Tras una larga conversación entre Stiles y su padre, vuelve con nosotros para, posteriormente, subirnos a su coche.
-No encuentro nada de que el acónito se use para entierros.-dice Scott mirando su móvil.
-He ido a unos cuantos funerales y creerme, no se usan en los funerales normales.-digo desde el asiento trasero.
-¿Cuantos significa "unos cuantos funerales"?-pregunta Stiles.
-¿Acaso importa? -digo poniendo los ojos en blanco
-Hombre pues... sí.- me reprocha Stiles
-El ultimo año no se si recordáis que he vivido fuera... Pues estuve con una tía lejana que tiene una funeraria. Así que casi cada día había un funeral en mi casa.
-Que tétrico...-dice Stiles.
-¿Podemos centrarnos?
-Claro.-dice Stiles.-Tal vez es un ritual o una habilidad que tienes que aprender... Sigue buscando.
-O tal vez es como una fase.-sugiero.
-En plan... ¿la menstruación? ¿Y si es así también la tienen los machos?
-No.-digo secamente- me referia mas bien... como la pubertad.
-Tampoco es una idea tan descabellada. Tal vez...-de repente es cortado por un grito de Scott
-¡¡¡Callaos!!! Parad ya de hablar de hombres lobo joder...
-¿Pero...?-empieza Stiles
-Parece que disfrutáis hablando de mi como si fuera un maldito experimento.
-Estas bien Scott? -pregunto yo.
-Ahora mismo estoy muy lejos de estarlo.- dice mientras empieza hacer muecas.
-Vas a tener que empezar asumirlo, Scott. Tarde o temprano...
-Stiles, cállate.-digo seria mirando a Scott.
-Me refiero a que...
-Que te calles joder.-digo secamente elevando el tono.
-No puedo... no puedo... respirar...
Stiles lo mira y empieza a conducir en eses.
-Pero que haces imbécil. Que nos vas a matar. Mira a la puta carretera.
Scott empieza a jadear. Stiles a tartamudear. Scott saca de la mochila de Stiles el acónito.
-¿La has traído?-pregunta entre muecas el licantropo.
-Que se suponía que tenia que hacer...
-Eres un genio.- le digo con sarcasmo.
-PARA EL COCHE-grita Scott.
Stiles detiene le coche y sale a tirar su mochila lo mas lejos que sus débiles brazos consiguen.
-Wow. Eres un genio.-digo saliendo del coche.-no solo casi provocas que nos maten,sino que ademas, consigues que tu colega el licantropo se escape en plena crisis. Eres mi ídolo.
-Cállate.
-No soportas que tenga razón. - digo acercándome mas a su cara con una sonrisa con sorna.
Nuestras miradas conectan y me fijo en los pequeños lunares que tiene en la cara.
-Tus ojos marrones son aun mas bonitos que los verdes de Lydia...-susurra él con un voz un poco ronca.
Yo me quedo paralizada a 30 centímetros de su cara. Miro sus preciosos ojos miel. Él me los mira a mi. Yo me pongo roja y mis mejillas empiezan a arder. Él baja sus ojos hasta mis labios. Yo los bajo a los suyos. Ambos subimos la mirada a nuestros ojos. Sin darnos cuenta nos hemos acercado unos diez centímetros. ¿Soy yo o esta subiendo la temperatura por segundos? Nos acercamos otros diez. Oh. Dios. Mio.