unos segundos más tarde, se volvió a regañar a sí mismo. Tenía problemas con las apuestas. O no con las apuestas. Quizás eran simplemente problemas.

América se acercó al sofá con parsimonia y cruzó las manos delante del regazo. Después lo pensó mejor y las dejó caer a ambos lados de su cuerpo.

- Yo...- América apartó la vista y después cerró los ojos.- Mamá descubrió que yo sabía que te habías ido. Y- Y yo... Bu-Bueno, ella... Yo... Ella...

América resopló y apretó los puños.

- Ella me ha echado de casa.- Apretó fuerte los ojos buscando recibir un “pues aquí no puedes quedarte”, pero nada sonó. Abrió un ojo, después el otro, y los abrió aún más al ver a Luke cambiando de canal de televisión con expresión despreocupada.

- ¿Luke?- Preguntó, con un tono de incredulidad. Luke volvió la vista a su hermana y le sonrió a los ojos azules gemelos a los suyos.

- ¿Qué quieres que te diga, Mare? Vives aquí. ¿Crees que yo te echaría de casa?

Los ojos de Mare volvieron a brillar y el torrente salió finalmente. Calum sonrió por su victoria mental y Luke tiró de su hermana hasta tirarla encima de él abrazándola fuerte. Calum apartó la vista incómodo.

- Ooh, cuánto amor.- Bromeó Michael.

Calum bajó la mirada y tiró el impermeable al perchero, que cayó al suelo, ruido que llamó la atención de todos en la sala. América siguió con la mirada a Calum hasta que este despareció por la puerta de su habitación. Las hojas de la puerta batieron suavemente, amortiguando el sonido. Devolvió la mirada a su hermano, pero él estaba cambiando de nuevo los canales de la televisión, con la mandíbula apretada.

- ¿Qué le pasa a Calum?- Preguntó Mare suavemente con una expresión de desconcierto.

Luke se mordió el aro negro del borde del labio y lo soltó de golpe, repitiendo la acción varias veces sin retirar la mirada de la televisión de pantalla plana.

- No lo sé.

América entrecerró los ojos hasta convertirlos en dos finas rendijas de color azul celeste bordeadas por rubias pestañas. Luke sabía lo que le pasaba a Calum, y ella iba a descubrirlo.

StarlightWhere stories live. Discover now