Llegaron las 2 de la mañana y Maria nos ofreció una habitación muy espaciosa donde poder alojarnos y dormir. Estaba amueblada de manera muy sencilla: Tenía las paredes pintadas de blanco, una cama de matrimonio, y un armario.
Antes de que Maria saliera de la habitación, Eric le preguntó si se podía duchar y ella con una gigantesca sonrisa le respondió "Por supuesto, como si estuvieras en tu casa. Allí tienes el baño." Suerte que nuestra habitación tenía baño propio.
No había pasado ni un minuto cuando la puerta se abrió de golpe y Marcos apareció detrás de ella. Tragué saliva duramente y desvié mi atención hacia otro lugar:
- ¿Qué quieres?- Pregunté intentado sonar segura e indiferente.
- ¿Realmente quieres saberlo, cariño?- En ese momento sí que le miré, fulminante. En su cara se plasmó una engreída sonrisa y poco a poco se fue acercando hacia mí. Paso que él daba hacia delante, yo lo daba hacia atrás, hasta que ya no pude retroceder más ya que choqué contra la pared. Su sonrisa creció más todavía. Estaba a escasos centímetros de mí y le pegué un leve empujón hacia atrás.
- ¿Qué estás haciendo?- Estaba muy furiosa. - No quiero ni necesito tener nada contigo, tengo novio y le quiero muchísimo.
- Tan bien no te iría cuando cortaste con él.- Justo lo que necesitaba para encenderme del todo.
- Para empezar, eso no es asunto tuyo. ¿Quién te crees que eres?- En ese momento se quitó la camiseta. Que chico más raro. ¿A qué venía eso ahora?
- ¿Ves este cuerpo? Nadie lo ha rechazado nunca, ¿A caso vas a poder resistirte a tocarlo?
- ¿Ves esta mano?- La levanté. - No falla un golpe. ¿A caso voy a poder resistirme a pegarte?- Rió fuertemente.
- Eres graciosa, me gustan las chicas que me hacen reír y que además, están buenas.- Miré disimuladamente hacia abajo, el chico estaba bien, pero mi Eric también lo estaba, y mucho. No tenía nada que envidiarle.
- ¿Puedes largarte? Me estás cansando.
- Cariño, en realidad no quieres que me vaya.- Se volvió a acercar el paso que antes había retrocedido al empujarle.
- Oh sí... Sí que quiero, créeme.
- Vas a caer en la tentación.
- ¿Pero qué tentación ni que tentación? Vale, sí, admito que eres atractivo.- Intenté sonar lo más indiferente posible. Otra vez esa sonrisa engreída que me daba angustia.- ¿Pero tú has visto a Eric? No tiene nada que envidiarte. Además, es muchísimo más humilde que tú y él me gusta, mucho. Tú no. No quiero ni querré nada contigo. Ahora por favor...- Le señalé la puerta.
- Por eso te engaña con otra, ¿No?- ¿Cómo narices sabía eso?
- ¿Y tú cómo sabes eso?
- Por vuestra forma de actuar, lo hacéis tan obvio...- Se acercó un poco más y le volví a dar un empujón.
- ¿No te cansas de ser rechazado?- En ese momento, se dejó de escuchar el agua correr. Eric había salido de la ducha.
- No, porque sé que te atraigo.- Negué exageradamente con la cabeza y cogí su camiseta que antes había sido lanzada a la cama. Se la tiré y le fui empujando con todas mis fuerzas hasta que quedó por fin en el pasillo, fuera de la habitación.
- Volveremos a vernos, acabaremos lo que hemos empezado cariño- Me guiñó un ojo y le cerré la puerta en las narices. Que chico tan pesado. ¿Acabar lo que habíamos empezado? ¿Qué se suponía que habíamos empezado? ¡Nada! Me sacaba de quicio.
En ese momento la puerta del baño se abrió y salió Eric con una toalla envuelta en la cintura. Él sí que era guapo y atractivo, no Marcos, que lo era, pero ni la mitad que mi Eric.
