Los D'Angelo

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Deje caer mi cuerpo sobre el suave sofá de la sala de estar de mi padre, enfrente de mi, el sol alumbraba, entrando por las rendijas del gran ventanal, afuera el ruido de los carros, y el cantar de los pájaros anunciaban otro hermoso día primaveral, la televisión anunciaba otra tragedia en alguna parte del mundo, pero mi mente no podia enfocarse, y a media que pasaban los minutos, el sonido de sus dedos sobre las teclas de la computadora que estaba usando en su oficina mi padre, parecía cada ves mas distante, y mi mente se iba acercando mas y mas a ese rincón, a lo largo de mis 22 años de vida, llegue a tener momentos depresivos que me llevaron en su momento a pensar en ella, pero nunca deje que se apoderara 100% de mi mente, hoy me encontraba pensando si el futuro estaba tan claro como había creído, o si la mala suerte esta de mi lado para joderme una ves mas, y como un coro de una película de terror, la muerte empezaba a aparecer en mi mente, podia imaginar a mi madre llorando sobre mi ataúd, mi hermano recayendo de nuevo en la mierda que tanto nos costo alejar, mi padre replanteando las veces que no supo estar, a Frank preguntándose como hubiera sido tener a su hermana mas tiempo, sentí una lagrima bajar por mis mejillas, no era nada claro mi futuro, y eso me erizo. Lo que tengo me costo un montón de cosas que decidí aplazar para después, porque creía que había un después. A mi costado, el inmenso sobre resbalaba suavemente hacia el piso junto con todos mis estudios, lo observe caer, mientras mi mente viajaba de nuevo a imágenes depresivas de películas que había visto. 

Tenía la inmensa necesidad de googlear todos mis estudios para encontrar lo irracional en ellos, pero sabia que hacer eso seria mi entrada a un pozo sin salida; Mi depresión. Luisa, mi doctora me había rogado, que no tuviera miedo, que la mente era poderosa, al igual que los D'angelo, pensé.

El teléfono principal sonó, logrando que pudiera despertar de mis pensamientos.  Los pasos de mi padre sonaron sobre le piso de madera, estaba vestido con su típico traje, llevaba su celular en la mano, y su  café en la otra mano, la sorpresa nublar sus ojos al verme echada en su sofá sin aviso previo. Bajo la mirada a las montones de hojas esparcidas sobre el suelo, y a las lagrimas que aun rondaban mis ojos. Susurro algo, mientras dejaba su chaqueta sobre el respaldo del sofá mas pequeño. 

-Hija -Me saludo, depositando un beso al costado de mi mejilla. Se agacho a juntar los estudios tirados, y los dejo a un costado de la mesa de vidrio del living. No le conteste, ni moví mis ojos del inmenso ventanal.- Pensé que tenias ginecolog..

-Tengo cancer en el cuello uterino -Solté, 'Bien, eso no fue muy delicado' pensé- Etapa tres para ser mas precisa, y ya se que no es la manera mas correcta de decirlo, pero no se como afrontar esto. No quería acudir a mas nadie, dicen que los padres siempre te protegen y yo...

Papá envolvió mi cuerpo sobre sus brazos, y podia sentí su angustia invadir mi alma, erizando cada parte de mi cuerpo. Susurraba una y otra ves ''Todo va a estar bien'' y yo quería pensar que iba a ser asi, realmente lo quería. Se estiro, aun abrazándome para alcanzar las hojas de estudio, y leía cada hoja, con la misma esperanza que la primera vez que las tome, trataba de estar tranquilo, exhalando una y otra ves, sus manos temblaban haciendo que la hoja rosara una y otra ves mi brazo. Capas si me acercaba lo suficiente podría sentir sus pensamientos como si los dijera a gritos, ninguno de los dos entendía lo que decían esos estudios, ninguno de los dos era medico para comprenderlo, pero aun así, nos encontrábamos los dos leyendo cada hoja, de nuevo.

-Tengo una compañera que es medica, podemos preguntarle y capas nos da una guía mejor.. -Su voz sonaba llena de ilusión y no quise ser yo la que apagara eso. Aun que ambos sabíamos que la repuesta iba a ser la misma. 

