ocho: la presentación

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Jordan no se dio por vencido con su plan para ganar la apuesta

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Jordan no se dio por vencido con su plan para ganar la apuesta. Tan pronto se dio cuenta que no estaba interesada en Mathew, me presentó a varios chicos durante toda la semana siguiente. Conocía sus intenciones, así que no mostré interés por ninguno de ellos y eso no le gusto.

—¿Cómo es posible que hayas rechazado a cada uno de los chicos que te he presentado? —me preguntó Jordan en nuestro último día de detención—. Podrás ser bonita, pero ¿no crees que te estas sobrevalorando?

—No se trata de eso Jordan... —me detuve—. ¿Crees que soy bonita?

—No cambies de tema —gruñó—. Estamos hablando sobre tu complejo de superioridad.

—No tengo ningún complejo. Lo que pasa es que no me siento lista para tener una relación y además sé que haces todo esto para ganar la apuesta.

—Esa es una acusación muy grave en mi contra —Me incliné hacia delante en mi asiento y lo observé con una mirada acusadora—. Deja de verme así o es que —Jordan acercó su rostro al mío— ¿quieres un beso?

Puse la mano sobre su rostro y lo alejé.

—No —le aseguré—. Solo déjalo. Ya no me presentes más chicos.

—No tengo por qué obedecerte.

—Por favor —insistí con ojos suplicantes.

Jordan frunció el ceño.

—Está bien, pero con una condición —Jordan una pausa antes de continuar, como si esperara que protestara, pero no lo hice. Realmente quería que se acabara esto—. Sal conmigo —dijo, finalmente.

Incliné la cabeza. —¿Salir? ¿Cómo una ci-cita? —balbuceé.

Jordan sonrío divertido. —No exactamente. Jason y yo teníamos planeado ir a una fiesta en Riverscape, el pueblo vecino, pero me canceló de último minuto, porque Bethany quiere que la lleve a un nuevo restaurante del centro.

—¿Y eso qué tiene que ver con qué me invites a salir? —lo interrumpí.

—Es parte del plan. Iremos a ese mismo restaurante, nos encontraremos con ellos «accidentalmente» y les arruinaremos su cita. Comeremos de todo y al final de la noche, huiremos y le dejaremos la cuenta a Jason —sonrío—. Así que, ¿aceptas?

Miré a Jordan, tenía los ojos brillantes, como si se le hubiera ocurrido el mejor plan del mundo. Tenía que admitir que sí era un buen plan, algo divertido también, pero tenía un problema y era Bethany. Nuestra última conversación no fue nada agradable y lo último que quería hacer era pasar tiempo con ella.

Negué con la cabeza. —No lo creo.

—¿Por qué no? —preguntó Jordan y tras una pausa agregó: —No es como que tengas otros planes.

Me sonrojé de vergüenza al pensar que Jordan creía que no tenía una vida social.

—Te equivocas, en realidad tengo otros planes —mentí.

Reparando Corazones RotosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora