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Había mucho frió esa mañana que tenía que levantarme de la cama para ir a cursar, pero lo hice sin quejarme tanto, baje las escaleras para ir al baño, mientras me duchaba y luchaban mis ellos con mi súper yo para ver si iba a cursas o me quedaba a dormir, en mi mente recordaba mis sueños, no podía sacar esa voz de mi mente, pero sin saber de quién era, simplemente evitaba pensar tanto en eso y seguía con mi vida, que ahora era ir a cursar una clase que no me interesaba ni tampoco servía en lo más mínimo, pero de igual manera fui, la clase la daba una mujer de unos 42 años, al parecer su vida no era muy buena, mucho trabajo, poca familia y muchas horas de clases, se notaba que siempre estaba irritada, viajaba mucho para darnos clases, tenía un doctorado en filosofía y en esas cosas que sirven para sentirte importante, en medio de la clase me sentía muy perdido en la dirección del contenido que se hablaba, entonces opte por utilizar mi teléfono y revisar Instagram, en un momento mientras veía las fotos de amigos míos, vi que me sugerían seguir a varias personas, era la típica gente que conoces pero no tanto para seguir, gente que cursa con vos o compañeros de la secundaria, entre todas esas personas vi a una en particular, una ex novia que tuve de más chico, en el comienzo de la adolescencia, fue una linda relación, me traía mucha nostalgia, entonces en mi mente vinieron muchos recuerdos de nosotros, nos gustaban muchas cosas en común, una de ellas era el rock, a ella mas el liviano, pero a mí me gustaban esas bandas que pegaban gritos como unos locos, al menos en esa edad, ahora tenía un gusto musical más decente para mi parecer, pero un recuerdo vino a mí como su fuese un video, me acordaba de él perfectamente, era ella tocando la guitarra y cantándome canciones que me gustaban, mi canción favorita era con la guitarra electica, pero ella la tocaba con la acústica, recordar a ella cantando ese tema me ponía contento, tanto que busque la letra de la canción en mi teléfono, mientras leía la letra me quede petrificado al acordarme el estribillo, decía algo de perdóname mi amor, y mi cerebro reconocía la voz al instante de leer eso: era ella. 

Amar es dulceWhere stories live. Discover now