El se aparto de mi, solo lo suficiente para tomar su chaqueta y tomar su celular. Comenzó a sacarle fotos a cada estudio, Análisis de sangre para el antígeno CA-125, ecógrafia iv, tomografía, Pap, y cada uno de los estudios que me habían realizado. Recuerdo al ecógrafo decirme que era algo de rutina, que no me preocupara. Aun puedo recordar su cara mirando los resultados con sus ojos extrañados, y derivándome a un tomógrafo.

-Compre ayer a la tarde tu yogurt favorito, y cereales ¿Querés una taza?- Me hablo despacio, dejando su celular sobre la mesa. 


-¿Ya le dijiste a Tomas?-Pregunto Papá, terminando de lavar las tazas del desayuno, había pasado una hora desde la fatídica confesión, y el silencio de había apoderado de nosotros hace mucho. 

-Aun no se como hacerlo, ya sabes que me cuesta ser delicada con temas así... no puedo llegar y decir ''Hola, tengo cancer grado tres'' -Papá trago saliva, y suspiro.

-¿A tu padre si podes decirle? -Dijo con una sonrisa en su rostro, y me reí. Aun no se si me causo gracia su comentario o que tenia necesidad de un poco de alegría, sus ojos volvieron a tomar la mirada de preocupación, miro a la heladera y pude ver por primera ves en mi vida, lagrimas camuflarse bajo esos cansados ojos. 

Su mano aun mojada tomo la mía, y susurro: -No importa que tormenta nos haga temblar esta ves, vamos a lograr salir adelante, y vos podes. 

-Tengo miedo Pa -Mire sus ojos, buscando encontrar la reconfortante paz que solo un padre podia darte.- Tengo que empezar con la quimiorradiación la semana entrante. -Estire mi mano hasta llegar a mi pelo, hoy se veía mas suave y brilloso que normalmente, como si supiera lo que le pasaría.- No se como decirle a ellos lo que tengo Pá, no encuentro la manera correcta de enfrentar esto, ni los miles de libros que leí sobre psicología encuentro la repuesta. 

-Fiorelee -Susurro, como si quisiera hacerme entender algo que le cansara al igual que un maratón- Cuando eras chica, querias buscar la repuesta a todo, ¿Recuerdas cuando Popi murió? -Asentí, Popi había sido una pequeña perrita que habíamos tenido hace mucho.- Te empeñaste en que tenia que haber un porque, vos querías saber de todas las formas posibles porque el cielo se había llevado a popi, no había repuesta suficiente que calmara tu necesidad de encontrar un porque. Llegaste angustiada, con tus ojos llenos de lagrimas, a preguntarte a tu tata porque, el te miro y te dijo ''¿Porque no?'' como si fuera la repuesta mas obvia, solo te callaste y asentiste, para luego irte saltando por el patio a jugar. No lo busques el porque Fiorelee, pregunta porque no, y enfrenta esto con la mejor esperanza. 


Su celular comenzó a sonar, al igual que tres bocinas afuera, hace poco una amenaza de bombas en el Palacio Lesgilativo habia obligado a los guardias de seguridad a estar mas pendiente de sus protectores, el respiro hondo. Diego D'angelo, era un importante político de Uruguay, y mi padre. A veces, se le escapaba en sus charlas paternales ese discurso y esa voz de político queriendo llevarse toda tu plata sin decirlo, podia imaginar lo que diría Tomas si estuviera acá. 

Pero aun asi, la imagen del tata era un poquito mas fuerte, y por un segundo pude agradecer que todo esto pasaba, cuando ellos ya no estaban. El tata era el padre de mi madre, y la mejor persona que conocí en este triste mundo, lograba hacerte reir en los peores momentos, como si detectara que te faltaba y lo depositaba en tu corazón, para que puedas ser un poco mas feliz. 

Una lagrima resbalo por mi mejilla.

Después otra. 

Y otra

Y el estar sentada en ese banco me pesaba en el alma.

Los ojos imaginarios del cancer parecían ser los ojos del diablo.

Y mi tumor parecia ser el inferno en mi alma.

Y sentí que todo el peso cayo sobre mi, como un balde de agua fria, y me deje caer al piso, mientras lloraba todo el estrés que había estado sintiendo, mientras le rogaba a la vida que me dejara volver a ser niña, para no tener que vivir esto.

Deje caer mi peso sobre las frias maderas que cubrían el piso, y deje que mi alma soltara toda la bronca que tenia dentro.



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⏰ Última actualización: Sep 29, 2018 ⏰

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