Sin poderse creer que algún día viviría lo suficiente como para presenciar algo así, el cuadro más surrealista que le pudo tocar experimentar al Izuku Midoriya del primer mundo se llevaba a cabo justo frente a sus ojos.
Él tenía precaución con Kacchan, porque sabía lo temperamental que era su amigo de infancia. Intencional o no, existían cosas que fácilmente provocarían al rubio explosivo de ojos carmesí. Kacchan era condescendiente con él, lo subestimaba y por desgracia le irritaba sus deseos de superación.
Definitivamente, Kacchan jamás dejaría que su comportamiento fuera corregido o sancionado por Deku y Deku jamás se atrevería a retar o amenazar a Kacchan...
— ¡¿Cuántas jodidas veces debo decirte que NO me llames inútil, idiota?!
— ¡Que no fue intencional, con un demonio!
— ¿¡Qué mierdas me importa si fue intencional o no!? ¡Discúlpate!
Pero, evidentemente, esos no eran ni Deku ni Kacchan. O, por lo menos, no del primer mundo. Katsuki clavó su mirada carmín sobre Izuku, acariciando la zona afectada por el fuerte capón repentino que le proporcionó la fémina. Si fuese otra persona quien le estuviese sermoneando, hacía ya mucho que hubiese disfrutado de explotarle la cara.
Sin embargo, para su desgracia, se trataba de su amiga de infancia. Aquella, quien lo conocía desde que ambos estaban en pañales. Gruñó internamente, deseaba poder mandarla al carajo y acabar con su humillación pública, pero sabía que eso sólo empeoraría todo. Además, no le apetecía hacerlo. No se sentía capaz...
— ¡Cada vez te pareces más al viejo!
— Katsuki Bakugou ¡No metas a tu padre en esto!
Cuando esos acuosos ojos verdes le miraron a ver, fue en ese momento en el que el rubio se arrepintió de varias cosas. De ser tan idiota y olvidar aquel detalle, de ser tan impulsivo como para haber llamado "inútil" a Izuku. Simplemente se sentó mejor en el suelo y apoyó su mejilla sobre su puño, de forma cansada.
— Eres imposible.
— ¡No quiero oír eso viniendo de ti! ¡La próxima vez que me vuelvas a decir inútil prometo que esta vez sí le diré a Aizawa-sensei que fuiste tú el que le envió la carta a Yamada-sensei!
La mención de su pequeño delito bastó para que el chico explosivo se congelara en su lugar y todo el color abandonara su rostro. Era claro que recordaba como, desde ese día de San Valentin, su rubio maestro de inglés no dejaba de fastidiar a la heroína con tener una cita y futuros planes de casarse.
— No lo harías.
— Lo haría.
Y, también, recordaba a la fiera bestia con la particularidad de borrar kosei que había proclamado hacer sufrir al imbécil de turno responsable de aquella "bromita". Evidentemente, no quería arriesgarse a sufrir el precio de las consecuencias, no otra vez. Por lo menos ¡Haría que Iida igual sufriera! ¡Todo era culpa de esa mierda corredora!
— L-Lo siento.
— ¿¡Ah!? ¿¡Crees que pude escuchar algo tan miserable como eso!?
Definitivamente, haría sufrir a esa maldita bruja en cuanto pusiera un pie en el salón.
— ¡Que lo siento, maldita sea! No quería llamarte así... ¿P-Perdón...?
Deku podría sufrir un infarto ahí mismo, Kacchan podría estar echando espuma por la boca, y nadie lo hubiese notado. Ver a Katsuki Bakugou, o una versión un poco más violenta pero igualmente más sensitivo, era algo que no se veía todo los días. Kaminari se lamentó de no poder grabar ese momento.
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Tu héroe [Katsudeku]
Fiksi PenggemarHacerle la vida imposible a Deku era la única manera que Katsuki tiene para llamar su atención. Con un sentimiento que no quiere reconocer, jura odiarlo y soltaría improperios a todo aquel que se atreviera a contradecirlo. ¿Qué pasará cuando la ayud...