CAPITULO 51 +18

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Deje que las lágrimas salieran esperando poder liberar mi tristeza al sentir como todo se me venía encima. Mire el cielo al ver pétalos de rosas blancas bailar en completa sinfonía pasando al frente de la luna acompañadas de gotas de roció detonando lo frescas que aún estaban antes de que volaran de su hogar.

Completamente desorienta, me acerque a paso torpe mirando a los lados encontrándome con una figura bastante conocida provocando que me acercara a él, causante de la muerte de aquella rosa, sintiendo como mis piernas temblaban ante la sorpresa reflejada en todo mi cuerpo. Trague saliva incapaz de entender algo al ver como volteaba a verme con una sonrisa mientras arrancaba el último pétalo que quedaba pasando volando a un lado de mi dejando un olor fresco detrás de esta.

 Trague saliva incapaz de entender algo al ver como volteaba a verme con una sonrisa mientras arrancaba el último pétalo que quedaba pasando volando a un lado de mi dejando un olor fresco detrás de esta

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—Haru — llame con un nudo en la garganta.

Avance tomándome de la barandilla al estar trastabillando a causa de los nervios y la sorpresa. Este extendió su mano hacia a mi invitándome a que la tomara obedeciéndolo casi al instante abriendo la boca consternada al ver como esta se desintegraba llevándoselo a él también convirtiéndose en un montón de partículas blanquecinas brillando en la obscuridad.

— ¡Haru! — grite desesperada. Me subí a la barandilla con el fin de querer sentir su piel contra la mía, dejándome llevar por la alucinación, di un paso hacia el vacío parpadeando al darme cuenta, cayendo al vacío de espaldas sin dejar de ver lo que alguna vez fue Haru con un dolor en el pecho que no hacía más que acrecentarse. Estire mi mano al cielo nocturno como si pudiera tomarme de algo observando como de mis ojos salían lágrimas volando justo frente a mí.

—¡¡Rina!! — más gritos se escucharon después de aquella voz varonil llamándome desesperadamente escuchando como las personas cerca de ahí gritaban horrorizadas ante la escena siendo ajena ante mi aspecto.

No sentía nada.

Ni siquiera me había dado cuenta del momento del impacto percatándome solamente del picor del pasto. Abrí mis ojos los cuales se encontraban cerrados topándome con los ojos miel de Karlheinz. Me tomo en brazos y camino adentro del instituto cruzándome con los ojos azules de Kou sintiéndome realmente mal de verlo sufrir a pesar de todo.

Nadie más que yo iba a entender lo que estaba pasando.

Sabía que después de lo que había pasado con Ruki, no dejaba de mirar a aquel rubio con una culpa que no hacía más que carcomerme. Después de lo que había dicho Aya sentí que había sido una completa egoísta al no comprender los sentimientos de Kou, porque, a pesar de todo el siempre soporto y me amo incondicionalmente. Los ojos de Kou nunca detonaron mentira siendo todo lo contrario al verse desesperado de que le creyera

Incluso al estar cayendo espere por Kou.

No me quería ir sin haber explicado toda esa situación con él, de verdad deseaba que él se estuviera equivocando para así convertirme en la cobarde y no el. Kou siempre me perdonaba volviendo así a como todo era antes.

La Pequeña SakamakiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora