"37 Prácticas del bodisatva" - El Dalai Lama

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  Con respecto al desarrollo de la determinación de la bodichita y demás, enseñaré aquí en Bodhgaya 37 prácticas del bodisatva, de Togme Zangpo y Los tres principales aspectos del camino de Je Tsongkapa.  

  El Buda, el Compasivo, tiene un cuerpo con treinta y dos características mayores y ocho menores, y una facultad del habla con sesenta características iluminadoras.

 Además, su mente está libre de todas las emociones y actitudes perturbadoras.

  Los tiempos actuales son muy difíciles con tantas guerras, hambrunas, desastres y demás. Sin embargo, pese a encontrarnos bajo condiciones tan complicadas por haber nacido en este tiempo y lugar, debido a la fuerza positiva que acumulamos anteriormente, hemos tenido oportunidades valiosas para encontrarnos con las enseñanzas y con maestros. Por lo tanto, necesitamos tratar de practicar lo que escuchemos tanto como podamos. 

  No podemos considerar que el Darma sea simplemente rezar para recibir algo. En lugar de eso, el Darma es algo que nosotros personalmente necesitamos poner en acción, sino implementar lo que decimos en nuestro comportamiento cotidiano.

 Es importante establecer una motivación adecuada, así obtendremos grandes beneficios.   

Lo mismo aplica también para los lamas. El lama no debe enseñar por orgullo, ni para obtener fama y respeto, ni por envidia, ni por un deseo de competir con otros. En lugar de ello, su única motivación necesita ser beneficiar a los demás sin mirar en menos a nadie. La audiencia tampoco debe ser arrogante, sino escuchar atenta y respetuosamente.

  Sin importar cuáles emociones y actitudes perturbadoras tengamos, es necesario aplicarles remedios y no desanimarnos. Conforme lo hagamos, muy lentamente seremos capaces de resolver nuestros problemas y, con el tiempo, liberarnos de ellos para siempre.  

Como el sufrimiento que experimentamos se debe a que nuestra mente no está disciplinada ni entrenada, eso es lo que necesitamos hacer para remediarlo. Pero no sucederá todo al mismo tiempo.

Por ejemplo, si estamos tratando de hacer que una persona muy salvaje y rebelde se vuelva más pacífica y cultivada, sólo podremos lograrlo lenta y gradualmente a lo largo de muchos, muchos años, lo mismo ocurre con nuestra mente . A pesar de que tenemos fallas, podemos mejorar lentamente.

  Por ejemplo al hacer una casa lo hacemos piso por piso; lo hacemos gradualmente sin preocuparnos por cuánto tiempo tardará, y simplemente progresamos, así mismo con nuestra mente.

   Practicar el Darma no es un proceso de simplemente cambiar nuestra ropa, estatus o la cantidad de riqueza.

  No importa quiénes seamos (incluso yo mismo, el Dalai Lama) no puedo ser considerado una persona del Darma a menos que mi mente esté domada. Y nunca podemos decir que alguien tiene una mente semejante sólo por el nombre que tiene o por la ropa que usa, sino únicamente por su verdadera condición mental y emocional. 

  Todos queremos felicidad y nadie desea sufrir. Si tenemos un dolor de cabeza, todos nosotros desearíamos que se nos quitara, ¿no es así? Esto es cierto tanto para el dolor físico como para el dolor mental. Pero eliminar el sufrimiento no deseado y obtener la felicidad deseada involucra muchas etapas.

Primero, tratamos de pensar en términos de beneficiarnos a nosotros mismos este año, o el año entrante. Con el tiempo incrementamos nuestra perspectiva para pensar en términos de los próximos veinte años, y después quizás tratar de obtener un renacimiento humano en nuestra próxima vida, esperando obtener felicidad y no tener sufrimiento a más largo plazo. Progresamos a través de tales etapas. Por lo tanto, ahora que somos seres humanos, es muy importante que pensemos en el futuro y no hacerlo sólo en un nivel temporal y superficial, sino tratar de alcanzar la felicidad última.

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