- ¿Qué haces ahí?- Me encogí de hombros y me acerqué a él para después darle un abrazo.
- ¿Cómo van las heridas? Las de la cara muy bien- Sonreí y él, como si de un espejo se tratase, sonrió.
- Júzgalo tú misma- Se dio la vuelta y observé atentamente sus heridas. Las tenía un poco mejor, pero aún tenían mal aspecto.
- Bueno, no van mal.- Se dio la vuelta y rodeé su cuello con mis brazos. Planté un beso en su cuello. Él también me dio uno en el mismo sitio y se me puso la piel de gallina.
- ¡Es verdad! Los besos en el cuello te volvían loca.
- Y a ti cualquier tipo de acercamiento en el oído así que tengamos la fiesta en paz- Le guiñé un ojo.
- Sabes que me gusta jugar- Rodeó mi cintura con sus brazos. Reí.
- Pero no aquí, ni ahora. Además tu espalda...
- Mi espalda ya no es excusa. Y bueno... Por lo otro... Más excitante.- Reí.
- No es el momento.
- Pero yo quiero- Hizo un puchero.
- Y yo, pero...- Alargué la "e".
- Jolín, que hace muchísimo tiempo que no tenemos un momento más íntimo.
- Lo bueno se hace esperar- Reí. - Ahora ponte algo de ropa interior- Agarró su toalla y como vi sus intenciones cerré los ojos fuertemente. A los segundos se escuchó una risita y apartó las manos de donde estaban. Me sentí tonta al verle, ya llevaba ropa interior. - Ouh...- Murmuré y soltó otra carcajada.
- ¿Tienes sueño?- Preguntó tumbándose en la cama y yo hice lo mismo.
- No, la verdad- Rodeó mi cintura con su brazo y me acercó más a él. Nuestras narices se rozaron un par de veces y una sonrisa tonta se plasmó en mis labios.
- Sabes que te amo, ¿Verdad?- Asentí.
- Yo también. Mucho.- Aplastó sus labios contra los míos y nos besamos como a mí me gustaba, dulce y tierno. Puse mis manos entre su cara y su cuello y con mi pulgar dejaba suaves caricias.
El beso acabó profundizándose y me quise separar pero, al hacerlo, un gruño salió de entre sus labios y volvió a acabar con los milímetros que nos separaban. Ahora era un beso apasionado y realmente ansiado. Puse mis manos suavemente en su cuello y me alejé de nuevo, a los minutos.
- Eric, tenemos que parar ahora- Unió nuestras frentes.
- Lo sé, iba a parar justo cuando tú lo has hecho.- Una carcajada ronca salió de entre sus labios.
- Ya, seguro...- Planté un corto beso en sus labios.
- Buenas noches cariño.
- Buenas noches Eric.
Continuará...
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¡Holaaa! Varias cosas: La primera: Siento haber tardado tanto en subir, estaba ocupada y además, no tenía demasiada inspiración. Pero ya estoy aquí :D. Segundo: Sois taaaan geniales... En serio. ¡Muchísisisisisisisisimas gracias! Gracias, gracias, gracias, gracias, gracias y gracias. (Podría seguir agradeciendo pero entonces me alargaría demasiado). Ya llegamos casi a las 7.000 lecturas y no podría estar más contenta. Gracias por ello. Gracias a todos los que votáis y comentáis. Y gracias también a "los lectores fantasmas". Gracias a todos y cada uno de vosotros. SÍ, TÚ. ERES GENIAL. Y por último: Que os adoro. Hasta pronto <3
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Vete, pero quiero que te quedes
Ficção AdolescenteQue cosa tan complicada el amor, y para ellos no iba a ser menos. Júlia y Eric se amarán. Pero, como en toda relación, hay ciertos obstáculos y ciertas dudas. El pasado, en el pasado se queda. Pero, ¿Y si vuelve? ¿Y si encima vuelve para estropearl...