CAPITULO I

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Min Ho...

Min ho... bebe... despierta Min ho... ¡¡MIN HOOOOO!!

Los gritos de mi madre me despertaron, ocasionando que caiga de mi cama y me dé un santo golpe en mi pobre trasero.

- ¡¡Ya voy mamá!! Ya te escuche.

- Pues mueve ese trasero que tienes y alístate para que vayas a tu último día de colegio.

- Si mamá ya voy.

Me levante del suelo y empecé a recoger las cobijas que había tirado conmigo al momento de caer, bueno, me presento, mi nombre es Min Ho, tengo 17 años y soy un omega, la mujer que me acaba de gritar es mi hermosa (noten el sarcasmo) madrecita, ella también es una omega al igual que yo, no conozco a mi padre porque nos abandonó hace mucho tiempo, cuando yo apenas había nacido; él quería un hijo alfa, pero para su desgracia fui un omega. Desde que nos abandonó ese señor mi mama le echaba ganas para sacarme a delante.

Bueno, ya era pasado y hay que seguir adelante, como les decía, estaba recogiendo mis cobijas para así poder ponerlas en mi cama, terminando de tender mi cama me fui a dar una ducha y ya estando listo después de ese relajante baño, ir a desayunar con mi madre para que me vaya a dejar al colegio.

- ¿Listo para ir a tu último día de colegio? Hijo.

- Sí mamá, estoy listo.

Terminando nuestro desayuno, nos fuimos en su auto para mi colegio y ya estando ahí mi madre se fue, entre por última vez a ese enorme edificio para así tomar mis respectivas clases.

Estando ya en el salón, mis compañeros me veían como si fuera un bicho raro, una escoria andando y no los culpaba, yo sí lo era, era el único de mi salón que no tenía un destinado o un alfa quien me protegiera, era solo un omega que aborrecían; mire a mi alrededor, todos los omegas con sus alfas, con sus parejas, ellos desprendían un olor que solo las parejas pueden desprender, yo ni siquiera he tenido un celo; me acomode en mi respectivo lugar y empecé a sacar el cuaderno de mi respectiva clase, el profesor venia llegando al salón y todos los alumnos empezaron a acomodarse en su respectivos lugares, su clase estaba aburrida, la verdad ni preste la más minina palabra de lo que decía. Terminando las clases, tocaba el receso, que siempre me la pasaba o en la cafetería o en un árbol que estaba cerca de ahí, pero siempre me la pasaba solo, ya que ningún omega o beta me hablaban por ser el único omega que no tenía un celo.

Terminando el receso y las dos últimas clases que me tocaban, me disponía a salir del colegio, pero, alguien me detuvo, un alfa, un alfa me detuvo ¿Para qué? No sé pero me hablaba.

- Hola ¿Cómo te llamas?

- Min ho y ¿tu?

- Alex ¿Eres un omega?

­- Sí, y ¿Tú eres un alfa?

- Si, quería hablar contigo en un lugar privado ¿Te gustaría?

- Claro.

Íbamos caminando hacia el lugar donde me dijo, una cancha de basquetbol que estaba en la misma área de mi colegio, entramos y fue entonces cuando me arrincono en la pared y empezó a darme besos en el cuello, yo gemía y me retorcía del placer que ocasionaba el alfa, creía que al fin había conseguido a mi alfa, hasta que... Todos los de mi salón salieron riéndose y tomando fotos con sus celulares, había sido víctima de una burla de mis compañeros, le habían dicho a ese alfa que me engatusara y me dejara en ridículo, mis lágrimas caían sin parar, me habían utilizado y burlado de mí.

- ¡¡JAJAJAJA!! ¿Enserio creías que yo me iba a fijar en un estúpido omega que ni siquiera ha tenido su primer celo? ¡JAJAJAJA!.

Salí corriendo de ese lugar, jamás volvería a ese lugar, no puedo creer que me hicieran eso, yo no les hice nada para que merezca tanta humillación, lo bueno que mañana me iré a Nueva York y jamás los volveré a ver.

Llevando a mi casa, mi mama no estaba ya que se fue a trabajar y llegaba hasta la noche, entre a mi habitación y empecé a llorar a un mar de lágrimas ¿Por qué me hicieron eso? No les hice nada, espero que en mi próximo hogar no me hagan esto, porque no lo soportaría.

Escuche a mi madre abrir la puerta de la casa, yo seguía acotado pero ya un poco tranquilo y mejor, estaba bajando las escaleras cuando mi mama me vio y me dio un beso y dijo que fuéramos a cenar, ya cenando mi madre me dijo que como me fue mi día, yo le dije que bien, pues no podía decirle todo lo que me paso al fin de cuentas ya no estaría en ese colegio, terminando la plática y la cena, mi mama me dijo que fuera a acomodar todo en mi maleta, ya que mañana a primera hora iríamos al aeropuerto de Seúl y tomar nuestro vuelo a Nueva York, acomode mi maleta y me fui a dormir, mañana iniciaría mi nueva vida y hare lo posible para que esta no sea arruinada por nada ni nadie.

En la mañana.

Desperté más animado que nunca, por fin me iría de este lugar, por fin me iría de Seúl, saque mi ropa de mi maleta para poder cambiarme y fui directo a la ducha para poder estar limpio ya que mi vuelo salía desde las 11:00 de la mañana y solo faltaban 4 horas para salir; terminando mi rica ducha, fui a ponerme mi ropa y bajé a tomar mi desayuno con mi hermosa madre, me prepare mi cereal y unas panqueques que me había ya servido mi madre y nos dispusimos a desayunar. Terminando de desayunar nos pusimos a llevar las maletas al coche y nos subimos al coche para irnos al aeropuerto, ya que nos quedaba de viaje 2 horas.

Ya en estando en el aeropuerto de Seúl nos fuimos a una cafetería a tomar un café y un biscocho, eran las 9:30 de la mañana y aún faltaba media hora para tomar el vuelo a Nueva York; terminando nuestro café y nuestro biscocho nos dispusimos a ir a la entrada para poder ingresar al avión.

Estando ya en la puerta para poder entrar al avión, una azafata nos pide nuestra visa y pasaporte, junto con nuestro boleto de avión, se los damos y nos empieza a checar nuestros documentos y cuando esta todo verificado, nos da permiso de entrar al avión.

Ya en el avión, una azafata nos pide de favor que apaguemos nuestros aparatos electrónicos o los pongamos en modo avión, yo pongo mi celular en modo avión y me dedico a escuchar música de mi artista favorito y empezamos a despegar, poco a poco me voy quedando dormido por la canción que escucho, que es muy tranquila y relajante y entonces siento que mis ojos ya no pueden sostenerse despiertos por mucho mas tiempo y me quedo profundamente dormido.


A LOS OJOS DE MI ALFADonde viven las historias. Descúbrelo ahora