Aprender A Quererte · Nathmon

4.Las primeras emociones

Narra Nath

Ya me encontraba en el concierto luego de que Simón me sorprendiera con un pase backstage el cual creo que en realidad nunca me hubiera imaginado. Comenzó el concierto y era espectacular como la emoción de las fans aumentaba cuando se apagaban las luces para dar introducción a los chicos acompañados con un solo de batería el cual me parecía magnífico, me paré en uno de los costados del escenario para poder disfrutar del concierto y por primera vez en un concierto había preferido disfrutar del concierto en vivo antes de sacar mi celular para grabarlo, a parte por lo que para mi significaba estar allí en ese momento, la llegada de una persona a mi vida la cual parecía alegrar mis días tristes que hace unas semanas que eran muy constantes, había llegado ahí como una invitación que realmente llevaba detrás una pequeña pero bonita historia, escuchar a los chicos tocar aún más de cerca, esa emoción era incomparable.

Durante todo el concierto canté a todo pulmón como la buena fan que soy, al terminar, me acerqué a Simón para felicitarlo y agradecerle por la invitación, estuvimos charlando un rato hasta que el staff de los chicos les indicó que subieran a la furgoneta para regresar al hotel, me despedí de Simón y le prometí que lo vería mañana y ya había pensado a donde iríamos pero debía ser paciente, lo vi subir a la furgoneta detrás de los chicos cargando sus instrumentos, me dedicó una última sonrisa antes de terminar de subir a lo cual yo también respondí sonriendo, suspiré y dejé caer mi peso en la pared, volteando a ver la estrellada noche y disfrutar un poco del aire, aunque esta noche realmente no había pasado mucho tiempo con Simón, había sido fantástica, Simón poco a poco me estaba devolviendo todas esas emociones que hace mucho no sentía, me estaba devolviendo ese cachito de felicidad que alguien más me había quitado sin ninguna consideración.

Decidí caminar de regreso a mi departamento, una vez llegué allí y abrí mi puerta, me encontré con un pequeño sobre amarillo en mi mesa, coloqué mis cosas sobre el sofá y tomé el sobre entre mis manos para abrirlo con cuidado. Dentro contenía una carta escrita a mano que era algo así:

"Nathalia, usted se ha vuelto una persona realmente importante en mi vida a pesar del poco tiempo que llevamos de conocernos, no se como lo haga pero por favor no pare, tiene tantas cosas que quisiera descubrir, usted es una persona fascinante y con mucha historia por contar, no pude evitar no notar que algo le ha estado atormentado, le ofrezco mediante este hermoso método antiguo que ha sido olvidado poco a poco, ir a tomar algo a la cafetería que ha usted tanto le gusta, mañana antes de la aventura que has preparado."

Sonreí y no pude evitar emocionarme, ¿Era posible que ambos estuviéramos sintiendo esto? ¿Era posible en tan poco tiempo?

Tomé mi celular y comencé a escribirle:

"Veo que es usted un romántico a la antigua, prometo no parar con lo que sea que estoy haciendo si usted tampoco lo hace, imposible rechazar esta oferta, ahí estaré."

Cerré los ojos y dejé que el sueño me llevara, al día siguiente desperté con un rayo de sol molestándome la vista, tomé mi celular para checar la hora y vi que aún faltaba un rato para ver a Simón, sin embargo ya tenía mensajes de el:

"Buenos días Bella durmiente, no olvide nuestro plan para hoy."

Me bañé y me detuve frente a mi closet para nuevamente caer en la crisis de no saber que ponerme, luego de probarme varios looks,  me decidí por una sudadera rosa pastel con unos pantalones negros y unos tenis vans negros.

Salí de mi departamento y comencé a caminar hacia la dichosa cafetería, una vez ahí, me topé con que Simón no había llegado, por lo que pedí una mesa, y una vez sentada, saqué mi celular para reclamarle a Simón acerca de su tardanza, a lo que el respondió:

"Fue un poco más difícil llegar de lo que esperaba, pero es que  todas las calles parecen ser iguales, igual mire a la entrada"

Voltee y efectivamente allí estaba él parado, volteó a verme y sonrió, se sentó conmigo y fue el primero en hablar —¿Pero es que se supone que uno deba de prestar tanta atención a las calles siempre? Y ese trafico, ay no, horrible— dijo mientras negaba con la cabeza, de cierta forma esto me causó tanta ternura que no pude evitar reír y el nuevamente habló —¿Así que solo te reirás de mi tragedia? Está bien— En eso se acercó la mesera para ofrecernos algo de tomar, hicimos nuestro pedido y mientras esperábamos comenzamos a platicar:

—Por lo que veo no eres muy fan de la Ciudad de México— Dije en tono burlón a lo que Simón rápidamente contestó haciéndose el ofendido
—¿Como así? Dije que no me gusta el gusta el tráfico, jamás mencioné México específicamente, es decir, tienen tacos, mucha cultura... y a usted— En cuanto Simón dijo esto, rápidamente sentí mis mejillas colorarse y una sonrisa salió en automático, el me miró con un gesto enternecido cuando interrumpió la mesera para dejar nuestros cafés sobre la mesa.

Tomamos nuestro café y un rato más tarde, Simón quizo pagar la cuenta, cosa que no dejé que sucediera, salimos y apenas habíamos dado unos cuantos pasos cuando una Simón recibió una llamada y me indicó que tenía que irse, me abrazó y lo ví alejarse, me detuve un momento a analizar la situación y no tenía idea de en qué momento había pasado todo esto.

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Holaa! Disculpen mi desaparición, realmente no había tenido inspiración y no quería escribirles cualquier cosa, ahorita ya tengo varios capítulos escritos y se los iré subiendo durante esta semana, mientras coméntenme que les pareció y prometo no volver a desaparecer durante tanto tiempo. Los amo <3