Capítulo 1

272 10 2
                                    

Sakura POV:

Tengo un secreto, como todo el mundo, algo que no puedo compartir con nadie, ni siquiera con Dios. Vivo en la afueras del pueblo, un pequeño pueblo llamado Tomoeda. Los habitantes de este lugar son muy supersticiosos, creen en cosas mágicas y todo eso. Sé que suena extraño que en tiempos modernos aún se crea que magia, pero por sobre todo en seres mitológicos. Desde pequeña me han enseñado que debo tener miedo de estos seres, pero jamás lo he hecho.

Mi mamá siempre me decía que no conversara con extraños, que no los siguiera al bosque, pero debo decir que no soy buena siguiendo las reglas. Sobre todo cuando lo conocí a él, yo tenía alrededor de 6 años y mi mamá me había pedido que fuera a dejarle al abuelo un poco de mermelada, además de unas verduras del huerto.

Estaba a mitad de camino de la casa de mi abuelo, que vivía en las afueras del pueblo, cercano al bosque, cuando me encontré con él, un niño de más o menos mi edad, tal vez tendría siete u ocho años.

No lo supe con exactitud en esos momentos, pero me quede impresionada al ver sus ojos color chocolate, eran tan intensos que me pillaron por sorpresa, su cabello de color café oscuro, se veía todo enmarañado, pero lo cierto es que el problema era su pelo, era demasiado rebelde igual que su dueño.

Nos quedamos viendo sin mover un músculo, yo lo observaba con curiosidad, no sabía que además de mi abuelo había otra familia viviendo en las afueras del pueblo. Él me observaba como midiendo la clase de peligro que representaba, como si fuera a hacerle daño o algo por el estilo.

Quién pensaría que una niña pequeña con dos coletas, un vestido rosa y una pequeña capa de color rojo, serían peligrosas. Pero por el ceño fruncido de él, tenía toda la impresión de que me analizaba detenidamente. Cuando determino que no representaba peligro alguno, se presentó, su nombre era Shaoran Li, me pareció un nombre bonito, sobre todo por el significado de él, "pequeño lobo", me dijo que vivía cerca del bosque porque su familia era naturalista, además de que siempre les pareció a su familia más seguro vivir en el bosque.

A pesar de lo que mi mamá me había advertido, me fui tranquilamente con él a jugar, desde ese día nos volvimos inseparables, pero siempre jugábamos a escondidas en el bosque, lejos de las miradas de los demás. Lo siempre me llamo la atención es que no me presentara a su familia, o verlo en el colegio y siempre que nos veíamos era en el bosque, eran esas pequeñas cosas las que siempre me llamaban la atención, tal vez porque algo en lo profundo de mí sabía que él me ocultaba algo.

Al cumplir los trece años él no apareció como en un mes, fue justo en ese mes que oí el primer aullido de un lobo, pero su aullido a pesar de que a la gente del pueblo se dejó llevar por sus tontas supersticiones, hablando de lo aterrador que era empezar a escuchar ese tipo de sonidos, me pareció un tanto triste, parecía que sufría. Cuando le comente sobre eso a mi mamá me dijo que eran ideas mías, que ese tipo de seres no tienen corazón, no sienten dolor, ni pena, nada.

A pesar de las palabras de mi mamá, no le creí para nada, porque algo en mi interior me decía que no eran ciertas, que había algo que me llamaba. Cuando pasaron dos meses sin verlo me empecé a preocupar, no le quería decir a mi mamá lo que pasaba, porque me castigaría por entablar amistad con un extraño. Más que amistad, para mí ya era amor, un amor adolescente que florecía cada vez con más fuerza en mí. Por eso decidí ir a buscarlo por mi propia cuenta, no esperaría, necesitaba saber que él se encontraba bien.

Al adentrarme en el bosque, me empecé a inquietar, jamás había estado en lo profundo de este, por suerte me había equipado con una mochila. En ella había puesto lo necesario, un botiquín por si estaba herido, comida por si le faltaba, agua para mí, una linterna, también llevaba puesto mi abrigo para protegerme del frío de la noche. Era indispensable saber si Shaoran se encontraba bien, llevaba mucho tiempo sin verlo y no podría dejar las cosas así como así.

Mi secretoWhere stories live. Discover now