avengers camp ➳ marvel.

CATORCE

Peter:

La noche ya había caído sobre nosotros, y las estrellas comenzaban a aparecer. El baile comenzaría dentro de unos minutos y yo no tenía pareja.

Bueno, no la pareja que quería.

Acomode el smokin que el señor Stark me había prestado, con la excusa de que aparentemente le quedaba muy ajustado. Por lo que fue un milagro que me quedara bastante cómodo y bien.

Miré mi reflejo en el espejo y vi como Tony entraba a la habitación.

—¿Listo, niño? —preguntó palmeando mis hombros.

Asenti.

—Eh si, si. Gracias por el traje.

Él percató que me encontraba algo desganado a causa de mi reflejo.

—¿Qué tienes, Parker? —preguntó Tony.

Bajé mirada un momento.

—Es sólo que... Hay una chica —comencé, Tony me miró para que prosiguiera—. Y creo que es la chica más hermosa del lugar. Quería invitarla al baile de esta noche.

Tony alzó las cejas sorprendido.

—¿De casualidad esa chica se llama Skira? —inquirió.

Abrí mi boca para decir algo, pero callé asintiendo.

—Si. Es ella.

—¿Y por qué no la invitaste?

Bajé la mirada hasta mis zapatos lustrados negros.

—Alguien más ya lo hizo.

—Eso no te impide bailar con ella esta noche, ¿no?

Lo mire a través del espejo y quedé sorprendido.

—Pero... ¿Si dice que no? —murmuré.

—Entonces ella se lo pierde.

Me guiñó un ojo.

(....)

El lugar estaba simplemente espléndido. Pequeñas luces colgaban de los árboles y la música se alzaba. Todos vestían con formalidad, y cada uno con su pareja.

Miré a el señor Stark quien conversaba con Strange. Y por si fuera poco, mi vista cayó en la pareja que llegaba.

Bucky y Skira.

Dios, se veía preciosa. Creo, a mi parecer, que era la más bonita de la noche.

Bucky notó mi permanente mirada en ellos y aprisionó a Skira entre sus brazos. Ella se percató de mi, y me mostró una dulce sonrisa. Se la devolví alzando mi mano en forma de saludo.

Natasha se acercó a mi bebiendo de su vaso.

—Así que, ¿te gusta Skira? —preguntó de repente.

La miré sorprendido y negué con la cabeza.

—No, no. Estás equivocada. Y-yo no.

—Sólo hay que verlo para saber que estás loco por ella —ella suspiró—. Peter, tienes que intentarlo. Aprovecha tu oportunidad, tal vez no haya segunda.

Inspeccioné sus rasgos y parecía  con suma seriedad y certeza en su rostro.

—Tienes razón. Lo haré.

Ella sonrió y bebió de su vaso.

—Te shipeo con ella. No desperdicies la oportunidad.

La miré una última vez antes de que se fuera junto con el resto. Skira estaba mirando a su alrededor como si estuviera perdida. Bucky se encontraba hablando con Sam y Steve, sin prestarle atención.

Fui hasta el dj, quien raramente era Peter Quill. Le pedí que pusiera una canción lenta para que pudiera bailar con Skira. Él cedió y comenzó a sonar una suave balada. Prácticamente, corrí hasta Skira y le toqué el hombro.

—Skira, ¿q-quieres bailar conmigo-o? —me atreví a preguntar.

Ella me sonrió con dulzura y asintió llevando un mechón de cabello detrás de su oreja.

—Claro, Peter.

La tomé de la mano y posicione mi otra mano en su cintura, atrayéndola lentamente hacia mi. Al compás de la canción, comenzamos a movernos.

—Esto es... lindo —hablé con mis nervios a mil.

—Si. Nunca había ido a un baile.

—Son divertidos. Podríamos ir a uno, algún día —sonreí. Y me di cuenta del error—. Sólo si quieres, digo.

Ella besó mi mejilla.

—Me encantaría.

Sonreí mientras seguíamos bailando. Divisé a Bucky quien mantenía una mirada enojada y planeaba acercarse a nosotros. No podía permitirlo.

Le di una vuelta a Skira y comencé a atraerla hacia un lugar más alejado.

—Ven conmigo —le susurré.

—¿A dónde?

—Ya lo verás.

La agarré de la cintura con firmeza y lancé una telaraña a un árbol para comenzar a alejarnos del ambiente e ir a uno más tranquilo.

—¡Peter! ¿Por qué no me avisaste? —mencionó sorprendida.

—Le quitaría lo divertido.

Estuvimos un rato balanceandonos, hasta llegar al otro lado del campamento. La dejé en el suelo y no la solté en ningún momento.

—Te ves maravillosa, Skira.

Me sorprendí ante mis palabras. No era de decir muchas palabras, debido a el miedo que tenía a fracasar.

—Gracias Peter.

—No puedo...

Skira frunció el ceño ante ello.

—¿Que...?

Y lo hice.

La besé. Pero al instante me separé de ella con temor.

—Lo si-siento —expliqué—. Yo no, no. Yo...

Y ella me besó callando mis palabras en la acción.

—Te quiero Peter —murmuró sobre mis labios.

Pegué mi frente a la suya y le sonreí con cariño.

—Y yo demasiado, Skira.

Y con ello, la volví a besarla.