Capítulo 11

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Jane se encontraba en su departamento mirando televisión con una cerveza en una mano y una rebanada de pizza en la otra. No era una de las mejores formas para pasar su día libre, pero atrapar asesinos era agotador, así que si le preguntaban, era un día perfecto.

Un sorbo a su cerveza se vio interrumpido por el rechinar de la puerta, su mirada posándose en ella  — Hola — Se escuchó la voz de la forense cuando entró, sorprendiendo a Jane.

Esto va a estar bueno — Susurró para ella misma mientras hacía una mueca. Mierda, había sido descubierta — ¡Hola, cariño! — Exclamó con alegría fingida, se levantó del sofá y caminó hacia Maura para sujetarla en un abrazo. La forense se dejó abrazar solo los primeros segundos, porque en cuanto cayó en cuenta, su cuerpo se tensó y alejó levemente a Jane.

— Pensé que tenías trabajo —Reclamó Maura. Se había cruzado de brazos y ahora su mirada fulminaba a Jane.

— Sí… sobre eso — Comenzó a explicar, buscando alguna excusa lo suficientemente buena, pero no tenía nada. — Lo siento, pero demasiado pesado es ir contigo a una exposición de arte — continuó haciendo un puchero, sujetó a Maura de las manos y la dirigió con ella hasta el sofá. Al principio se negó, pero sabía que no serviría de nada, así que tomó su lugar junto a la detective — Si iba contigo y nuestras madres iba a terminar muy ebria.

Maura sonrío, dejando un leve golpe en el brazo de Jane — Me debes una cena — Impuso la rubia.

— ¿Por qué?

— Porque nuestras madres me estaban volviendo loca y tú decidiste quedarte en casa, me debes una buena cena. — Explicó cruzándose de brazos de nuevo. Jane se acercó a ella y dejó un pequeño beso en su mejilla, haciéndola sonreír.

— No te salvarás con un beso — Susurró, sus ojos se cerraron deleitándose con el roce de la piel de Jane contra la de ella.  La morena se acercó de nuevo a Maura y dejó un leve beso, ahora en la comisura de sus labios.

— Sigues sin salvarte. Quiero ir a ese restaurante Francés que abrieron hace poco.

Aún con los ojos cerrados, Maura pudo sentir los labios de Jane dejar un casto beso en los de ella, abrió sus ojos con una sonrisa cuando la sintió alejarse — Besarme no te servirá de nada. Vamos a ir a ese restaurante.

— Lo sé, pero amo besarte — Respondió Jane, acercándose a la rubia para dejar otro beso en sus labios. Maura sujetó sus mejillas, profundizando el beso y sintió las manos de Jane vagar en su cuerpo. La intensidad de sus besos fue subiendo poco a poco, y con la respiración agitada, Jane sujetó la cintura de Maura, llevándola hacia atrás con movimientos lentos, haciéndola recostar en el sofá, encontró  el camino debajo de su vestido con una facilidad increíble, llegando hasta el interior de sus muslos y dejando suaves caricias en ellos. En pocos segundos, Jane tenía a la forense gimiendo sobre su boca. Maura bajó sus manos hasta la cintura de Jane, metiéndolas entre su blusa, vagando por su espalda, dejando leves rasguños cuando Jane bajó hasta su cuello para dejar una pequeña mordida en él. Pasó su boca lentamente, mordiéndolo hasta hallar sus puntos sensibles, para después soplar en dónde había dejado la mordida, logrando mandar un escalofrío por todo el cuerpo de Maura que terminaba en su entrepierna.

Maura quiso ir más allá e introdujo sus manos de nuevo entre la blusa de Jane deshaciéndose de ella y con movimientos delicados se las arregló para desabrochar su sujetador, causando que Jane la mirara sorprendida, Maura cruzó sus piernas en la cintura de la morena, llevando su boca hacia su lóbulo  y dejando en él una pequeña mordida, bajó a su cuello y se deleitó con la textura de la piel de Jane, jalándola entre sus dientes cuando se separó de ella.

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