Un Primer Beso... [KRISTANNA]

Un Primer Beso...

Kristoff Trollan no era un chico dotado en los deportes, tampoco era un humano listo e inteligente. Simplemente era él, un chico de diecinueve años normal dentro del club de baile contemporáneo, y a pesar de que fuera un área que llamaba la atención, toda se la llevaba su compañero Hans; no tenia la necesidad de destacar como sus tres amigos, ese no era su fuerte, su única meta era graduarse y volver a ver sus padres con el orgullo de tener un exitoso hijo

Jack le ha recomendado unirse al equipo de baloncesto y tener varias admiradoras que nunca olvidarían su nombre al pronunciarlo

Eugene le sugería que conquistara a todas las chicas del instituto y ser un hombre dominador con la etiqueta del <<galán>>

Hiccup le daba consejos de memorizar todos los libros de química que había en la biblioteca del instituto y convertirse en un sabelotodo dejando a las chicas muertas por él

Pero ninguna de las opciones mantenía satisfecho a Kristoff, cada una de ellas las consideraba como el típico chico popular que todos quieren conocer pero al final solo seguirá siendo eso, un adorno del momento que con el tiempo alguien mejor lo sustituirá y los demás terminarán olvidando su rostro pero su nombre siempre quedara en sus memorias, pero simplemente como alguien que llamaba la atención, nada más ni nada menos. Agradecía todos los consejos, sugerencias y recomendaciones de sus amigos, pero sabía que ninguno representaba ya sea su habilidad, dones de conquista o lo bueno que fuera su cerebro 

De una cosa si estaba completamente seguro... Hoy en día, Kristoff todavía no sabía el camino o actitud que debería llevar

Levantarse con el odioso despertador de su amigo peliblanco, ir a clases soportando las bolitas de papel que aventaban en los asientos de atrás, tomar el almuerzo y al final llegar a su habitación cumpliendo sus deberes y realizando las rutinas de baile. Estaba cansado de ello, siendo un chico normal sin aventuras arriesgadas o extrañas como veía en las películas de acción en su habitación cada domingo por la tarde

Necesitaba algo más en su vida, una situación que quitara el orden de su rutina cotidiana, y sobre todo...

Algo que lo hiciera sentir vivo, donde su corazón latiera tanto que le saldría del pecho

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El dulce tono de las teclas de aquel pulido piano provocaba que la melodía fuera como un estremecimiento al cualquiera que fuera audible en sus oídos, una linda chica de cabellera pelinaranja presionaba con sus delgados y pálidos dedos cada una de las teclas, mantenía sus ojos cerrados dejando que la pieza controlara cada uno de sus movimientos creando satisfacción en sus tres amigas que la miraban en la entrada de la habitación

Sabían que las habilidades de Anna la llevarían a una universidad prestigiosa una vez que se graduara, varios compositores habían llamado su atención pero cada uno de ellos era rechazado por la chica pálida con la simple excusa que debía terminar su bachillerato con honores. Elsa, su hermana, prefería no meterse en las decisiones que tomaba, sabia que sus verdaderas intenciones era no dejarla sola hasta la universidad como se había planeado

Pero la peliblanca se sentía un obstáculo para su hermana al no dejarla perseguir sus sueños perdiendo varias oportunidades que podían llevarla a la cima, decidió intervenir cuando se enteró que Anna era un motivo de burla

— Hermanita — Intervino Elsa provocando que la dulce melodía se detuviera dejando a Anna estática por unos segundos — Astrid, Rapunzel y yo preparamos el almuerzo

El silencio aún seguía, las tres chicas se miraron entre sí comenzando a preocuparse por la decaía actitud de la pelinaranja, desde hace semanas sabían que varios chicos y chicas del instituto la insultaban por el simple hecho de no ser besada ni una vez en su vida